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El Camino de Santiago es la mejor forma de aprender de la vida

13 agosto 2018 / Mundicamino

Peregrinos en el Obradoiro confirman los resultados del ‘Proyecto Ultreya’, que estudia los efectos psicológicos de realizar la Ruta.

“Actos cotidianos como beber agua o ducharse se convierten en algo increíble”.

Se vive de manera más desapegada, juzgando menos a los demás y aprendiendo a gestionar el dolor.

Con el objetivo de comprender este gran impacto psicológico que la ruta jacobea ejerce sobre quien recorre sus cientos de kilómetros, un grupo de científicos ha abordado la situación realizando un estudio denominado ‘Proyecto Ultreya’. Se trata de un trabajo encabezado por el doctor catalán Albert Feliu Soler que, junto a otros investigadores, pretende conocer «los efectos del Camino de Santiago sobre el bienestar y la salud mental».

Para conseguir su objetivo, el equipo ha puesto en marcha una página web en la que presentan una serie de cuestionarios a realizar voluntariamente por los peregrinos antes y después de su viaje. En este sentido llama la atención que el último de los sondeos se plantea tres meses después de haber finalizado el Camino, «para ver si los efectos se mantienen». Después de haber realizado más de 1.000 entrevistas, se han obtenido unos resultados que sus autores califican de «preliminares» y «cautelosos» pero que sin duda son muy reveladores.

LOS RESULTADOS. «Aprendes a relativizar los problemas y a ver que las cosas no tienen la importancia que les damos. Actos cotidianos como beber agua o ducharse se convierten en algo increíble. Te das cuenta de que lo más sencillo acaba por ser lo más importante». Este es uno de los efectos asociados al Camino descrito por una estudiante procedente de Valencia al ser preguntada por EL CORREO GALLEGO. Su testimonio sirve para corroborar uno de los resultados obtenidos por el ‘Proyecto Ultreya’, que observa mejoras en cuanto a la capacidad de vivir de manera más satisfactoria, feliz y desapegada.

También se aprecia el desarrollo de una notable capacidad para no juzgar. Algo que ratifica esta misma joven: «Como durante el Camino todos somos iguales, te relacionas con gente con la que en otras circunstancias no lo harías. Te das cuenta de que vivimos tan ensimismados que perdemos la oportunidad de conocer a gente maravillosa». Sin duda esa coexistencia forja unos lazos de amistad que perduran en el tiempo, como nos cuenta un padre de familia malagueño que después de dos años todavía sigue en contacto con gente a la que conoció durante la ruta.

Los investigadores del proyecto dividieron su muestra entre personas que hacen solas y acompañadas el Camino para comprobar de qué modo esto condiciona la experiencia. Los resultados muestran que todos los grupos se benefician por igual y eso es algo que atestiguan los propios peregrinos. «Mi madre lo hizo la primera vez por sí misma y esta segunda vez la hemos acompañado. Nos ha cambiado la mentalidad». Así lo cuenta un adolescente madrileño que junto a su hermano pequeño ha realizado la ruta que su progenitora había hecho ya «por problemas personales».

Una ruta cuya realización sirve para mejorar en casos de estrés, ansiedad y depresión. Muchos son de hecho los enfermos que se calzan las botas para recorrer miles de kilómetros desde su lugar de origen. Muestra de ello es un italiano afectado de leucemia que no dudó ni un instante en iniciar un peregrinaje que, según sus propias palabras, «ayuda a entender que nada es un problema». Lejos de autocompadecerse afirma: «Es una experiencia fuerte que te hace resistente».

Cuando uno llega a la Praza do Obradoiro, destino final del Camino de Santiago, todo ese dolor se olvida y cualquier mal recuerdo queda disipado. «Es difícil expresar lo que sientes estando aquí contemplando esta belleza». Quien lo dice es un jubilado alemán que ha realizado el Camino de forma intermitente durante los últimos años y que poco más puede decir ante la emoción de haber cumplido su objetivo. Sin duda, una experiencia imposible de olvidar y que tendrá hondas consecuencias en la vida de todos los peregrinos que disfrutan y disfrutarán de ella.