La joven estará acompañada por su padre, el montañista Pascual Fuster, durante tres días de esta aventura que emprende en solitario.
Paula Fuster emprende este mes un nuevo reto que la llevará de Almassora a Santiago. Durante alrededor de un mes y medio, la joven de 27 años recorrerá más de 1.000 kilómetros y solo tiene reservas de alojamiento hasta Zaragoza; a partir de ahí «será cuando empieza la aventura», relata Paula.
Un Camino de Santiago hecho a su medida. Este es el propósito de Paula Fuster, una joven de 27 años que vive en Almassora y que este mes va a emprender el Camino desde la puerta de su casa.
Natural de Castelló, Paula ha estudiado Magisterio Infantil y después de trabajar durante alrededor de dos años y medio para una firma de bisutería en El Corte Inglés, ha decidido «despedirse» de este trabajo para emprender esta aventura.
Como la misma Paula relata, el Camino de Santiago siempre ha sido un trayecto que le ha gustado y ya lleva a cuestas tres etapas realizadas. De esto ya hace más de cinco años, «la primera vez hice la etapa Sarria-Santiago, la segunda Santiago-Finisterre y Muxía y la última fue Logroño-Burgos». Las dos primeras etapas las completó junto a su padre, Pascual Fuster, y la tercera con un amigo.
Y tras estas experiencias vividas, la joven se dio cuenta que «siempre se hace el mismo camino» y es por ello que ha decidido iniciar su propio Camino de Santiago desde la puerta de su casa.
Así, después de varios años con la idea en la cabeza, la joven emprende este mes el camino que le llevará desde Almassora hasta Santiago, cuya duración prevista es de entorno a un mes y medio. Un recorrido de más de mil kilómetros y para el cual solo tiene reservas de alojamiento hasta Zaragoza, «y ya será a partir de ahí cuando comenzará la aventura».
Paula Fuster realizará el viaje en solitario aunque, como la misma explica, durante tres días estará acompañada por su padre. Esto será a su llegada a Morella y de ahí hasta Andorra de Teruel padre e hija compartirán el camino. Pascual Fuster es un conocido montañero de Castelló y entre las expediciones que ha realizado se encuentra el ascenso al McKinley, la montaña más fría del planeta, a 40 grados bajo cero, así como Elbrus, Aconcagua o Annapurna.
Esa afición por la montaña ha sido heredada por su hija y «aunque no voy todas las semanas, conozco la montaña y estoy acostumbrada a ella».
Para este viaje, Paula Fuster asegura que «no me he preparado mucho» pero, como le aconsejó una compañera de trabajo, «desde hace dos semanas he ido a andar por la orilla de la playa porque es bueno para amoldar mi pie a distintas alturas».
En cuanto a los objetos con los que va a llenar su mochila se encuentran la vaselina para los pies, vendas, poca ropa, calcetines, gorra, pañuelo y crema solar. Por lo que hace a aparatos tecnológicos, Paula llevará consigo su teléfono móvil y baterías recargables. Asimismo, la joven también llevará un diario «que aunque no estoy acostumbrada a escribir ninguno, voy a escribir lo que hago cada día».
Paula emprende esta aventura, por la que pasará por más de 30 pueblos con el objetivo de, además de cumplir uno de sus sueños que es completar el Camino de Santiago desde la puerta de su casa, «meditar mucho y sobre todo acumular muchas experiencias personales y sociales que me puedan aportar la gente que vaya conociendo por el camino».
La joven ya tiene la credencial del peregrino cuñada en Almassora y Castelló y hasta enero, que tiene que volver a la Rutacatorze35 que organiza el Ayuntamiento de Castelló, tiene unos meses por delante para cumplir su sueño.
