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¿Cuándo abren el Camino de Santiago?

28 marzo 2017 / Mundicamino

El peregrino y hospitalero Antonio Arribas desgrana en ‘El Camino de Santiago para menos ortodoxos’ historias de la ruta jacobea de ayer y de hoy.

El primer boom del Camino de Santiago se vivió en los años 90. Era el año 93 y al albergue del Parral llega una mujer de nacionalidad mexicana que asombraba a todos los presentes con una «bici estratosférica». «Había llegado en avión a Madrid y de ahí en tren a Burgos donde iniciaba la ruta jacobea», recuerda Antonio Arribas. Al apagarse las luces y nada más llegar hasta el Arribas hospitalero esta peregrina bien pertrechada de todo y con ganas y nervios por empezar hizo la gran pregunta. «Oiga y ¿cuándo abrís el camino?».

Esta será una de las anécdotas que Antonio Arribas relatará en la presentación de El Camino de Santiago para menos ortodoxos donde muestra, en un tono distendido pero con una profunda y profusa investigación, cómo ha cambiado el Camino de Santiago desde el medievo hasta hoy y cómo han cambiado los peregrinos. Pero también demuestra que «en el fondo igual los cambios no han sido tantos». «El Camino te cambia el chip. Durante la ruta agradeces un vaso de agua, un saludo, se empiezan a valorar las cosas como cuando un peregrino tiene un ampolla en el pie y otro, al que no conoce de nada, le deja su botiquín cuando igual mañana lo va a necesitar el. Es un espíritu, una solidaridad que echas de menos en el día a día y que no difiere mucho de los peregrinos del medievo», señala.

Arribas estuvo al frente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Burgos durante seis años, en los 90. Ingresó en la agrupación en 1994, y a ella sigue perteneciendo y ha realizado la ruta francesa larga en dos ocasiones y la ruta portuguesa otra. Pero cada año suele realizar etapas sueltas.

Ese contacto directo con el peregrino de hoy le ha servido para trasladar anécdotas y realidades del caminante del siglo XX y XXI. Para bucear entre los peregrinos del pasado acude a una extensa bibliografía desde el Codix a Elías Valiña, el promotor del camino moderno. En total más de 360 citas bibliográficas que demuestran que en el medievo las reliquias como el suspiro de San José o el estornudo de San Miguel acercaban a caminantes que realizaban la ruta a modo de expiación y movidos por la fe. «El peregrino medieval tenía un lío tremendo para atravesar por diferentes reinos y había peregrinos que realizaban la ruta por encargo, para que otro expiara sus pecados, o quienes seguían los milagros que corrían de boca en boca o como peregrinaciones caballerescas», señala Arribas. Hoy la ruta es más internacional que nunca con Corea como quinto país con más peregrinos. «Ahora es porque alguien escucha hablar de el en un libro, en una película en una serie de televisión…. en el año 95 los brasileños desbordaban el Camino por un libro escrito por Paulo Coelho, en el 94 fueron los americanos después de que habían visto a Shirley MacLaine haciendo la ruta, ahora en Corea hay una escritora muy famosa que ha sido la gran partícipe del interés por el camino de peregrinos de una cultura tal diferente a la nuestra», señala.

Las anécdotas, de este libro que acompaña tres años de investigación, se solapan una con otra. «No es un ensayo, quería entretener con las anécdotas del camino queriendo mostrar lo que ha sido y lo que es la ruta, al final, una prolongación de la vida». Entre esas anécdotas destaca lo visionario de Elías Valiña que fue «el gran valedor del Camino» decidió pintar las flechas amarillas para definir la ruta. «El amarillo no fue intencional, era la pintura que habían dejado de usar en las carreteras al cambiar el amarillo por el blanco». Recuerda Arribas que cuando empezaba a pintar las flechas una patrulla de la Guardia Civil le preguntaba que estaba haciendo y el respondió «estoy preparando una invasión, sin s saber él que realmente la estaba preparando».