Apostol

Que tiemble el camino

18 diciembre 2016 / Mundicamino

Un grupo de enfermos de parkinson vence sus limitaciones y se enfrenta al camino de santiago

Durante 108 km, divididos en seis etapas, luchan contra sus miedos y sus dolores en cada paso

En paralelo, RTVE.ES estrena una versión interactiva del documental en la que el espectador podrá ponerse en la piel de un enfermo de párkinson.

‘La enfermedad de Parkinson impone unas limitaciones, tanto físicas como psicológicas, que te impiden moverte como tú querrías’, explica Manuel Villanueva, fisioterapeuta de la asociación Parkinson Valencia, uno de los especialistas que acompañaron y prepararon al grupo para su andadura. Cuando se plantearon la posibilidad de recorrer parte del Camino de Santiago, iniciaron una serie de entrenamientos previos con marchas por diferentes tipos de terrenos para preparar a los enfermos.

‘Que tiemble el camino’ demuestra que el Parkinson se vive de muchas maneras y afecta a cada persona de una forma. No todos tiemblan, no todos tienen problemas para caminar o hablar y no todos se quedan paralizados. Además, tras recibir el diagnóstico, cada paciente asume, acepta o esconde la enfermedad a su manera. ‘La gente sabe lo que yo sabía, que es una enfermedad de viejos y que te hace temblar. No sabía nada más de Párkinson’, dice Manolo Colomina, de 48 años, diagnosticado hace tres. Como él, su compañera Lola Játiva hace siete años que se dio de bruces con la cruda realidad ‘El día que fui a lavarme los dientes y me quedé perpleja porque vi que no podía’, recuerda que tenía 41 años y dos niños pequeños.

Algunos familias recibieron la idea de que estos pacientes hiciesen parte del Camino como algo descabellado, entre otros Ángeles, la mujer de Pepe Barrera: ’Me llega un día y me dice: ’Mira que en la asociación van a hacer el Camino de Santiago. ¿En la asociación?. ¿Pero tú estás loco?’. Porque sabe que Pepe pierde totalmente la movilidad por la noche, hasta el punto de tener que ayudarle a darse la vuelta en la cama, y no la recupera hasta que le hace efecto la medicación a la mañana siguiente.

Pero la mayoría de los enfermos lo vieron como una posibilidad real y positiva: ‘A mí se me encendió una lucecita y me dijo: Benjamín a hacer el Camino, que esta enfermedad se vence mucho y se atrasa si te mueves’, recuerda Benjamín Puchades, otro de los peregrinos.

A lo largo del documental, las cámaras están presentes durante todo el proceso de entrenamiento previo y el viaje de 108 kilómetros. Son unos discretos testigos de las relaciones que se van forjando entre los protagonistas, las confidencias, la superación de los primeros obstáculos, la mano que ayuda cuando el dolor o la fatiga paralizan, la comprensión ante el compañero que tiene que parar y, al final, la emoción de las familias esperando y los peregrinos entrando en la plaza del Obradoiro.

Tengo claro que hay dos días de nuestra vida en que no podemos hacer absolutamente nada, aunque queramos. Esos días son ayer y mañana. Pero hoy, podemos hacer justo lo que queramos hacer’, asegura el peregrino Barrera. ‘Con fuerza de voluntad y tesón se puede llegar a hacer lo que quiera una persona’, añade su compañero José Miguel Gómez mientras da los últimos pasos hacia su meta.