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Los rituales más peregrinos del Camino

10 septiembre 2018 / Mundicamino

Todo tipo de «recuerdos» salpican los últimos quince kilómetros de la ruta francesa.

Los últimos quince kilómetros del Camino Francés se reflejan en las caras de los peregrinos con una mezcla de alegría y agotamiento, pues saben que su destino, Compostela, está ya a la vuelta de la esquina, o casi. El sprint final comienza bordeando el aeropuerto de Lavacolla y, al dejarlo atrás, comienza una sucesión de senderos entre la vegetación, que se alternan con tramos por medio de los pequeños núcleos de población hasta llegar al Monte do Gozo. Los mojones con la vieira amarilla escoltarán el trayecto de los viandantes, aunque no serán los únicos acompañantes en la ruta. Por todos los lados se pueden apreciar las marcas de que otros peregrinos pasaron antes por allí: guijarros, estampas religiosas, pegatinas y hasta prendas de ropa.

Antes de llegar a la aldea de San Paio, sorprende la estratégica colocación de una zapatilla sobre un cartel de «No pasar». Al lado de esto, múltiples pegatinas motean una farola, y una pintada con forma de corazón luce en un mojón coronado por piedras.