Apostol

El proyecto Camino Olvidado apuesta por homogeneizar la señalización de la ruta jacobea de montaña

10 enero 2017 / Mundicamino

El itinerario entre Bilbao y Villafranca del Bierzo, con 18 etapas, está marcado pero cuenta con puntos negros y fallos de señalización

La Asociación de Amigos de los Caminos Jacobeos del Norte de Burgos se encarga de la recuperación de la ruta a su paso por Las Merindades

Grupos de acción local de Burgos, León, Palencia y Cantabria trabajan en un proyecto de fondos LEADER para homogeneizar la señalización

La Asociación de Amigos de los Caminos Jacobeos del Norte de Burgos, una de las impulsoras de la recuperación del Camino Viejo de Santiago o Camino de Montaña, apuesta por la unificación de criterios de señalización a lo largo de todo el recorrido. La ruta entre Bilbao y Villafranca del Bierzo, que pasa por el País Vasco, Castilla y León (Burgos, Palencia y León) y Cantabria a través de sus 18 etapas, se encuentra marcada pero incluye todavía muchos puntos negros y fallos de señalización que se deben de eliminar.

Jesús González, presidente del colectivo burgalés, insiste en que la labor más importante que tienen por delante es “conseguir un trazado limpio y bien señalizado para que el peregrino no se pierda”. El Camino Olvidado de Santiago, conocido también como Camino Viejo o Camino de Montaña, es precisamente el itinerario jacobeo más antiguo (salvo por el primitivo de Oviedo a Compostela), y el más importante entre los siglos IX y XII, justo hasta que el Códice Calixtino impulsó el Camino de Santiago Francés, ha recordado González.

Gracias a la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Vizcaya, el Camino Olvidado se ha recuperado como una ruta alternativa al masificado Camino Francés, y si bien el recorrido está perfectamente marcado entre Bilbao y Villafranca del Bierzo, el presidente de Caminos Jacobeos del Norte de Burgos asegura que existen muchos puntos negros, como tramos que circulan por la carretera o zonas complicadas de tránsito, en plena naturaleza, en las que es muy fácil perderse o sufrir algún tipo de percance.

Por ese motivo, en Burgos la asociación trabaja por mejorar la ruta. En colaboración con otras entidades, e incluso con los ayuntamientos por los que discurre, se han realizado numerosas intervenciones con las que se intenta recuperar el trazado histórico salvando esos obstáculos actuales, y fomentando su espíritu de Camino de Montaña. Igualmente, se están impulsando colaboraciones para garantizar unos mínimos servicios al peregrino, sobre todo de alojamiento y manutención, y por el momento se puede decir que el Camino Olvidado está cubierto en Burgos.

La ruta cuenta con 18 etapas, de las que cinco atraviesan la provincia por Las Merindades. Se trata de los tramos Güeñes-Nava de Ordunte, Nava de Ordunte-Espinosa de los Monteros, Espinosa de los Monteros-Pedrosa de Valdeporres, Pedrosa de Valdeporres-Arija y Arija-Olea. En la mayor parte de los municipios inicio o finalización de etapa se cuenta con servicio de alojamiento. Por ejemplo, en Santelices (Merindad de Valdeporres), la asociación ha convertido el albergue (compartido con el grupo espeleológico) en una hospedería.

El proyecto incluye también la instalación de una señalización de madera, tradicional, para que el peregrino “no se pierda”, ya que es muy fácil perderse en el Camino Olvidado, ha reconocido González. Por ese motivo, la Asociación de Amigos de los Caminos Jacobeos del Norte de Burgos insiste en que lo más importante es homogeneizar la señalización en todo el itinerario, lo que se ha convertido también en un proyecto estrella de varios grupos de acción local de Burgos, Palencia, León y Cantabria.

Señalización, en 2017

En concreto, CEDER Merindades (Burgos), ADC Montaña Palentina (Palencia), ADT Campoo Los Valles (Cantabria) y Cuatro Valles y Montaña de Riaño (León) están trabajando en un proyecto que podría ver la luz en el primer trimestre de 2017. Sería una iniciativa a desarrollar con fondos LEADER, ha explicado el gerente de CEDER Merindades, José L. Ranero, por el que destinarán las ayudas económicas a mejorar la señalización, unificando criterios, y a labores de promoción del Camino Olvidado.

Ranero explica que los grupos de acción local han realizado varias reuniones informativas, la última a finales de noviembre en Burgos, y están a la espera de que la Junta de Castilla y León defina la distribución de los fondos, para poder acceder a los mismos. Es un proyecto para impulsar un recurso turístico “con mucho potencial”, ha asegurado el gerente de CEDER Merindades, ya que el itinerario del Camino de Montaña es especialmente “evocador”, y una muy buena alternativa al masificado Camino Francés.

Es una ruta fresca en verano, bonita en primavera y en otoño, “espectacular”, ha explicado Jesús González. Está en plena naturaleza y, además, cuenta con un rico patrimonio histórico-artístico. Al asentarse sobre las antiguas vías romanas, el peregrino se encuentra con multitud de elementos de legado romano, como la calzada y el miliario de Nava de Ordunte, pero también algunos ejemplos de arquitectura prehistórica, necrópolis o la ermita de San Benabé en Merindad de Sotoscueva, en pleno complejo kárstico de Ojo Guareña.

Edificios, civiles y religiosos, de estilo románico, gótico, renacentista y barroco jalonan todo el recorrido, que incluye joyas como las torres de los Velasco, una de ellas en Espinosa de los Monteros, localidad en la que se encuentran también el Palacio de Chiloeches. Y puentes medievales, y arquitectura popular… Y todo ello son solo algunos ejemplos, reducidos a la provincia de Burgos, ya que el Camio Olvidado está lleno de patrimonio, desde Bilbao a Villafranca del Bierzo, ha recordado González.

La Asociación de Amigos de los Caminos Jacobeos del Norte de Burgos confía en el proyecto de los grupos de acción local para consolidar la recuperación del Camino Olvidado y promocionarlo, si bien reconocen que ya cuenta con una interesante demanda. Peregrinos de Canadá, Brasil, Rumanía, Bélgica, Alemania o Francia han pasado este año por alguno de los alojamientos o puntos informativos. La entidad funciona con las aportaciones de los socios (12 euros por año), mucha voluntariedad, ayudas municipales y, para 2017, pedirán también apoyo a la Diputación.