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Pontedeume

De su pasado prerromano quedan algunos restos de castros, como el que hubo Punta Carboeira y el de Centroña, que contenía una hermosa una torques de oro. El castro de Centroña también fue habitado en época romana según se puede deducir de los restos hallados a la orilla del mar.
En 1950 tuvo lugar un descubrimiento importantísimo: una mansión romana, casi totalmente inundada por el mar. Sus mosaicos y diferentes restos se encuentran en el Museo Arqueológico del Castillo de San Antón, en A Coruña. Estos restos así como otros vestigios imperiales, dispersos por todo el municipio, apoyan la tesis de la identificación de la villa con la ciudad de Pontumio. Este nombre es el mismo con el que se conoce la batalla en que Froila derrotó al árabe Omar, eliminando definitivamente el peligro musulmán de las costas gallegas.

Miño

Ocupada desde la Prehistoria, como toda la Comarca de As Mariñas, cuenta co importantes restos arqueológicos. De todos los restos encontrados, destaca el hallazgo, realizado en Bermaño, de aproximadamente dos mil monedas romanas de plata y bronce.
De la cultura castreña, sólo resta el topónimo Castro, que bautizó al Ayuntamiento, y los restos del de Loios, encontrados bajo el cementerio parroquial de Miño.
Uno de los documentos más antiguos referido a Miñohace referencia al coto de Santa María de Miño, perteneciente en el siglo XII a la bailía templaria en la localidad de O Temple.
Extinguida la Orden del Temple, a comienzos del siglo XIV, el señorío de Miño pasó a manos de la familia Andrade, que donó las propiedades de la feligresía al Monasterio de Montefaro.
En el siglo XVI la población rondaba los doscientos habitantes, dedicados principalmente a la pesca y el cultivo de la vid, bajo el señorío del conde de Sarria.
El escudo del Ayuntamiento de Miño, de 1979, tiene una capilla románica, en clara alusión a la desaparecida iglesia templaria del castro de Loios; las ondas azuladas responden a su carácter marino. La corona que remata el escudo recuerda su carácter de señorío realengo.

Viñas/Paderne

El linaje de los Andrade, marca desde la Edad Media, la historia de este bello municipio, como se observa en el escudo municipal. Un personaje de esta familia, mandó construir el puente sobre el río Lambre, también llamado Ponte do Porco, nombre que hace referencia al jabalí que simboliza la casa de los Andrade.
Abundan en el municipio magníficos espacios fluviales que ofrecen los ríos Mandeo y Lambre. En ellos los amantes de la pesca fluvial pueden capturar bellos ejemplares de trucha y salmón. Se puede, además disfrutar del paraje natural de Chelo, situado a orillas del Mandeo en los límites entre Coirós y Paderne. En relación al patrimonio histórico, los restos más antiguos encontrados en el término son los castros de Montecelo, Longa y Vilouzás. La influencia de sus moradores celtas se aprecia incluso en el topónimo del municipio. El patrimonio arquitectónico incluye numerosas iglesias, entre las que destaca la de San Pantaleón de Viñas que conserva en la fachada numerosos elementos de su primitiva construcción del siglo XIII. Además de la citada iglesia románica existen otros ejemplos románicos en Santa María de Souto, San Andrés de Obre y San Salvador de Vilouzás, aunque la mayoría de estos templos sufrieron posteriores reformas casi todas datadas del siglo XIX. Muy próximo a la iglesia parroquial de San Pantaleón das Viñas podemos admirar el Pazo de Montecelo, que ha sido donado a una institución religiosa. Destaca su escudo con los símbolos de los Bermúdez y los Andrade.

Betanzos

Sus favorables condiciones geográficas y de comunicación, así como los numerosos restos encontrados de asentamientos humanos inducen a pensar que fuera poblada ya en el período Paleolítico, aunque la falta de excavaciones arqueológicas hacen que esto no pase de ser una simple hipótesis.
Sí se sabe con certeza que existieron comunidades megalíticas, cuyas construcciones han llegado a nuestros días. Por ejemplo, sus construcciones funerarias: enterramientos colectivos en túmulos monumentales. Los restos más antiguos pertenecen al 3500 a. C. y los más recientes oscilan entre los años 1800 y el 1500 a. C. Se desconocen por completo sus entornos habituales, pero sí se sabe que eran grupos de agricultores-recolectores, en cuya cultura aparece la metalurgia.
No obstante, la cultura por excelencia en Galicia es la cultura castreña. Su característica más conocida es el castro. Al contrario de lo que ocurre con la civilizacion megalítica, se desconocen completamente sus ritos funerarios y enterramientos.
A lo largo de los siglos la ciudad se construye empezando por la cima del castro y se va extendiendo alrededor de la misma. En este punto más alto es donde se encuentra actualmente la plaza de A Constitución, rodeada por los edificios del Ayuntamiento, el Palacio de Bendaña, la Torre, la iglesia de Santiago y una serie de viviendas de madera. Este material en sus edificios provocó la destrucción de estas edificaciones en los incendios ocurridos en 1569 y 1616.
Al principio la ciudad se extendía hasta el primer recinto amurallado; los patios y huertas terminaban en un muro que, con el paso del tiempo, se convertiría en calle. El segundo recinto se abrió en los siglos XIV-XV, aunque los restos pertenecen al siglo XIV; su reconstrucción data del reinado de los Reyes Católicos. De esta muralla, que rodeaba la ciudad, hay pocos restos.