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Peregrinos y patinadores

12 agosto 2017 / Mundicamino

Dos patinadores circulan por el arcén de la N-630, rumbo a Almendralejo (Badajoz), cuando son detenidos por otros dos motoristas de la Guardia Civil, que se preocupan por su extravagancia. «¿A dónde se dirigen?», pregunta la Benemérita. «A Santiago de Compostela», responden los avezados patinadores. Los agentes, sin asimilar la respuesta, incrédulos, contestan a la vez: «¿En patines?».

Parece un chiste pero es una simple anécdota real que han vivido Juan José Sánchez y Adrián Serrano, dos jóvenes logroñeses de 38 y 31 años, respectivamente, amantes del patinaje y miembros del colectivo Me la Patina. Ambos están acostumbrados a realizar largas travesías sobre ruedas, incluso el año pasado ya completaron el Camino de Santiago por el popular trazado francés, pero este año han querido ir más allá y el pasado sábado iniciaron de nuevo la ruta jacobea pero esta vez por la Vía de la Plata, desde Sevilla, con cerca de mil kilómetros por delante puesto que deben circular por carretera, con firme liso, para poder rodar con sus patines.

Sabían que iba a ser duro, pero quizá no tanto por el calor que están soportando. En la primera etapa, de hecho, un tercer compañero catalán abandonó, se le vino el mundo encima, y Juanjo Sánchez sufrió un golpe de calor. «Está siendo duro por el calor, y eso que salimos antes del amanecer para patinar unos 100 kilómetros al día y parar al mediodía», explica Juanjo. Ayer llegaron a Aldeanueva del Camino (Badajoz) y hoy pasarán a la provincia de Salamanca. Ya han completado la mitad de la ruta y esperan llegar a Santiago de Compostela antes del 12 de agosto.

«Está siendo duro por el calor, y eso que salimos antes del amanecer», dice Juanjo

La carretera N-630 está siendo su pista y cada vez que llegan a un punto sucede lo mismo: «La gente nos dice que han visto de todo, pero nunca a nadie hacer el Camino de Santiago sobre patines». Lo mejor, quizá, llega por la tarde: «Nos damos una ducha, comemos, organizamos la habitación, damos una vuelta por la localidad a la que hayamos llegado y nos tomamos una cervecita», describe Adrián Serrano.

«Pese al calor, está yendo muy bien. Estamos pasando por lugares bonitos, hay mucho terreno seco, ganado, pero de pronto aparece un castillo o un puente precioso», cuenta Adrián. Desde Sevilla se van encontrando con otros peregrinos, caminantes y ciclistas, con los que se saludan y hablan. Sólo hay una pega en la Vía de la Plata, y es que, «como está menos masificada, te tienes que buscar un poco la vida con los albergues, hay que planificar mucho más el viaje, además del recorrido porque nosotros vamos en patines», recuerda Juanjo.