Apostol

La película del peregrino 300.000

21 diciembre 2017 / Mundicamino

Andrew Larkin, de Míchigan, estudió en Burgos y conoció el Camino por «The Way»

Tras doce días de caminata, alcanzó el Obradoiro en una de esas mañanas grises en las que la lluvia ataca de lado en la plaza y solo permite fijar la mirada unos segundos en las torres de la catedral. Cuando Andrew Patrick Larkin entró en el centro de acogida de peregrinos y entregó sus credenciales para sellar notó cierto revuelo alrededor. «Todos estaban felices conmigo», notó este estudiante de 22 años de Míchigan, Estados Unidos, al que le costó unos segundos comprender las razones. El español que aprendió en los últimos meses en Burgos fue suficiente para entender que era el peregrino 300.000, una cifra redonda e histórica, impensable para los más optimistas que a caballo de los siglos XX y XXI supieron ver que el Camino de Santiago podía iluminarse para caminantes de todo el mundo.

«Es increíble por las vistas y por los amigos que conoces», acertó a decir este estudiante de Química tras sacudirse la impresión de las cámaras, los periodistas y la legión de autoridades civiles y religiosas que quisieron sumarse a una pequeña fiesta que empezaba a cobrar sentido para él. Larkin, que se quedó prendado del Camino de Santiago en su etapa colegial cuando vio la película The Way (2010), protagonizada por Martin Sheen, entendió «poco» del discurso del presidente de la Xunta, pero sonrió cada vez que oyó la cifra mágica del día, «300.000». Y también cazó a la primera la broma de Feijoo, que le aclaró que el cartel con el que posaba no era de un premio de 300.000 dólares, «senón de algo moito máis importante».

Larkin, que acabó sus estudios en España, se subió a un autobús desde Burgos hasta León y recorrió a pie el Camiño Francés, del que precisamente quiso hablar el jefe del Ejecutivo gallego en su intervención. Feijoo cree que pronto será posible llegar a los 400.000 peregrinos, pero reflexionó sobre la necesidad de seguir impulsando las rutas más alternativas para reducir la presión sobre el itinerario principal. Y también tuvo un recuerdo para los peregrinos 100.000 y 200.000, que fueron unos ciclistas brasileños y un periodista madrileño que hicieron respectivamente el Camiño Francés y la Vía da Prata desde Salamanca, «exemplos de diversidade».

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quiso ir más allá de las estadísticas, detrás de las cuales «están las personas», y centró sus palabras en la necesidad de atender al peregrino, que nunca es un «problema» por más que las cifras sigan creciendo, un fenómeno que el religioso se explicó por la positiva experiencia que transmiten a los suyos los que llegan a Santiago.

Larkin es, desde ayer, uno de los embajadores más fieles en Estados Unidos, país al que regressará el día 19 para pasar la fiestas en familia después de disfrutar de un almuerzo en el Hostal dos Reis Católicos y de un par de días en una casa de turismo rural por gentileza de Turismo de Galicia. «Les diré a todos mis amigos que hagan el Camino porque es fantástico», prometió.