Apostol

La Vía de la Plata, pasado y futuro

11 diciembre 2016 / Mundicamino

La semana pasada tuvo lugar en la Facultad de Formación del Profesorado de Cáceres una jornada de Dinamización y gestión cultural de la Vía de la Plata organizada por la Universidad de Extremadura dentro del proyecto europeo Cultour+. Dicho proyecto está conformado por la Asociación Estratégica de varias universidades europeas (insertas en el programa Erasmus+) que trabajan para desarrollar el emprendimiento juvenil en el ámbito del turismo cultural, principalmente en torno a caminos históricos de peregrinación y a villas termales.

Acudieron al encuentro representantes de la universidad, de grupos de desarrollo rural y asociaciones que velan por el estudio y la divulgación de la antigua calzada romana y del camino mozárabe a Santiago, de empresas privadas hospitaleras, de la administración pública y hasta jóvenes emprendedores con proyectos orientados al territorio que atraviesa el Corredor de la Plata. Todos con un mismo fin, poner sobre la mesa el estado en que se encuentra la Vía de la Plata y dialogar sobre las medidas necesarias para seguir desarrollando su puesta en valor cultural, social y económico.

A pesar de los distintos puntos de vista expuestos por cada uno de los representantes, según tuvieran aquellos prioridades culturales o económicas, la reunión sirvió para conocer la voluntad de los distintos sectores en trabajar conjuntamente en pro de la Vía de la Plata en todos sus ámbitos, desde el histórico-arqueológico al turístico y de peregrinación. Las potencialidades que el corredor presenta para el futuro próximo son tantas que la cooperación y colaboración entre todos resulta indispensable.

Este histórico camino romano, y aún anterior vía prehistórica de comunicación, siempre ha ejercido de columna vertebral del occidente ibérico vinculando el sur peninsular con la capital emeritense y siguiendo su curso hacia el norte atravesando importantes enclaves extremeños, castellano-leoneses y la continuación astur-gallega. Fue en la Edad Media cuando la calzada enlazó de norte a sur y viceversa territorios entonces de dos mundos político-culturales diferenciados por los que peregrinos, comerciantes, pastores y guerreros transitaron para terminar por impregnar sus tierras de una riqueza cultural sin igual. Por Calzada de Guinea la conocieron los cristianos norteños, al-Balat pudo ser el nombre utilizado en la parte andalusí.

Tal carga histórica ha legado en su parte extremeña ciudades Patrimonio de la Humanidad, ruinas romanas por doquier, testimonios visigodos, islámicos y judíos, conjuntos histórico-artísticos de gran valor, cañadas pastoriles y arquitectura rural popular, naturaleza diversa y un sinfín de costumbres y tradiciones culturales que subliman en autenticidad. Herencia del pasado que se ha de documentar, conservar y poner en valor de manera sostenible en aras de poderlo disfrutar, sí, pero también de obtener un aprendizaje esencial para la construcción del futuro.

Y es que ese futuro ya está aquí. Cada año son más los viajeros que se adentran en el Camino de la Plata, independientemente éstos sean peregrinos a Santiago o meros turistas en nuestro territorio. Es necesario tomar conciencia de la relevancia cultural y económica que el Corredor ha tenido, tiene y tendrá para las áreas que atraviesa y actuar en consecuencia. De ahí la importancia de encuentros como el de hace unos días en Cáceres, y otros que se llevan celebrando muchos años por iniciativa de las Asociaciones de Amigos de la Vía de la Plata y del Camino Mozárabe de Santiago. Se ha de trabajar codo con codo para dar a conocer este legado histórico y que sirva para el desarrollo de los pueblos de Extremadura que se reducen progresivamente. Los mayores extremeños, poseedores de infinita experiencia, pueden mostrar el camino. Los jóvenes, llenos de ilusión (¿y esperanza?), han de tomar las riendas y hacer visible la región. En eso estamos.

Queda mucho por hacer, el que pueda aportar, que aporte.