Dos arquitectas firman el proyecto del Centro de Acogida e información transfronteriza que financia la UE en un 65%..
Canfranc será la puerta del Camino de Santiago convirtiendo un edificio de la estación, que fue la cochera francesa, en el Centro de Acogida e información para los peregrinos. Será el primer inmueble del Adif (Administración de Infraestructuras Ferroviarias) que se desafectará su actividad ferroviaria y cambiará su función. Este inmueble, cuyo proyecto firman las arquitectas María Victoria Mateos y Beatriz Santos, ya está en los Presupuestos Generales del Gobierno de Aragón para 2018. La Unión Europea financiará con los fondos Feder el 65% de los casi 500.000 euros del proyecto, que se realizará en diez meses a partir del próximo mes de abril.
«Es un símbolo que sea la primera obra de la estación de Canfranc sea la puerta del Camino de Santiago, que siempre ha unido a Francia y España tanto en la economía como en la cultura», destacó ayer el consejero de Vertebración Territorial, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro. «Además es un proyecto transnacional llamado Arles-Aragón. Además del centro incluye un albergue de los peregrinos que se hará en el Canfranc pueblo, la mejora de las señales en el tramo aragonés y una pasarela en la parte francesa del camino de Santiago», agregó.
Primer edificio que se abrirá
Al tratarse del primer inmueble que Adif desafectará podrá ser el que se ponga en marcha antes que el resto de los edificios que se van a acometer en la reforma emprendida por la UTE que ganó la licitación de la estación compuesta por las constructoras nacionales Acciona y Avintia, junto a la sociedad aragonesa Canfranc Espacio 2018 Construcciones S. L., que integra las empresas Barceló Monasterio de Boltaña y Plaza 14. De hecho, el Gobierno de Aragón tiene previsto que hasta julio de 2018 no empiecen las obras de levantar la playa de vías y la nueva estación en un hangar.
El proyecto del Centro de Acogida es la rehabilitación integral y albergará un vestíbulo, una recepción, salas de lectura y ordenadores, así como un área de audiovisuales, aseos y un almacén. Tiene una planta de unos 375 metros cuadrados (28,50 metros de longitud y 13,10 de anchura) y su altura es variable, entre los 4,50 metros de la entrada y una cubierta de 9 metros.
Las arquitectas proponen que una parte de la cubierta sea transparente, como la filosofía del resto de edificios de la explanada de la estación de Canfranc.
