Apostol

Camino Francés

Etapa

1

Cultura

Ruta principal

Saint Jean Pied de Port

Aquí confluían las tres grandes vías jacobeas francesas, que partían de París, Vézelay y Le Puy. Capital de la Alta Navarra , San Juan debe su nombre a su situación al pie del puerto de Roncesvalles. Desde la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port se vislumbra al sur el macizo montañoso que ha servido de frontera natural y política a lo largo de toda la historia. Para cruzar los Pirineos el peregrino dispone de dos alternativas, bien atravesar el desfiladero de Valcarlos o subir por la vía romana, conocida como «camino de Napoleón», porque fue ampliado por el mariscal Soult para transportar la artillería utilizada en la invasión francesa de nuestro país a principios del siglo XIX. Este camino sube rampas empinadas, llenas de historia en cada tramo, estas rampas terminan con un fuerte repecho por el que el peregrino llega hasta el Portillo de Leizar-Atheca, donde ya puede ver la entrada de España, a la que accede recorriendo una senda llana a más de mil metros de altitud.

Roncesvalles

La «Chanson de Roland», allá por el año 778, es la que hará de Roncesvalles un lugar emblemático, al situar allí la famosa batalla en la que el sobrino de Carlomagno, llamado Roldan y los Doce Pares, que formaban la retaguardia del ejercito, se vieron sorprendidos y aniquilados por 50.000 sarracenos. Roldán, mal herido, sopló el Olifante para avisar a su tío, con tal ímpetu, que reventaron el cuerno y las venas del héroe.
Es en el siglo XII, el Obispo de Pamplona con la ayuda del rey Alfonso I el Batallador, fundó el Gran Hospital de Roncesvalles, para acoger a «Paganos, herejes, judíos, vagabundos, etc,» como reza un viejo poema del siglo XIII.
Más tarde, formando parte del conjunto hospitalario, se levantó la Colegiata de Nuestra Señora, ocurrió bajo la protección de Sancho VII el Fuerte, rey navarro muy corpulento, (media más de dos metros) vencedor en la batalla de las Navas de Tolosa y cuyos restos reposan en un sepulcro de la sala capitular en la Colegiata. Durante nueve siglos han sido los canónigos regulares de San Agustín los que han acogido a millones de peregrinos camino del Santo Sepulcro

Ruta alternativa

Saint Jean Pied de Port

Aquí confluían las tres grandes vías jacobeas francesas, que partían de París, Vézelay y Le Puy. Capital de la Alta Navarra , San Juan debe su nombre a su situación al pie del puerto de Roncesvalles. Desde la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port se vislumbra al sur el macizo montañoso que ha servido de frontera natural y política a lo largo de toda la historia. Para cruzar los Pirineos el peregrino dispone de dos alternativas, bien atravesar el desfiladero de Valcarlos o subir por la vía romana, conocida como «camino de Napoleón», porque fue ampliado por el mariscal Soult para transportar la artillería utilizada en la invasión francesa de nuestro país a principios del siglo XIX. Este camino sube rampas empinadas, llenas de historia en cada tramo, estas rampas terminan con un fuerte repecho por el que el peregrino llega hasta el Portillo de Leizar-Atheca, donde ya puede ver la entrada de España, a la que accede recorriendo una senda llana a más de mil metros de altitud.

Arnéguy

Valcarlos

Valcarlos, fue el lugar donde en el siglo XIII acampó el emperador Carlomagno, dejando en la retaguardia a Roldan y sus doce pares, que cayeron en una emboscada y fueros aniquilados, dando origen a la famosa leyenda «La Chansón de Roldan». Que entre sus preciosos versos de la canción de gesta, el Rey pronuncia las palabras:
«Señores barones -dijo el emperador Carlomagno. He ahí los puertos y los estrechos pasajes». A lo que Roldán responde con determinación: «Pasad los puertos confiadamente».
La batalla duró hasta el atardecer, en cuyo momento Roldan hizo sonar el Olifante en busca de ayuda. El sonido alcanzó el oído del Rey, pero en el fondo del valle las luces del atardecer ya eran sobres de noche, con lo que el emperador no pudo acudir en su ayuda hasta el amanecer. Demasiado tarde.

Roncesvalles

La «Chanson de Roland», allá por el año 778, es la que hará de Roncesvalles un lugar emblemático, al situar allí la famosa batalla en la que el sobrino de Carlomagno, llamado Roldan y los Doce Pares, que formaban la retaguardia del ejercito, se vieron sorprendidos y aniquilados por 50.000 sarracenos. Roldán, mal herido, sopló el Olifante para avisar a su tío, con tal ímpetu, que reventaron el cuerno y las venas del héroe.
Es en el siglo XII, el Obispo de Pamplona con la ayuda del rey Alfonso I el Batallador, fundó el Gran Hospital de Roncesvalles, para acoger a «Paganos, herejes, judíos, vagabundos, etc,» como reza un viejo poema del siglo XIII.
Más tarde, formando parte del conjunto hospitalario, se levantó la Colegiata de Nuestra Señora, ocurrió bajo la protección de Sancho VII el Fuerte, rey navarro muy corpulento, (media más de dos metros) vencedor en la batalla de las Navas de Tolosa y cuyos restos reposan en un sepulcro de la sala capitular en la Colegiata. Durante nueve siglos han sido los canónigos regulares de San Agustín los que han acogido a millones de peregrinos camino del Santo Sepulcro