A lo largo de la Edad Media hubo dos actividades muy diferentes frente al viaje : la de aquellos que apenas se movieron del lugar en que habían nacido y la de quienes pasaron su vida en el camino.La primera fue muchas veces obligada , como es el caso de los campesinos adscritos a la tierra; la segunda constituyó , para otros , una forma de vida.
Se pensaba que no eran muy de fiar quienes andaban por los caminos.El desconocido podía ser un criminal , un hereje o un enfermo que quizás traía consigo una epidemia .
De esa manera las autoridades querían para sus súbditos la estabilidad en un lugar .Sin embargo las cortes de los reyes que no tenían una sede fija estaban donde se hallaba el monarca de un lado para otro.
De la misma manera fue el modo de vida de muchos soldados ,comerciantes, frailes y artesanos que vivían temporalmente donde se requerían sus servicios .Solo podían asentarse cuando conseguían trabajar en una gran obra.
La aparición de peregrinos
Junto a todos ellos en el camino se encuentran también los peregrinos , los que van a un santuario cercano o los que deciden emprender un largo viaje hacia cualquiera de los grandes centros religiosos de la Edad Media.
Fue la peregrinación precisamente la que hizo que gentes de todo el espectro social , desde los altos señores a los humildes labriegos,se echaran masivamente al camino , constituyendo el ejemplo más claro de lo que se llamó el hombre viajero.
Su motivación fue , aunque no de forma exclusiva , la fe , la búsqueda de la salvación del alma , porque al fin y al cabo Cristo ya había dicho . «yo soy el camino».
