Abejar
Iglesia de San Juan Bautista
Cabrejas del Pinar
Iglesia de San Millán
Su iglesia barroca, de los siglos XVI-XVII, está dedicada a San Millán. También en el casco urbano, en la parte alta de la villa, junto al camino y al cementerio, está la ermita de Santa Ana.
A unos 3 Km. del pueblo hay un santuario mariano, la ermita de la Virgen de la Blanca, sede de una Concordia de ocho pueblos que acuden en romería cada año el tercer sábado de julio.
Navaleno
San Leonardo
Iglesia de San Juan Degollado.
En el barrio de Arganza. Se trata de una iglesia románica que data de fines del s. XI. Hoy tiene un aspecto bien distinto de los que fue entonces. Lo sabemos porque al mirar su muro sur, tiene los nueve arcos de su antiguo pórtico tapiados, posiblemente en la reconstrucción tras un incendio, ganando así el espacio del pórtico para el interior de la iglesia, al tiempo que se ponía la puerta en la pared oriental del templo.
Iglesia de San Leonardo Abad
Templo parroquial de San Leonardo Abad. El actual edificio fue comenzado a construir, con la colaboración de Juan Manrique de Lara, en el último tercio del s. XVI sobre el antiguo templo románico y sus obras se prolongaron en sucesivas ampliaciones hasta 1650, año en el que están datados el «carnero» y la torre. Su interior alberga obras de gran valor artístico, como un Ecce Homo atribuido a Gregorio Fernández y una inmaculada de Carreño.
Parque natural Cañón de Río Lobos
El «Puente de los 7 Ojos», situado a tan sólo 5 Km. del pueblo, es el epicentro del Parque Natural más visitado de toda la comunidad Castellano-Leonesa. Es un espectacular espacio protegido que alberga, además de antiguos vestigios prehistóricos, una riquísima y variada flora y fauna entre la que destaca la numerosa colonia de buitres leonados.
Ermita de las Angustias
Ruinas de la fortaleza palacio de J. Manrique de Lara
En lo alto del cerro que domina el pueblo se conservan en muy mal estado las ruinas de lo que fue el palacio renacentista, con forma de fortaleza abaluartada, del que fue virrey de Nápoles en el s. XVI. Cuesta pensar al verlo que, bajo su forma de fortaleza artillada, estuvo adornado por mármoles y jaspes, pinturas renacentistas italianas y tapices flamencos.