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Conoce la ruta norte del Camino de Santiago sus secretos

04 diciembre 2018 / Mundicamino

La peregrinación hacia Santiago de Compostela se ha convertido en uno de los actos de fe más relevantes del cristianismo de los últimos siglos, además de convertirse en un destino turístico muy solicitado por aventureros y creyentes en todo el mundo.

Si estás interesado en vivir la experiencia de recorrer el camino de Santiago de Compostela, debes tener en cuenta algunos consejos y conocer bien la historia de este reconocido peregrinaje cristiano. Que también es un destino turístico de primer nivel.

El camino de Santiago tiene su origen en la vida de Santiago el Mayor, que según se dice viajó a España a predicar el evangelio de Jesucristo para después regresar a Palestina donde murió a raíz de las constantes torturas.

Una vez hubo fallecido sus seguidores trasladaron el cuerpo a Galicia para sepultarlo, pero la tumba fue abandonada y con el tiempo no se supo más de su existencia. Hasta que en el siglo IX, el Papa de aquella época anunció la aparición de sus restos e invitó a todos los creyentes a peregrinar hasta Galicia para venerar la reliquia descubierta.

Desde ese momento, tanto en España como en Francia se abrieron diversas rutas para ofrecer a los interesados la posibilidad de recorrer el camino de Santiago desde diferentes puntos geográficos.

Actualmente existen varias rutas o caminos para llegar al santuario de Compostela, siendo las más concurridas el camino Francés, el Portugués el camino Inglés y, por supuesto, el camino del norte.

El camino del norte es el más largo de todos los caminos, ya que consta de 820 caminos fraccionados en 34 etapas, siendo uno de los preferidos, ya que en él se recorre toda la cordillera del mar cantábrico, además de disfrutar de hermosos paisajes, playas y bosques.

Este camino comenzó a desarrollarse a partir del siglo IX desde Asturias, donde franceses y habitantes de otros países del norte de Europa viajaban por estos senderos debido a la belleza de la costa cantábrica. El camino no solo ofrece inolvidables paisajes, sino que también puedes encontrar interesantes pueblos y ciudades que ofrecen todos los servicios necesarios.

Por ser el camino más largo, el camino del norte se divide en varias etapas, las cuales se pueden resumir de la siguiente manera:

En la primera etapa se parte desde Irún para tomar dos caminos que llevan hasta San Sebastián. Una vez en San Sebastián se llega hasta el pueblo de Zarautz, famoso por su actividad surfera y donde se puede visitar el templo gótico de Santa María la Real, la torre y sus yacimientos arqueológicos.

Desde Zarautz se viaja hasta Deba para después llegar a Markina, donde podrás disfrutar de los valles rurales vascos. De Markina se continúa hasta Gernika para llegar hasta Lezama.

Desde Lezama se llega a Bilbao, la ciudad más grande del recorrido, donde puedes visitar la basílica de nuestra señora de Begoña y las calles del casco viejo. Más adelante y desde Bilbao se llega a Portugalete, pasando después por Castro Urdiales, Laredo y Güemes.

El recorrido continúa desde Güemes hasta Santander, ciudad conocida por sus bonitas playas y donde se puede tomar la ruta costera para después continuar hasta Comillas, pasando por Colombres, Llanes y Ribadesella hasta llegar a Sebrayo.

El camino avanza por otras ciudades hasta llegar a Pedrouzo, donde el camino es más accesible para acabar terminando en la ciudad de Compostela, cuyo recorrido es de 20 kilómetros.

El camino del norte es el que más utilizan los peregrinos, ya que pueden acceder desde cualquier zona de Europa a través de los puertos del cantábrico, además de que sus paisajes son de una belleza inigualable, sin olvidarnos de su variada y rica gastronomía.

Además del camino del norte existen mas rutas para disfrutar de este inolvidable recorrido. Para muchos cristianos y creyentes realizar este viaje puede tener diferentes motivos como simplemente conocer Santiago como destino turístico o cumplir una petición al apóstol producto de un favor o promesa.

Otros buscan hacer el camino de Santiago solamente para vivir el milagro en sí de la peregrinación o para encontrarse a sí mismos, siendo un viaje auto-exploratorio donde la meditación y la oración conviven en la medida que se conocen los diversos lugares santos de los pueblos de España.