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GRAN INTERÉS DE LOS PEREGRINOS MIRANDESES EN DESCUBRIR EL CAMINO DEL BAZTÁN

11 octubre 2016 / Mundicamino

En la primera de las etapas se avanzó por el Camino entre las localidades de Amaiur/Maya y Berroeta. El perfil del itinerario se mostró con continuas subidas y bajadas entre bosques, para alcanzar la primera localidad de Urrasun a 1,8 km. Poco después el río Baztán, que confiere nombre al valle y al Camino de Santiago por esta zona, para caminar hasta Elizondo a 7,3 km. por un carril bici y tramo de carretera. Los 44 peregrinos continuaron un corto trayecto aún en descenso, antes de iniciar un fuerte ascenso con desnivel de unos doscientos metros para pasar por Irurita, Zigaurre y Ziga, con los 3,5 km., 1,4 y 1,3 respectivamente, por caminos de piedra suelta, monte y carretera. Tras 3,5 km. alcanzarían el final de la etapa del día en Berroeta, satisfechos por el itinerario y la cantidad de pueblos por los que pasaron. Además la pronosticada lluvia los respetó y sólo cayó una vez concluida la etapa. Si la etapa anterior, salvo la subida mencionada, fue más plana y entre muchos pueblos, la del segundo domingo tenía un perfil muy montañoso, con pocas poblaciones en su itinerario. Sobre las 9:30 se empezó a caminar desde Berroeta, para descender hasta una cota algo inferior a los trescientos metros y luego acometer una ascensión hasta los novecientos cincuenta metros en donde se encuentra la Ermita de Santiago. Fuerte subida en la que hubo que poner todo el empeño físico y espiritual del Camino para sobrepasar esa sierra montañosa. Se pasó por Almandoz, Venta de Blas en donde los peregrinos se tomaron el almuerzo, para alcanzar la Ermita desde donde se divisaba el inmenso valle entre montañas. Fueron los 2,4 km. hasta la primera población, más los 3 a la Venta y 4 hasta la zona más alta, caminando por senderos de bosque alto, pinos, castaños, robles y sobre todos hayas, que a veces parecían formaban túneles con sus ramas para proteger a los caminantes. Riachuelos, suaves cascadas, verde en las praderas y ganado pastando poblaban aquellos parajes. Tras una breve parada junto a la Ermita y la visita de algunos peregrinos a unos dólmenes prehistóricos en una colina cercana, se inició el descenso hasta el Monasterio de Balate, ahora vacío pero rehabilitado, para seguir después de una corta ascensión por unos senderos pedregosos entre un bosque tupido, en el cual un pequeño grupo, en el que se encontraba este reportero, hizo cerca de medio kilómetro por una pista equivocada hasta volver al reencuentro. Hay que reconocer, no obstante, que el camino en casi todo el recorrido estaba muy bien señalizado con abundantes y recientes flechas típicas amarillas. El barro en zonas umbrías hizo que en los 6,3 km. hasta Lantz se llevara quizás medio kilo de más pegado en el calzado. Lantz es una pétrea y bella población de la montaña Navarra. Munchas caseronas bien rehabilitadas, embellecidas con flores de geranios rojizos en su calle principal, sus dos plazas, la posada, la iglesia, las fuentes, en las que los peregrinos se tomaron los bocadillos de la merecida comida. Desde allí retorno a Miranda en el autocar, ligera siesta durante el viaje y hasta la próxima etapa que será el 6 de noviembre.