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El monasterio de San Antón en peligro icono del Camino de Santiago en Burgos

05 diciembre 2021 / Mundicamino

El presidente en el monasterio de San Antón Ovidio Campo , ha remitido a la Consejería de Cultura, a la que recuerda que la Ley de Patrimonio Cultural recoge que es deber «esencial» de la Junta, reforzado en el caso de los «bienes más relevantes», no solo garantizar su conservación y enriquecimiento, sino también fomentar el acceso de los ciudadanos a estos bienes.

Desde el año 2002 que abrimos las ruinas del convento de San Antón en Castrojeriz al público y a los peregrinos, sin obligación alguna, ninguna institución nos ha prestado ningún tipo de ayuda, ni económica, ni humana», denuncia.

«Lo mantenemos a base de los donativos que dejan los visitantes y los peregrinos y del trabajo desinteresado de hospitaleros» por apoyar un albergue por el que cada año pasan a visitar las ruinas más de 30.000 personas y acoge a más de 1.000 peregrinos, pese a disponer tan sólo de 12 camas, y a los que se les ofrece alojamiento, cena y desayuno, sin coste alguno.
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La Diputación de Burgos se encargó, en 2004, de la consolidación de la ruinas del convento, con la ayuda de la Asociación de Desarrollo Rural ( Adeco-Camino ).

Además, en 2007 la Junta de Castilla y León, «sin solicitarlo, pero consciente del valor, la necesidad y la importancia que tenían esas ruinas», invirtió 300.000 euros en restaurarlas.

«Y se acabó. Han pasado 14 años y nadie, absolutamente nadie, se ha preocupado, como se encuentran esas ruinas y menos, como nos encontramos nosotros».

En este sentido, y tras tres años de legislatura, quizá «el director general de Patrimonio de la Junta tiene dudas, que pena para él, se termina la legislatura».

«Tuvimos una conversación hace un mes con usted y no hay fondos, ni europeos, ni españoles ni esos 100 millones que anunció el consejero de Cultura en las Cortes, para invertir en patrimonio de Castilla y León.

No existimos; el antiguo convento de San Antón no forma parte de ese patrimonio que enriquece nuestra historia, nuestro pasado y es parte del futuro de nuestra comunidad.

Y cuando un bien cultural y patrimonial no existe, las piedras se caen, los muros se llenan de raíces y el abandono hace que se pierda la identidad de las ruinas», denuncia.

«Ante esto, los caminantes se preguntan: ¿vale la pena afanarse durante siglos a la duda, que crece por sí misma, en todas las cabezas inteligentes, si las ruinas del convento de San Antón, es patrimonio cultural o no? Los que formamos parte del Camino de Santiago, los que no necesitamos una dirección general, los que no damos conferencias en las Cortes para explicar lo que es y no es patrimonio cultural, no necesitamos más que mirar las ruinas y contemplarlas», concluye Campo en la misiva.