Nada hacía prever que el Camino de Santiago sería la gran ruta de peregrinación cristiana porque, en principio, destinos como Tierra Santa y Roma parecían más importantes», manifestó el historiador Pablo León Gasalla, técnico de la Dirección General de Patrimonio del Principado de Asturias, en la charla titulada «Mieres en el Camino de Santiago», organizada por el Ayuntamiento de Mieres con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.
La historiadora María Fernanda Fernández, impulsora del ciclo de actividades titulado «Histories de Mieres», presentó al ponente, destacando la importancia de la labor de velar y proteger el patrimonio cultural. «Mieres es el resultado de la unión de diversos barrios y confluencia de rutas, un concejo absolutamente vinculado a los caminos históricos», aseveró Fernández.
Por su parte, Pablo León hizo un repaso histórico, a partir del momento en que fragua el mito del paso de Santiago el Mayor por tierras españolas, idea que toma fuerza entre las élites del Reino de Asturias y que se consagra en el siglo IX con el hallazgo de la tumba del Santo en Compostela, momento en que el peregrinaje experimenta un gran auge en Asturias. «El Camino del Salvador no es un desvío, es anterior al Camino Francés, y está muy ligado al relicario de la Catedral de Oviedo», aclaró León. «La noticia de la existencia del Arca Santa se extendió por toda Europa, situando a Oviedo como destino principal de peregrinación», añadió el historiador, que señaló que hay referencias de la existencia de albergues en Copián desde el año 1103, asentamiento que no fructificó debido a la peligrosidad del lugar, y desde 1266 en La Rebollada.
El técnico de Patrimonio describió la evolución de la ruta, que ha vivido constantes altibajos y se mostró partidario de la defensa de su recorrido original, a través del casco urbano de Ujo. «En Ujo convergieron caminos desde Aller, Lena y la ruta de La Carisa; y su iglesia de Santa Eulalia es un elemento imprescindible de peregrinación», dijo León, que mencionó los hospitales de Santullano y Santa Catalina en La Villa. «El nombre de Mieres del Camino ya aparece a finales de la Edad Media, lo que da idea de la larga relación entre ambos, localidad y ruta», añadió el ponente.
Para Pablo León los datos de ocupación arrojan dos conclusiones: el Camino del Salvador ha experimentado un auge de peregrinos y, por otra parte, los finales de etapa, como Pajares y Pola de Lena, presentan mayores tasas de ocupación que Mieres. «Para que el Camino genere vida hay que consolidar el lugar como fin de etapa. Y Mieres ha de lograrlo», advirtió el historiador que se muestra partidario de establecer el albergue de peregrinos de Mieres en un emplazamiento más céntrico y en una edificación con mayor empaque. «Ofrecer servicios, señalizar los puntos de interés, que las iglesias estén abiertas a los caminantes, cada detalle importa hoy en día», expuso el conferenciante, que lamenta que el Camino del Salvador haya quedado excluido de la declaración de Patrimonio Mundial de la Unesco, un lastre que no podrá superarse, en opinión del técnico, mientras Castilla y León no reconsidere su política de exclusivo apoyo al Camino Francés.
