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Así trabajan los jinetes que velan por la seguridad del Camino de Santiago en tierras navarras

25 mayo 2017 / Mundicamino

Cinco agentes del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil han patrullado las etapas navarras durante los últimos diez días.

Los pasos de los peregrinos por Navarra se han visto amortiguados en las últimas jornadas por el trote de cinco caballos que han recorrido una y otra vez las rutas del Camino de Santiago a su paso por la Comunidad Foral.

Se trata de las monturas de los agentes del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil que han llegado desde Madrid para velar por la seguridad del Camino de Santiago en Navarra durante las últimas diez jornadas. Se trata de una de las paradas de un equipo de seguridad especializado en recorrer diversos lugares y rutas de España patrullando a caballo.

La iniciativa busca, por un lado, aumentar la seguridad ciudadana a lo largo de las diferentes etapas que componen las vías de peregrinación navarras y por otro lado facilitar las tareas de auxilio en caso de algún percance durante la marcha. Respeto a este último punto, al tratarse de agentes montados a caballo pueden acceder a zonas abruptas donde no llegan los vehículos a motor.

«Hay muchas zonas inaccesibles para motos o coches», explica el cabo Luis Delgado mientras asegura que los agentes del escuadrón de caballería pueden resultar providenciales a la hora de socorrer de urgencia a un peregrino o solicitar ayuda rápidamente.

Luis Delgado es uno de los cinco agentes del escuadrón que desde el pasado miércoles 10 de mayo ha recorrido día a día las rutas que van desde Roncesvalles hasta Los Arcos, recorriendo en cada jornada varias de las siete rutas que transitan sobre suelo navarro.

UN JINETE AL OTEAR EL HORIZONTE

La reacción de los peregrinos al otear el horizonte y encontrarse con los jinetes de frente ha sido tan sorprendente como positiva. «Agradecían que se diese ese servicio; algunos ya son veteranos y han recorrido otros años esta parte del Camino de Santiago o la Vía de la Plata sin encontrarse con ningún agente, por lo que vernos les ha dado seguridad», confiesa Delgado.

Los peregrinos casi siempre se han topado con los agentes a caballo de frente. «Hacemos el camino a la inversa para encontrarnos con más peregrinos y por cuestión de que les resultemos más visibles», explica Delgado.

En su camino se han topado con cientos de peregrinos llegados desde toda España: «De Cataluña, Madrid, Andalucía, Extremadura, de Canarias…, prácticamente de todo el país», recuenta el cabo. Y además en sus rutas han conocido a muchos caminantes extranjeros llegados desde Francia, Reino Unido, Canada, Australia o Japón.

Cada uno de los peregrinos ha llegado de una parte del mundo distinta, aunque todos con el mismo objetivo de alcanzar Santiago de Compostela. Todos, salvo un peregrino que ha decidido enlazar a la inversa Santiago con la ciudad santa de Jerusalén, una de las historias que más ha sorprendido a los agentes.

EL TRAMO MÁS COMPLICADO PARA LOS PEREGRINOS

Para quienes llegan desde el camino francés, la etapa entre Roncesvalles y Zubiri es una de las que les resulta más inhóspita, al encontrar más barreras y dificultades que al otro lado de la muga. En el caso de quienes inician su peregrinaje desde la localidad que sirve de cimiento a la Colegiata de Santa María, también es una de las rutas más complicadas al ser su primer contacto con la senda que le toca transitar.

Aún así cabe destacar que durante sus guardias a lo largo de las últimas diez jornadas, los agentes de la Guardia Civil no se han encontrado con ningún siniestro reseñable más allá de caminantes desorientados o fatigados por los kilómetros que van acumulando sobre sus mochilas y bajo sus pies.

Para el cabo Delgado ésta es su primera experiencia en el Camino navarro, pero algunos de sus compañeros ya han cabalgado por tramos de la ruta riojana, leonesa o gallega, salvaguardando siempre la integridad de los peregrinos y evitando que se generen situaciones de riesgo.

Su trabajo en este tiempo en Navarra ha transitado entre Pamplona y la ruta desde Los Arcos a Roncesvalles. En la capital han establecido las cuadras centralizadas para sus monturas, que cada día se han transportado en un camión para empezar su marcha desde diferentes puntos del Camino de Santiago.

Ahora toca volver al camión, levantar el campamento y regresar a la base central del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil, en la localidad madrileña de Valdemoro. Los cinco agentes, sus cinco monturas y el conductor que les ha facilitado los desplazamientos cada día se alejan de tierras navarras esperando que la calma y el sosiego que han encontrado en el Camino de Santiago a su paso por Navarra sigan siendo los fieles acompañantes de los peregrinos.