Los Hospitaleros Voluntarios de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago (FEAACS) son una de las figuras más representativas de los valores jacobeos, peregrinos que dedican su tiempo libre a transmitir su conocimiento sobre el Camino de forma altruista con todos aquellos que emprenden la peregrinación a Santiago.
Bajo el paraguas de la FEAACS, Hospitaleros Voluntarios celebra este año el XXX aniversario de su fundación. Una efemérides que se ha celebrado virtualmente de forma conjunta con el Encuentro Internacional Anual de Hospitaleros Voluntarios con la participación de 260 hospitaleros voluntarios de 19 países, desde la costa este de Australia a la costa oeste de los Estados Unidos, sin olvidar Japón, lo que da una idea de la fortaleza de esta organización dependiente de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago.
El doble encuentro estuvo presidido por el presidente de la FEAACS, Luis Gutiérrez Perrino, y la coordinadora de Hospitaleros Voluntarios, Anai Barreda, y se ha celebrado bajo el lema “El camino de la espera”. «La espera y la esperanza de volver pronto pero seguros al Camino», subraya Gutiérrez Perrino.
Retos y Esperanzas
Durante dos días, los participantes pudieron asistir a charlas y ponencias, y compartir ideas y experiencias de un año difícil a través de las salas de participación. En el encuentro se habló de las expectativas de los voluntarios de cara a 2021. La vacuna contra la Covid-19, la inmunidad, las materias de los cursos para los nuevos hospitaleros que se están impartiendo en 11 países, que incluyen nuevas cuestiones en materia de seguridad y tecnología; las medidas sanitarias, los albergues y la propia idiosincrasia de los Hospitaleros fueron algunos de los temas que se trataron en un doble encuentro que precede a la inauguración del Año Santo 2021.
Entre las conclusiones más relevantes extraídas de la cita, Luis Gutiérrez Perrino y Ana Barreda destacan «la capacidad de adaptación y reacción de los hospitaleros voluntarios ante la pandemia, con especial atención a los protocolos de seguridad implementados en los albergues que durante este año han continuado prestando su servicio y que han permitido, con la colaboración y espíritu responsable de los peregrinos que decidieron emprender la peregrinación, cerrar un año tan complejo con la sensación de haber logrado afrontar de forma positiva un gran reto como ha sido la Covid-19».
«Los protocolos de desinfección y limpieza, con toda su complejidad, vinieron a dar en una intensificación de la natural limpieza y podríamos decir que dejarán huella en la manera posterior de mantener, más exquisita que de ordinario, la higiene de los albergues. El comportamiento de los peregrinos fue excelente. Ahora… toca esperar».
