Apostol

El primer perro acreditado como peregrino visitará al papa Francisco

19 junio 2018 / Mundicamino

Después de la historia del border collie ‘Neo’, en dos meses unos 200 canes han logrado el documento que avala su camino a Santiago.

Neo no es el primer can invitado por el Papa a San Pedro; antes que él ya hubo alguno, además de otras «criaturas de Dios» como un loro, un cachorro de pantera negra o el tigre de un circo que trataba de arrimarse peligrosamente al pontífice atraído por su ropa blanca. El caso es que Neo no es un heroico sabueso de la policía, ni un san bernardo especializado en los rescates de alta montaña, sino el primer perregrino acreditado del Camino Francés a Santiago. El border collie visitará al papa Francisco el 19 de septiembre durante una audiencia para la que cuenta con invitación del Vaticano. Allí será saludado por el jefe del catolicismo y la humana con la que peregrinó en abril, la guipuzcoana Mari Carmen Astigarraga, aprovechará para reivindicar el, de momento inexistente, reconocimiento oficial de la Iglesia a estos compañeros de viaje.

Muchos otros perros han recorrido los caminos a Compostela desde la Edad Media pero, a la vera de su dueña, Neo ha sido el primero que lo ha hecho con credencial sellada etapa a etapa, en ocasiones también por párrocos rurales que accedieron a respaldar la peregrinación animal sin preocuparse por lo que opinasen sus superiores en la archidiócesis. Y con ello, el border collie negro y blanco con una mancha congénita en un ojo por la que el criador casi lo sacrifica al nacer, ha abierto la puerta.

En un par de meses, dos centenares de perros han seguido sus pasos y han obtenido en Santiago la Perregrina, la alternativa oficiosa y canina a la Compostela, el título que otorga la Iglesia a los humanos que recorren a pie al menos 100 kilómetros hasta la ciudad gallega. Este diploma —al margen de la Oficina del Peregrino del Arzobispado de Santiago— es una iniciativa de la Asociación Protectora de Animales del Camino (Apaca), un colectivo fundado para salvar sobre todo a los cientos de perros que transitan perdidos o abandonados por las rutas jacobeas y muchas veces llegan a la meta enfermos y hambrientos, siguiendo el rastro de algún caminante que les ha brindado una caricia.

Tras obtener la Perregrina a finales de marzo, la propietaria de Neo se dirigió a la oficina eclesial con su can pero no logró que a él le dieran la Compostela. La reclamó en el mostrador y sembró dudas entre el personal hasta que acabaron llamando al encargado. Este «puso una serie de excusas», relata la dueña, como la de que no había precedentes y la de que un perro «no decide» por sí mismo echarse al Camino. «¿Al Rey emérito, sin dar un paso, acaban de dársela y a mi perro no?», planteó ella indignada en aquel momento. «Llegaré a la instancia superior», le advirtió Astigarraga al responsable de las credenciales antes de abandonar la oficina. Dicho y hecho, al regresar a su casa en Aretxabaleta, la peregrina vasca envió una carta al Vaticano y la respuesta ha llegado rápida, en forma de invitación en lugar preferente durante una audiencia general.

Mari Carmen Astigarraga y Apaca han emprendido una campaña de recaudación para costear el viaje y ya han conseguido más de la cuarta parte de los 1.000 euros que piden. Lo que sobre se empleará en la labor cotidiana de la protectora contra el abandono y el maltrato de animales del Camino. Cuando el papa Francisco se acerque a saludar a Neo, situado en primera fila en la plaza de San Pedro, la humana que camina a su lado pretende exponerle al máximo mandatario de la Iglesia Católica su reivindicación.