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El peregrino y hospitalero Don Shaw se va “enamorado” de Deba

09 agosto 2017 / Mundicamino

Un estadounidense que ha ido a Santiago por 4 vías, inicia el Camino Ignaciano en Deba tras dos semanas como hospitalero.

La particular historia de amor que el ciudadano estadounidense Don Shaw mantiene con los caminos que llevan a Santiago comenzó hace un lustro; poco después del fallecimiento de la mujer con la que había compartido 44 años de matrimonio.

Aquel capítulo supuso “un cambio muy grande” en la vida de este agradable norteamericano, que en lugar de quedarse con los brazos cruzados lamentándose decidió “iniciar una nueva etapa vital; un nuevo camino”.

Sabía que existía la posibilidad de que le tocara hacerlo solo, pero nada más lejos de la realidad. Las “muchísimas” personas que ha conocido desde que empezó a dar los primeros pasos y las “inolvidables experiencias compartidas” han vuelto a llenar de sentido su vida.

Para su bautizo como peregrino, Don Shaw escogió el llamado Camino Francés a Santiago y desde entonces ya ha completado cuatro peregrinaciones distintas a la ciudad compostelana; “una por año”, puntualiza momentos antes de despedirse de Deba, la localidad en cuyo albergue de peregrinos ha ejercido como hospitalero durante la última quincena de julio. Considera su labor de voluntario como “una manera de agradecer todo lo que me ha dado el camino” y se va “enamorado” de la villa costera que le ha acogido para proseguir su particular recorrido vital.

Pero esta vez no arranca su nuevo peregrinar con destino a Galicia, sino que parte “hacia algún lugar que esté a mitad de camino entre Loiola y Manresa”.

Lo explica: “En los últimos años he hecho el Camino Francés, el del Norte, el portugués y el que sale de Le Puy, en Francia”. Por eso, prosigue, “este verano he querido cambiar y voy a hacer la mitad del Camino Ignaciano”. La otra mitad la deja “para el año que viene”.

En cualquier caso, el objetivo será el mismo: “Seguir disfrutando con una de las experiencias más profundas de mi vida”. Y es que Don no duda a la hora de señalar qué es lo que más le llena de su peregrinar. Lo tiene claro. Para él, “lo más maravilloso de todo ha sido haber podido conocer a tanta gente de todo el mundo”; algo que “aporta y enriquece muchísimo”. Buen camino, Don.