Apostol

Más allá de los números

30 diciembre 2017 / Mundicamino

Dentro de unos días rebasaremos el número de trescientos mil peregrinos que han recibido la Compostela. Se pueden comprobar con exactitud sus datos en los estadillos, anotados por los peregrinos, que se guardan en la Oficina de Acogida al Peregrino de la calle Carretas, 33. A ellos no se añaden aquellos que reciben otro tipo de documento como justificación de su llegada a Santiago o de que han visitado la Catedral. Por eso, no deberíamos dar oídos a quienes nos acusan de inflar los números o de incluir en ellos a los que no son peregrinos. Más todavía: contando el número de credenciales que se expenden, habría entre un 15 y un 20 por cien de personas que no pasan por la Oficina del Peregrino: si acudieran allí, el número crecería bastante más. Para el Cabildo, responsable de esta tarea, los números no son lo importante: lo fundamental es la acogida pastoral y espiritual que se ofrece a los peregrinos desde nuestra Catedral. Pensamos honestamente que en los últimos años hemos dado muchos pasos para un esmerado servicio de acogida, aunque no falten quienes eviten contemplar la gratuidad y acogida espiritual que se está dando a los peregrinos que se acercan con verdadero espíritu religioso al sepulcro del Apóstol, única meta de la peregrinación jacobea.

Se atiende a los peregrinos durante todo el año en inglés; y durante la temporada de verano, en francés, italiano, alemán, polaco, flamenco y portugués: hay misa, confesiones y encuentro fraterno con aquellos que desean ser escuchados en su propia lengua, servicio que valoran y agradecen mucho todos ellos. En la primera planta del Centro Internacional de Peregrinaciones disponen de un espacio de acogida. Hay 20 sacerdotes que diariamente escuchan a los peregrinos en el sacramento de la Penitencia. Desde mayo a finales de octubre, a las 8.30 de la tarde hay un encuentro de oración con los peregrinos, en la Catedral, en donde oran y comparten su experiencia, siempre gratificante, los que así lo desean. Cada día tienen lugar en la capilla del nuevo centro de Carretas, dos momentos de oración (tipo Taizé): a las 11 de la mañana y a las 5 de la tarde.

En el aspecto formativo tenemos cada 15 días una jornada dedicada a los voluntarios de Acogida Cristiana en los Caminos (ACC), que desde hace cuatro años son más de 600, de tal forma que, al no haber sitio para todos en la Oficina de Carretas, los enviamos a diversos albergues del Camino. Con algunos de estos voluntarios hemos tenido este verano unas horas de acogida en la Capilla de San Marcos. Se ha abierto un espacio de comunicación, que es la revista La Iglesia en los Caminos, de la que se han publicado seis números. Por otra parte, se han celebrado 5 Congresos sobre diversos temas de formación, cuyas actas están publicadas y pueden consultarse. Por la temática del Congreso de 2016, por el trabajo a favor del Camino y la peregrinación, la Asociación de Periodistas e Estudosos do Camiño de Santiago (APECSA) nos ha concedido el premio internacional.

En lo tocante a las actividades organizadas desde la Archicofradía del Apóstol Santiago, merecen un capítulo aparte. El próximo año tenemos previsto abrir a lo largo del camino 3 albergues en los que se puede pagar la pensión a base de un donativo; y en esos lugares los peregrinos serán acogidos por un sacerdote y varios voluntarios de ACC.

Todos estos proyectos son fruto de la encomienda de Mons. Julián Barrio, Arzobispo de Santiago, al Cabildo Metropolitano, y que la totalidad de sus miembros está llevando a cabo con mucha ilusión y suma fidelidad.

La meta de la peregrinación, en nuestra Catedral de Santiago de Compostela, nos abre al misterio del ser humano en su dimensión más profunda de homo viator, comprometido en la trasformación personal y comunitaria de la existencia. Tendríamos que preguntarnos todos los que trabajamos por la atención al peregrino, cuál es nuestra responsabilidad sobre el futuro de la peregrinación, desde la llamada a la fidelidad a la auténtica tradición jacobea, sin buscar el propio provecho.