Etapa esta muy interesante, no sólo por el extraordinario paisaje del que podremos disfrutar, también porque el peregrino tendrá la oportunidad de pasar por un rosario de pequeños pueblos y aldeas, que ofrecen rincones entrañables y de gran belleza. Caminar por sendas y carretiles jalonados de Iglesias, ermitas, petos de ánimas, pequeños y no tan pequeños puentes sobre las aguas que acompañan en numerosos trechos al peregrino y, finalmente, el encuentro con los lugareños, que reciben al peregrino con los brazos abiertos; hace que sea esta etapa y en definitiva este camino una auténtica delicia.