Apostol

El Camino recuperado

19 mayo 2017 / Mundicamino

Los peregrinos regresan al trayecto a Compostela al que se llama Olvidado en una ruta promovida por asociaciones de amigos de las rutas jacobeas que ayer pasó por Alonsotegi y Güeñes y hoy atraviesa Zalla y Balmaseda.

Caminando por esta ruta, el viejo Camino dejará de ser el Camino Olvidado”, el itinerario también denominado Primitivo o de la Montaña. La credencial que recibieron ayer al comenzar su andadura en Bilbao lo dice bien claro. Solo tomando carreteras y pistas con la emblemática concha distintiva volverá el movimiento a este trazado que atraviesa las localidades encartadas del Kadagua para internarse en Burgos. La Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Bizkaia suele recorrer este tramo para revisar las señales que indican el sentido de la marcha, pero esta vez con la ayuda de sus colegas de León han querido cumplir su máxima al pie de la letra llegando hasta el final: Villafranca del Bierzo, donde entronca con el Camino Francés. A partir de ahí, un contingente más reducido proseguirá a Compostela y Finisterre.

En la catedral de Santiago cerca de veinte personas recibieron la bendición antes de enfrentarse a la primera de las 18 etapas: 18,3 kilómetros hasta Güeñes. “El párroco nos ha dicho que nunca la había impartido a un grupo de peregrinos, algo que nos ha sorprendido”, confesó José Antonio Cuo, de la asociación leonesa del Camino Olvidado. Y eso que “250 años antes de que Burgos existiera como ciudad ya había peregrinos por la montaña”, según apuntó Adolfo Diego de Miguel, coordinador de la asociación vizcaina, y esta ruta antecedió al popular Camino Francés, que lo eclipsó.

Ahora buscan revitalizar el trazado divulgando su historia y fomentando el tránsito de peregrinos para crear la infraestructura necesaria -albergues y hostelería- que genere riqueza en los 637 kilómetros del Camino Olvidado. Para ello se unieron el pasado verano una veintena de municipios de León y constituyeron una asociación que trabaja codo con codo con la de Bizkaia.

Ayer se tomaron la pequeña licencia de seguir a Zorrotza en paralelo a la ría “para admirar la transformación de Bilbao” en lugar de tomar la vía tradicional “por Kobetas” y entraron en Enkarterri a través de Alonsotegi. Pasaron por la ermita de San Antolín y Nuestra Señora de la Guía, en Arbuio, “una advocación muy unida al Camino de Santiago”. Y, siguiendo el curso del Kadagua, cruzaron Zaramillo y Sodupe para terminar la jornada frente a la iglesia de Santa María, ya en el núcleo urbano de Güeñes. Antes de retirarse a descansar visitaron el interior del templo y el jardín japonés del museo del bonsái.

Aquellos que pernoctaron en Enkarterri desplegaron sus colchonetas y sacos de dormir en la kultur etxea de Güeñes. Y es que el número de participantes en la marcha variará cada jornada. Algunos prefirieron regresar a casa y unirse a sus compañeros hoy temprano para caminar solo hasta la muga con Burgos, hay quienes aprovecharán el puente del 1 de mayo para avanzar algo más, y valientes que ayer salieron de Bilbao con la firme voluntad de llenar sus credenciales de sellos y abrazar al apóstol Santiago. En total, serán más de cuarenta.

En este último apartado se encuentra Santi Tarruella, un barcelonés con “42 Compostelas” en su haber que contactó con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Bizkaia a través de las redes sociales. “Estaba decidido a hacerlo solo y cuando descubrí esta actividad no dudé en inscribirme”, contó. Los demás explicaron en dos palabras la abultada cifra de incursiones en la ruta Jacobea: “Es adictivo”. Y únicamente se necesita estar en forma física y mentalmente. Porque “en el equipaje para nosotros no existe el por si acaso; es increíble con lo poco que te puedes llegar a arreglar”, añadió José Antonio Cuñarro.

Con 19 kilómetros por delante, hoy se echarán la mochila al hombro a las 8.00 horas en dirección a Zalla. Atravesarán la ermita de San Pedro Zarikete y los conjuntos monumentales de Bolunburu y La Herrera, y harán un alto para disfrutar de una visita guiada por Balmaseda. “La villa dispuso de un hospital de peregrinos y en la plaza de San Juan se puede admirar una escultura que hace referencia al Camino de Santiago”, apostilló Adolfo Diego de Miguel. Después tomarán el Puente Viejo con la meta puesta en Nava de Ordunte y una bien merecida paella que allí les espera.