La pandemia del coronavirus ha impedido que múltiples peregrinos hayan podido realizar el Camino de Santiago este año. Pero no por ello ha conseguido acabar con la magia de la ruta jacobea.
Un ejemplo de estas historias son peregrinos uno valenciano y otra catalana que empezaron en Francia y en el trayecto han forjado una buena amistad de amor verdadero. Destacan del camino la parte del bosque desde Villafranca hasta San Juan de Ortega. Al llegar a Burgos buscaron un pincho de morcilla al llegar al centro después de un duro día, en el que la lluvia no paró.
Esta y otras historias para enamorarse del Camino de Santiago , que cada año sigue atrayendo a cientos de caminantes y que para las localidades que atraviesa también supone un importante impacto económico.
Este año se ha caracterizado por la presencia de los peregrinos españoles sobre todo , pero que ha significado para muchos de ellos una válvula de escape después de un duro confinamiento.