Los amantes de los caballos ya pueden incorporar la variante espiritual del Camino Portugués por O Salnés a sus itinerarios. Desde que hace tres años la Mancomunidade do Salnés pusiera en marcha esta ruta jacobea siempre tuvo en mente abrirla a los peregrinos a caballo. Esta idea cobrará forma mañana con la apertura oficial de la temporada.
A eso de las nueve de la mañana partirán una quincena de jinetes desde el monasterio de Poio en dirección a Armenteira, donde pararán a comer, y de ahí seguirán camino hasta llegar a Vilanova, donde remata el itinerario terrestre de la variante. Quienes quieran completar los 75 kilómetros río arriba hasta Pontecesures tendrán que coger un barco en el puerto vilanovés para remontar el Ulla como, según cuenta la leyenda, hicieron con los restos del apóstol Santiago.
Para presentar la ruta ecuestre por la variante, el presidente de la mancomunidad y alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, no dudó ayer en subirse a un caballo al cobijo de los árboles del jardín Umbrío. También se subieron al lomo de los equinos el colaborador del Concello para estos temas, Alberto Álvarez, y el teniente de alcalde Javier Tourís, acaparando la atención de los focos por unos minutos. Unos centímetros más abajo, con los pies en el suelo, asistían a la escena varios peregrinos que se han desplazado a la comarca para recorrer este itinerario jacobeo. Los había españoles y también extranjeros de Bélgica y Estados Unidos, y es que, según apuntó Álvarez, cada vez son más las personas que llegan procedentes de otros países.
En el 2014 recorrieron los caminos de Armenteira y Vilanova alrededor de 1.500 peregrinos, una cifra que, a criterio de la mancomunidad, es más que positiva teniendo en cuenta que la variante espiritual se puso en marcha hace tan solo tres años. Y en lo que va de 2015 han pasado por los albergues un 40 % más de peregrinos que el año pasado por estas mismas fechas. Aun siendo importantes las cifras, en la mancomunidad aspiran a que la variante sea, además, un camino con personalidad propia. «Queremos que el peregrino lleve en la retina una imagen diferente. Lo único que le pedimos es que no venga con prisa, para que disfrute. Nosotros ofrecemos un paso tranquilo», señaló Álvarez.
La ruta a caballo ofrece las mejores condiciones para ello ya que transcurre casi en su totalidad lejos de carreteras principales, entre los viñedos y la huerta de O Salnés y las laderas de Castrove. Y no hay peligro de perderse ya que cada día se está mejorando la señalización, según apuntaron las mismas fuentes.
«Queremos que el peregrino lleve en la retina una imagen diferente. Ofrecemos un paso tranquilo»
