Fonsagrada
| Municipio: | Fonsagrada - Ciudad |
| Provincia: | Lugo |
| Situación: | En las sierras orientales de Galicia. Frontera natural con Asturias |
| Clima: | De montaña, con una media anual de 8º C |
| Descripción: |
Linda al Norte con el ayuntamiento de A Pontenova y el asturiano de Taramundi; por el Este con los también asturianos de Santa Eulalia, San Martín y Villanueva de Oscos, Grandas de Salime y San Antolín de Ibias, |
| Habitantes: | 4638 |
| Teléfono: | 982 34 00 00 |
| Web: | http://www.fonsagrada.org/ |
Descripción
A Fonsagrada es una villa situada al noroeste de España, en la comunidad autónoma de Galicia. Se encuentra en la provincia de Lugo,
Esta bella comarca obtiene toda su belleza de su relieve, muy accidentado, formado por antiguos materiales geológicos que han resistido durante miles de años a la erosión. Estas murallas naturales le aislan del mal tiempo y le convierten en una comarca de suaves temperaturas, aunque destacan las marcadas diferencias microclimáticas locales, que además han favorecido la aparición de muy diversas especies vegetales.
Cultura
Su historia gira en torno al Camino Primitivo de Santiago, que entra en el ayuntamiento por el alto del Acebo atravesando la villa de A Fonsagrada, centro de devoción y visita obligada a la capilla de Santa María, donde existía un albergue y una fuente, cuyo nombre (Fontem Sacra) podría ser el origen del topónimo de "Fonsagrada". Finalmente, la ruta sale del municipio por el pueblo de Paradavella. Su ubicación en la ruta jacobea fundamentó la construcción de un hospital de peregrinos en la aldea de Montouto a mediados del siglo XIV: el Real Hospital de Santiago de Montouto.
El municipio de A Fonsagrada, junto con el de Negueira de Muñiz, formaron parte hasta 1.835 del Concejo de Burón, cuya capitalidad la ostentaba la villa de A Pobra de Burón, fundada en torno al año 1.200.
Hacia mediados del siglo XIV, estas tierras cayeron bajo el dominio de los condes de Trastámara, pasando luego a manos del conde de Altamira (hacia el año 1.480). A lo largo de la historia, los buroneses libraron una gran lucha contra las cargas y tributos que debían pagar, pero los señores feudales aplacaban las revueltas irmandiñas saliendo victoriosos.