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Cómo prepararte para el Camino de Santiago

22 marzo 2018 / Mundicamino

La primavera marca el inicio de la temporada ideal para hacer el Camino de Santiago. Lo aconsejable es comenzar a prepararse físicamente varias semanas antes mediante ejercicios de gimnasia que ayuden a tonificar los músculos de las piernas, espalda y cuello. Con el fin de prevenir lesiones, es conveniente que el entrenamiento sea diario, mediante caminatas, con ejercicios de estiramiento y calentamiento muscular, con especial atención a los gemelos y músculos de la cara anterior y posterior de los muslos. No hay que olvidar los pies. Desde el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) recomiendan entrenar previamente en función de las etapas programadas.

Usar botas de ‘trekking’ o de montaña; cortar las uñas ajustándose a la forma de las mismas y no dejar picos; y debemos hidratar la piel. Si se detecta alguna lesión previa, como hongos o papilomas, hay que tratarla. Además, en caso de padecer hiperhidrosis (exceso de sudoración), conviene aplicar productos específicos. Y para la planificación de tu ruta debes tener en cuenta las etapas, el grado de dificultad y la distancia entre albergues.

Camino de Santiago, a pie

Es esencial utilizar botas de montaña y calcetines 100% algodón, que sean habituales y no de estreno. Después de cada etapa, hay que lavarse los pies con agua jabonosa, revisar ampollas y practicar un secado minucioso. Según el ICOPCV, los pies pueden recuperarse del esfuerzo en una sola noche si se aplica una crema hidratante, se ponen en alto y se hacen estiramientos musculares. Hay que evitar los baños de agua caliente antes de empezar la etapa, porque favorecen la aparición de ampollas. No olvides bastones de marcha para tener más estabilidad, chanclas para la ducha, antisépticos y apósitos para rozaduras. Descansa 5 minutos por cada hora.

Camino de Santiago, en bici y a caballo

Para los que optan por ir en bici de montaña, hay etapas que pueden rondar los 60 km. Por eso, es importante una preparación previa de dos meses. A pie se hace una media de 4 a 5 km./hora, mientras que en bici, unos 12 km/hora. Otra opción es la peregrinación a caballo. Esta requiere una planificación previa porque en albergues de titularidad pública los caminantes tienen prioridad sobre jinetes o ciclistas. Además, no permiten la pernocta de los caballos. Lo recomendable es informarse en centros ecuestres especializados.