Sahagún
Municipio: | Sahagún - Ciudad |
Provincia: | León |
Situación: | Sahagún se encuentra bajo el macizo cantábrico. |
Clima: | Frío en invierno y seco en verano. Altitud 816 m. |
Descripción: |
Debe su nombre a los mártires de San Facundo y San Primitivo |
Habitantes: | 3298 |
Banco / Caja: | Dispone de la gran mayoría. |
Otros: |
Tfno. Amigos del Camino: (987) 780001 |
Teléfono: | (987) 780001 |
Web: | http://www.sahagun.org |
Descripción
Se trata del primer pueblo que pisamos en la provincia de León. Sahagún es conocido también como la capital del románico pobre, ya que en sus construcciones se usaba barro y no piedra, como la iglesia de San Tirso.
El nombre de la villa de Sahagún, se formó por evolución del nombre de Domnus Sanctus Facundus et Primitivus a quien se dedicó el monasterio homónimo fundado por orden de Cluny.
El aspecto del entorno es de terrenos llanos y extensos con numerosos cultivos de cereales y algo de regadío en todo lo que es el Valle del Cea.
OFICINA DE TURISMO:
La dirección es Calle el Arco nº 87 24320 Sahagún ( León)
Abierta todo el año. Telf. 987 782117 y 987 781121
Cultura
Un remanso de paz invade el espíritu del peregrino al pasar por la ermita de la Virgen del Puente poco antes de entrar en Sahagún. Se sabe que en este lugar existió un hospital.
La villa de Sahagún cuna de reyes, santos y sabios, ya gozó de gran actividad en la época romana por su excelente emplazamiento en plena Vía Trajana entre la Legio VII e Italia, Vía que conducía a Astorga, Zaragoza y Tarragona.
Su nacimiento acaeció a la sombra de un Monasterio Medieval en honor de los Santos Facundo y Primitivo (de ahí el nombre de La Villa Sanctus Facundus), hace más de nueve siglos. En los siglos II y III tuvo lugar el martirio de dichos santos, quienes murieron decapitados y arrojados al río Cea, en cuya orilla fueron sepultados por grupos de cristianos.
Sahagún nace y crece al calor del monasterio Benedictino de San Benito consagrado a los Santos Facundo y Primitivo, mártires de la época romana, según cuenta la tradición. Fue destruido y reconstruido en varias ocasiones, pero es Alfonso III el Magno, el que le da el primer gran impulso al recoger en él a los monjes, que procedentes de Córdoba vienen huyendo de la invasión árabe. Alcanza su máximo esplendor bajo el reinado de Alfonso VI, al concederle privilegios y favores.
Durante este periodo fijaron su residencia en esta villa: Sabios, ricos, artesanos, burgueses y artistas procedentes de la España musulmana, de ahí que se prodigara tanto el arte mudéjar. Se mezclaron culturas y lenguas, conviviendo moros, judíos, francos y castellanos.
No obstante las muchas luchas del pueblo contra el feudalismo hizo que nuevamente fuera destruido y reconstruido, siendo, finalmente, la desamortización de Mendizábal y nuevos incendios en el siglo XIX lo que acabó con el poderío de aquella Abadía Benedictina.
Un ramillete de joyas arquitectónicas salpica toda la villa: las iglesias de San Tirso (siglo XII) y San Lorenzo (siglo XIII ambas de estilo románico-mudéjar; las de estilo neoclásico de La Trinidad (siglo XVI) y de San Juan de Sahagún (siglo XVII), junto con el santuario de la Virgen Peregrina (antiguo convento franciscano) y el museo de las Madres Benedictinas; forma un conjunto que se llegó a conocer como la capital del románico pobre, por el uso de ladrillo y de barro en vez de piedra.
Se cruza la ciudad y a la salida, un sólido puente (Puente de Canto) sobre el río Cea, construido en 1085 por orden de Alfonso VI, lleva hacia una chopera a la derecha, donde la historia sitúa la batalla entre Carlomagno y el rey moro Aigolando (muchos miles de muertos y la leyenda de las lanzas de los cristianos que florecieron al ser clavadas en el prado).