La vía de Bayona o el Camino Vasco del interior conexiona las rutas de peregrinaje francesas desde Irún y después del valle de Oria entra en Alava a través del túnel de San Adrián. Este cavidad natural fue un punto de encuentro entre alava y guipuzcoa. Siguiendo una calzada medieval de piedra del siglo XII se llega al alto de San Adrián.
A la izquierda de la entrada de la cueva había un castillo y en su interior había una posada para el reposo de los peregrinos y existía una ermita dedicada a San Adrián reconstruida en el siglo XX.
Posteriormente la vía de Bayona se dirige hasta Zalduondo, primer pueblo que ofrecía un descanso al peregrino, para continuar hasta Agurain. En cambio otros viajeros preferían bajar hasta Araia para unirse al camino a la altura de Egilaz, conectando con la calzada romana que seguía hasta Salvatierra.
Durante el siglo XVI se hizo popular otra opción que se adentraba en Llanada Alavesa a través del concejo de Galarreta conectando después con el camino principal a la altura de Vitoria. Esta alternativa se hizo popular porque Agurain cogió fama de cobrar excesivos impuestos a los viajeros.