Jonathan Hesse llegó ayer a Santiago después de 99 días de caminata. Está feliz con la experiencia.
Noventa y nueve días después, y con 2.512 kilómetros en sus piernas. Así llegó ayer a Compostela el peregrino alemán Jonathan Hesse, que recorrió el Camino de Santiago desde su ciudad natal, Gerlingen. Este diácono y estudiante de Trabajo Social y Pedagogía Religiosa explicó que al principio le costó coger el ritmo, puesto que en su vida cotidiana no hace ejercicio. «Durante el primer mes hice una media de 20 kilómetros diarios, después pasé a 38, y al final volví a bajar el ritmo a unos 23», explica.
Cuenta que le surgió la posibilidad de peregrinar y le pareció una buena oportunidad para pensar. «Creí que sería bueno para mi cuerpo, mente y espíritu», relata el joven de 24 años. Dice que en Alemania no se encontró con dificultades para seguir la Ruta Jacobea, porque está muy bien señalizada. «En Francia no había flechas, estaba señalizado de una manera distinta, y alguna vez hice más kilómetros de la cuenta». Además, durante los primeros 38 días peregrinó solo. «Hasta Le Puy, en Francia, no me encontré a nadie, allí ya coincidí con dos peregrinos. No se puede comparar la experiencia de caminar solo o con más gente. Al principio tenía más tiempo para pensar y leer la Biblia, y después me encontré con personas muy buenas».
