Apostol

Ruta de la Lana I

Etapa

7

Cultura

Villamalea

Según los vestigios arqueológicos encontrados en sus alrededores, entre los que se encuentran restos de vasos ibéricos, los orígenes de este pueblo son de remota antigüedad.
Durante la dominación musulmana la mayoría de los territorios, que hoy comprenden la comarca natural donde se inserta Villamalea, debían estar bastante despoblados.
A principios del siglo XIII, Alfonso VIII de Castilla reconquista, partiendo de Alarcón, poblándolos, los territorios anteriormente mencionados; en esta época la zona de Villamalea debió pertenecer al pequeño alfoz de Iniesta.
Posteriormente, durante los siglos XIV y mitad del XV, estos territorios pertenecieron al Señorío o Marquesado de Villena formando parte del Estado de Jorquera; en esa época Villamalea debió ser una aldea ó lugar dependiente de la villa de Jorquera.
En la sección del Consejo de Castilla y clero del Archivo Histórico Nacional, consta que Villamalea era una fundación de la villa de Jorquera, llevada a efecto el 25 de Noviembre de 1612.
Al parecer el 31 de Agosto de 1663 le fue concedido el privilegio de villa al lugar de Villamalea, junto con Mahora, Navas de Jorquera, Cenizate, Valdeganga y Casas Ibañez, con esta situación alcanzó una cierta autonomía e independencia.
La mayor parte de las tierras que pertenecían y pertenecen al término municipal de esta Villa, eran propiedad de dos familias: los Núñez de Haro, y los Monteagudo, fundidos en una sola a mediados del siglo XVIII.
Villamalea o San Juan de Villamalea, como aparece en los textos antiguos, obtuvo su autonomía municipal en el siglo XIX. Hasta esas fechas formó parte del territorio llamado Estado de Jorquera, junto a Fuentealbilla, Mahora, Casas-Ibañez, Golosalvo, etc. Es decir una gran zona de Señorío bajo la autoridad del Marqués de Villena. Esta dependencia subsistiría hasta la extinción de los Señoríos en el siglo XIX.
Por otro lado, Villamalea, aún conserva en bastante buen estado, en el centro del pueblo, el edificio que en otros tiempos fuere Ermita de la Concepción, cuya fábrica es originaria de los comienzos del último tercio del siglo XVI.
El término municipal de Villamalea se incorpora al partido judicial de Casas Ibañez hasta el año 1965 que se integró en el de Albacete.

El Herrumblar

Los vestigios arqueológicos documentados de la localidad de El Herrumblar se remontan a la Protohistoria y la época histórica.
De la Edad del Bronce se conocían ya vestigios que se guardan en el Museo Arqueológico de Cuenca, procedentes del Cerro Chavo. Este mismo yacimiento ha sido publicado en ocasiones describiendo en él estructuras habitacionaleserecedero. La cultura material se compone fundamentalmente de cerámica de labio vuelto con decoración en ungulaciones y dientes de hoz.
De la época ibérica se conocían, por datos de Carta Arqueológica, dos yacimientos próximos a la localidad.
No obstante otros yacimientos de esta época, como el Llano de los Cabezos, se habían documentado con anterioridad con apariciones numismáticas que aportan luz sobre la localización de la ceca de Ikalesken.
Ya de época romana y gracias a las aportaciones particulares que localizan de forma esporádica y casual vestigios arqueológicos en las tareas agrícolas de remoción de tierras, se había documentado otro yacimiento de esta época se trata de El Balsón.
La villa de El Herrumblar es villa independiente de Iniesta a partir de 1782, momento en que la villa asciende a unos 100 vecinos. Según esta publicación. El Herrumblar se denominaba El Cumbrar antaño y luego el Retumblar.
El Herrumblar es una villa que vivía fundamentalmente de la agricultura y la ganadería ovina aunque también eran famosos sus tejares, los cuales abastecían de tejas a todo el municipio y parte de los colindantes.
Solamente se contaba con la iglesia actual dedicada a Nuestra Señora de la Estrella y construida en 1777 pero antes se rendía culto en la Ermita de San Julián localizada al norte de la localidad junto al cementerio y fundada en 1680.

