Jorge Novo, presidente de la Asociación Humanitaria dos Bombeiros de Batalha, dice que es un tramo duro sin señalizar y sin puntos de agua.
Una familia portuguesa, residente en la localidad de Batalha, llegó a Santiago después de recorrer los 240 kilómetros del Camino Braga-Compostela, una ruta que también es conocida como Camiño dos Arrieiros. Jorge Novo, de 53 años, profesor y presidente de la Asociación Humanitaria dos Bombeiros Voluntarios de Batalha, lo recorrió junto a su mujer, Lurdes Nunes, empresaria de 49 años, y su hijo, Antonio Novo, de 13. Según comenta Jorge Novo, la suya es la primera familia en completar este camino, que todavía no está homologado para recibir la Compostela, una acreditación que esperan conseguir de cara al próximo Año Santo del 2021.
El peregrino destaca que este itinerario «no es fácil para las personas que no están preparadas, porque no existen muchos puntos de abastecimiento ni tampoco albergues», pero también apunta la ventaja de que el Camino dos Arrieiros no está saturado con «los conocidos turigrinos. Es el mejor camino», sostiene. Lurdes Nunes señala que es «duro y desafiante, porque no está marcado. No hay locales para beber y comer, por lo que hay que hacer un esfuerzo doble para transportar alimentos y agua». El joven Antonio Novo, que hizo su primer camino con 9 años y ha recorrido cinco, reconoce que es «el más duro, pero también el más rico en historia y paisajes naturales».
