Apostol

Sigue abierto el caso del belga encontrado muerto en el CTR

14 septiembre 2017 / Mundicamino

El cuerpo del peregrino se encontró hoy hace un año entre compost.

El misterio rodea la muerte del peregrino belga, Jeroen Schelstraete, de 41 años, vecino de Gante y una apasionado del Camino de Santiago —había recorrido la ruta en nueve ocasiones—. Cuando hoy se cumple un año de la aparición de su cadáver en el Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de San Román de la Vega, la Guardia Civil reconocía ayer que, aunque se mantiene abierto el caso, no se han producido avances en la investigación del caso. La investigación figura en una base de datos europea, que permite comparar los diferentes casos y establecer coincidencias entre unos y otros.

La pista de Schelstraete se pierde en León, cuando fue conducido a dependencias policiales, con el fin de proceder a su identificación, después de haber perseguido a un vecino de León al consideraba autor del robo de su mochila, con su documentación y su dinero. Tras este suceso, que se produjo el 6 de septiembre, el peregrino sufrió un atropello —una furgoneta lo arrolló, según indicó su familia— y se desconoce cómo el cuerpo de la víctima finalizó en un contenedor abierto, de los que se utilizan para arrojar los restos de trabajos de jardinería en las zonas verdes de León capital. El depósito pasó por la estación de transferencia de Trobajo del Cerecedo, donde se cargó su contenido en un camión. El cuerpo finalizó en el CTR, donde un operario lo encontró entre materiales destinados a la producción de compost.

El viaje

Schelstraete había realizado una buena parte de la ruta de peregrinación junto a su novia, a la que había pedido matrimonio antes de que ambos se separaran en Burgos, dado que ella debía regresar a Bélgica para incorporarse a su puesto de trabajo tras las vacaciones. El peregrino se había propuesto como meta llegar a Finisterre.

Tras su muerte, un grupo de peregrinos decidió recorrer la ruta jacobea como homenaje al desaparecido.