Villarta

Recibe su nombre de un antiguo almacén de provisiones en la época romana.
Se trata de un lugar de antiquísimo poblamiento como así lo demuestran los innumerables yacimientos de diferentes culturas localizados por esta zonaLos íberos fueron los primeros habitantes de estas tierras como demuestran importantes yacimientos que hoy en día podemos contemplar en diferentes museos nacionales.
De la época romana aún se encuentran un mayor número de yacimientos ya que no hay rincón de toda esta comarca estudiada que no posea restos, incluso alguna de las localidades se corresponden con ciudades romanas como Iniesta que era la antigua EgelastaTodo este terreno se encontraba atravesado por infinidad de rutas comerciales romanas.
De la época visigoda apenas quedan restos, sin embargo podemos decir que con la invasión de los árabes en el año 711, toda esta zona llega a uno de sus períodos de máximo explendor cultural.
En el siglo XIV se crea el Marquesado de Villena (el más antiguo de Castilla) al que pertenecerán todos estos pueblos, este título permance en la famila Aragón hasta la muerte del último descendiente de esta familia Don Enrique, el Nigromántico; momento en que pasa el título a Don Juan Pacheco. Será con los Reyes Católicos cuando se comience a recuperar a estas localidades para la corona, proceso que no acabará hasta el siglo XIX con la desaparición de los Señoríos.
Es en el período que abarca los siglos XVI-XVIII, cuando estos pueblos comienzan a obtener el título de villas y con la independencia lograda se alcanza un auge económico que produce la proliferación de la mayoría de los monumentos que hoy en día podemos contemplar.

Graja de Iniesta

Durante muchos años se han ido encontrando en todo su extenso término municipal numerosos restos arqueológicos de distintas épocas históricas, datándose aquéllos más antiguos en el período neolítico y la Edad del Bronce. Posteriormente se excavó otra necrópolis ibérica donde apareció uno de los mosaicos de cantos pintados más antiguos de todos cuantos se conocen en el arco mediterráneo. De la época de la Romanización los restos encontrados son variados y de máxima calidad: un puente, varias estelas, aras votivas, restos de villas romanas, monedas, etc., considerándose por una mayoría de historiadores como la antigua Egelasta, y consiguiendo una fama inusual por la calidad de su sal tan importante para las salazones de esa época que era extraída de las diferentes minas que existían en la zona.
Los siglos venideros mantendrán el enclave iniestense con su importancia político-administrativa, siendo en varias ocasiones cabeza de partido. El siglo XVII destaca por el gran desarrollo urbanístico con la construcción de importantes casas-palacio en la Villa. Ya en el siglo XVIII sobresalen una serie de personajes ilustres de la vida religiosa del país: obispos, santos, etc. Las contínuas guerras decimonónicas y la política general de nuestro país marcaron una decadencia histórica muy acusada no sólo en Iniesta sino en todas las regiones de España.

Campillo de Altobuey

El origen de Campillo se remonta a la conquista de Cuenca, cuando el rey Alfonso II de Aragón envió tropas para ayudarle y en recompensa Alfonso VIII otorgó tierras y posesiones a un noble aragonés apellidado Xarava, en el lugar donde actualmente se encuentra Campillo de Altobuey y otros pueblos próximos.
Aunque se desconoce la antigüedad del poblamiento de esta localidad, sí se sabe que hubo un asentamiento árabe. Sin embargo, será a partir del año 1177, con la conquista de Cuenca, por el monarca castellano Alfonso VIII, cuando conste documentalmente como núcleo de población.
Documentación histórica aparte, la hisotira del pueblo gira en torno a la Virgen de la Loma, Patrona de la localidad. Según la leyenda, Alfonso VIII conquistó Cuenca gracias a un milagro de la Virgen, quien hizo aparcerer una misteriorsa “luz” en una “loma”, el desconcierto de los musulmanes ante dicho prodigió otorgó la victoria a los cristianos. La pequeña imagen aparecida en la loma fue regalada por el monarca castellano al capitán aragonés apellidado Jaraba, como muestra de agradecimiento. No sólo, claro está, le concedió la posesión de la milagrosa imagen, sino numerosas tierras y posesiones.
Durante toda la Edad Media esta localidad fue un importante paso para peregrinos y caminantes, por estar localizada en el Camino Real de Madrid.
Durante el siglo XIX Campillo de Altobuey experimentó un notable crecimiento demográfico.