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Los vecinos potencian el Camino portugués en Vigo con alojamientos en sus asociaciones

28 mayo 2018 / Mundicamino

La iniciativa ciudadana se anticipa a las administraciones para ayudar a los 7.500 peregrinos que pasan por la ciudad cada año.

Han decidido potenciar por su cuenta la oferta de alojamiento para los peregrinos del Camino portugués. No solo eso, sino que las asociaciones de vecinos de Saiáns y Freixo (Valadares) también acogen en su respectivas sedes a aquellas personas que emprenden otro tipo de aventuras, como la vuelta al mundo o senderismo. Ambas iniciativas suponen todo un ejemplo para las administraciones local y autónoma, pendientes aún de abrir un albergue de peregrinos en Vigo. El creciente auge del Camino portugués, que el pasado año logró atraer a la ciudad a 7.500 viajeros, no ha despertado las conciencias políticas y la ciudad sigue a la espera de una iniciativa de estas características.

Hace un año la Xunta desveló que buscaba un local para crear un albergue de peregrinos, pero desde entonces hasta la actualidad solo se ha producido otro anuncio: que su ubicación será en el Casco Vello. En concreto, estaría situado en el edificio del antiguo restaurante O Pescador, en la plaza de O Berbés, propiedad en la actualidad del consorcio del Casco Vello, participado en un 90 % por la Xunta y el resto, por el Concello. De prosperar la iniciativa, la idea es que el recinto abra sus puertas para el próximo Xacobeo del 2021 y que cuente con unas 85 plazas. Por su parte, el Concello no ha mostrado interés por este tipo de actuaciones.

Mientras se plasma una iniciativa oficial, las dos asociaciones vecinales cubren el vacío para que los peregrinos no pasen de largo y puedan pernoctar en Vigo.

«Se creó casi por humanidad. Era tanta la gente que llegaba, alguna destrozada, en días de lluvia, que se decidió ofrecer este servicio. Esto está más o menos a mitad de camino entre el albergue de Mougás y Redondela, y solían parar para pedir ayuda», comenta el presidente de la asociación de vecinos de Saiáns, Xurxo González. De momento la oferta del albergue es de ocho plazas, cuenta con calefacción y baño y el precio por noche es de ocho euros. Aunque está disponible durante todo el año, la época fuerte comienza ahora y se prolonga hasta el final del verano. Les gustaría darle carácter oficial, pero no les resulta fácil.

El refugio de O Freixo (Valadares) ofrece seis camas, pero si es necesario no dudan en colocar colchonetas con tal de que ningún peregrino se quede en la calle. La única condición es que los usuarios esperen a que terminen las actividades de la entidad, como muy tarde a las 22.00 horas, y que acrediten que son caminantes y no recurren a este servicio por otros motivos.

«Por aquí pasa gente de todo tipo. Por ejemplo, estuvo Jules Lavolee, un francés de la Bretaña que venía acompañado de su burro Bélénos y de su perro Mana. Tuvimos que improvisar alojamiento para los tres. A él, en el refugio, al burro se le montó un pequeño corral bajo las escaleras y se le llevó a pastar a un prado cercano, y al perro se le acomodó calentito en la sala de la caldera de la calefacción», explica el presidente de la asociación de vecinos de O Freixo, Jesús Manuel Rodríguez. Los tres continuaron hasta Finisterre, después se dirigieron a Fátima y volvieron a Santiago.

En este refugio de O Freixo la aportación es voluntaria porque reconocen que no ofrecen las comodidades de un albergue. Tanto en este caso como en el de Saiáns se puede contactar a través del teléfono de las asociaciones, por Internet o en persona.