Apostol

Camino del Sureste

Etapa

28

Cultura

Villalpando

Los primeros villalpandinos, hacia el 350 antes de Cristo, fueron celtas de origen indogermánico. El diccionario de Simón y Montaner no duda en identificar Villalpando con Intercacia. Ciudad doblemente amurallada en la época visigótica (200 a.C.), y en la dominación romana (400 d.C.). Despoblada por Alfonso VII, fue repoblada por Fernando II en 1170.
En 1179 fue dotada de fuero en el que se incluían privilegios y exenciones destinados a fomentar la población.
Al igual que otras villas presenta la unión de dos elementos, el recinto amurallado y los arrabales. El recinto tenía como núcleo originario el Castillo. Una doble muralla circundaba la Villa.
A partir de 1297 se celebraba un mercado por privilegio de Fernando IV.
En 1369 Enrique II de Trastámara premia al capitán Arnao de Solier por sus servicios en la lucha por el trono de Castilla y le concede la villa de Villalpando, pasando ésta de ser Real a ser Señorío de la Casa de Velasco

Cerecinos de Campos

No podemos decir con exactitud cuándo fue fundado Cerecinos. Pero sabemos a ciencia cierta que aquí hubo asentamientos en la Edad del Bronce, prueba de ello o son los yacimientos de dicha época en «La Boyana», así como de grandes mamíferos miocenos encontrados recientemente.
Lo que si podemos afirmar dado el número de documentos que hemos recopilado que en Cerecinos, los romanos fueron quienes dieron mayor esplendor al lugar. Le dieron el nombre de Ceres al igual que su diosa protectora de la agricultura y a quien probablemente dedicaron algún edificio en su honor. El nombre de «Ceres» fue evolucionando con el latín a «Ceres-imus» (lugar de Ceres) y posteriormente con la introducción del castellano a Cerecinos.
En la Edad Media era una de las 12 villas que formaba parte del señorío de Villalpando.
En el año 1174, el rey Fernando II de León dona el Barrio de Abajo a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén (o caballeros de Malta), que hasta entonces pertenecía junto con el Barrio de Arriba a la jurisdicción de Villalpando. Dicha orden San Juanista estableció una encomienda que comprendía los lugares de Vidayanes, Cerecinos y Rubiales (hoy dehesa), dependiendo de los San Juanistas de Benavente. De esta manera el Barrio de Abajo pasó a denominarse propiamente como Cerecinos de la Orden, y el de Arriba se conocería como Cerecinos del Condestable y posteriormente como Cerecinos de los Barrios.
Al desaparecer las órdenes militares pasó todo a depender de la jurisdicción de Villalpando con el nombre de Cerecinos de los Barrios, por contar con cuatro barrios (Barrio del Condestable, Barrio Viejo, Barrio Nuevo y Barrio de la Orden de la Encomienda). El Barrio de Arriba hasta últimos del siglo XVII dependió, en lo eclesiástico y en lo civil de Burgos; por gestiones del Condestable de Castilla pasó en 1780 al partido de Benavente hasta que a mediados del siglo XIX se incorporó al partido de Villalpando con el nombre de Cerecinos de Campos.

San Esteban del Molar

Si bien se desconoce su origen, al estar situado en la calzada romana de Astorga a Cesaraugusta, es posible que la zona ya hubiese estado habitada en dicha epoca.
A partir de la repoblacion tras la reconquista de estas tierras por las tropas cristianas, se cita a San Esteban del Molar.
En el Convento de Santa Cruz de Villalobos se lee que ya en 1384 existia San Esteban del Molar.
La denominacion de la localidad se debe a la existencia de un molino, debido a la riqueza harinera de estas tierras, conocidas como Tierra del Pan.

Benavente

Está asentado en un lugar estratégico, en la confluencia entre los ríos Órbigo y Esla, y en la confluencia de dos importantísimas vías de comunicación como son el Camino de Santiago y la Ruta de la Plata.
Poblada desde antiguo, el río Esla (el Estula romano), servía de frontera natural a los pueblos astures y vacceos. Con los romanos, la zona se convierte en lugar de guarnición y defensa de las calzadas. Con los visigodos, se convierte en un mundo eminentemente agrícola, ya que será entregado a la nobleza para que dirija las labores agrícolas. Son los campos góticos, predecesores de lo que conocemos como Tierra de Campos.
Terminada la ocupación árabe y reconquistada la zona para los cristianos, será siempre de gran importancia para la Corona, convirtiéndose en Señorío y alcanzando Fueros propios con el rey Fernando II en el siglo XII.