Apostol

El camino más manchego a Santiago

25 marzo 2017 / Mundicamino

Un peregrino recupera la ruta que conecta Madrid con Uclés a través de 12 paradas intermedias.

Todos los caminos de Manuel Rossi llevan a Santiago (A Coruña). La ciudad gallega le ha acompañado desde su infancia zamorana. “El Camino estaba a pocos metros de mi casa de Sanzoles. Al final lo terminas haciendo tuyo”. Desde entonces, ha recorrido miles de kilómetros por España, Portugal, Francia e Italia. A sus 59 años, este empresario de la construcción jubilado hace dos utiliza su tiempo en recuperar viejos caminos. En 2010 le hablaron de la antigua ruta de Uclés (Cuenca). Tras un año de investigación, consiguió recrear el trazado que conecta la ciudad manchega con Madrid a través de 12 paradas. El objetivo ahora es señalizar los 144 kilómetros de este camino de dos direcciones por el que ya han transitado más de mil personas.

«Vi un reportaje sobre la presentación del Año Santo en Caravaca de la Cruz (Murcia) y me propuse hacer el Camino andando desde Madrid», relata Manuel. Tuvo que detenerse en varias paradas para sellar las credenciales. En una de ellas, en la iglesia de Horcajo de Santiago (Cuenca), conoció al padre Julián. El sacerdote le habló del monasterio de Santiago en Uclés, el más importante de los dedicados al apóstol en España tras la catedral de Compostela. “Yo entonces no sabía ni dónde estaba», confiesa. La charla continuó durante la cena en casa del párroco. Aún no lo sabía, pero Manuel acababa de comenzar un nuevo camino: el de la recuperación de la ruta de Uclés. “Ni se elige ni soy especial, solo me tocó hacerlo”.

Tras meses de búsqueda entre los planos parcelarios del Ministerio de Fomento, la ruta se inauguró en abril de 2011. De un plumazo, Manuel había rescatado del olvido un trazado de nueve siglos de antigüedad. “Es lo más parecido al camino original. Las rutas medievales están hoy sepultadas bajo las autovías, por lo que tuve que hacer modificaciones. De lo que se trataba era de buscar el itinerario más seguro”. Manuel cuenta que una vez completado el trabajo tuvo que volverlo a replantear desde cero. “Perdí meses porque quise llevar el camino por el margen del río Manzanares, pero había que cruzar la autovía de Valencia. No servía porque si hay una desgracia, ya nada vale la pena”. Completada la nueva ruta, para cruzar Madrid de punta a punta, por ejemplo, “solo hay que salvar el obstáculo de tres semáforos”.

Más de 10.000 señales

Durante este tiempo Manuel Rossi ha colocado más de 10.000 señales y gastado más de 6.000 euros. Algunas son marcas de pintura: flechas amarillas para el camino que se dirige a Santiago, rojas para el que llega al monasterio de Santiago en Uclés. Otras las hace con las maderas que tiene apiladas en el jardín de casa, donde ha instalado el taller. Las pega hasta conseguir el grosor requerido y luego las pinta según la dirección: fondo azul con flecha y vieira amarilla para los que suben a ver al apóstol, blancas y flecha roja para quienes viajan hacia la localidad manchega. Lo mismo pasa con los mojones.

Manuel también diseña e imprime las credenciales. Tienen un coste de cuatro euros, por lo que apenas cubre gastos. Se pueden sellar en los 12 pueblos del camino, entre ellos Huelves, Estremera, Tielmes, Arganda o Rivas, donde este peregrino dedica una jornada laboral de ocho horas sin remunerar para poner a punto el camino. “Mi mujer me ha dado algún que otro ultimátum”, bromea.

Para colocar las señales, debe pedir permiso a los Ayuntamientos. “Al principio algunos nos permitieron ponerlos con incredulidad porque no iba a pasar nadie por allí. Como lo hacía con mi dinero, me dejaron”. Todo cambió hace cinco años. La llegada de peregrinos convenció a los alcaldes de que la idea tenía futuro. Los Consistorios empezaron a vincularse al proyecto y comenzaron a proliferar albergues. En 2012 en Uclés, incluso, levantaron un monolito en homenaje a Manuel por recuperar la ruta. “Los Ayuntamientos siguen sin poner dinero, pero ahora al menos ayudan con materiales”. Manuel matiza que lo importante siempre será que exista el camino, que él también limpia a pesar de que los servicios municipales ya lo hacen. “La gente se lo tiene que encontrar en las mejores condiciones para que repita”.