Apostol

Camino Aragonés

Cultura

Somport

Puerto de Somport ( El Summu Portu ), de los romanos o el Puerto de Aspe. Este paso lo utilizaron árabes y romanos, y más tarde los peregrinos del Camino de Santiago. De las cuatro grandes rutas que tomaban los peregrinos jacobeos por el territorio francés, tres se reunían en Ostabat y entraban en territorio español por el puerto de Cisa (Roncesvalles). La cuarta lo hacía por el » Summus Portus «, vía procedente de Arles, donde se fundían los caminos italianos.
Muy cerca se encuentran las ruinas del hospital de Santa Cristina, activo hasta el siglo XV. Tras la expropiación de sus bienes por los calvinistas, fue abandonado por la comunidad en el siglo XVII y sus piedras utilizadas en la construcción de la línea férrea. Según el Codex Calixtino era una de los lugares más emblemáticos y más caritativos.

Canfranc - Estación

La Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc es un esplendoroso edificio bañado de diversas influencias arquitectónicas que se concibió como gran escaparate de España ante los visitantes extranjeros.
La construcción de la Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc se inscribe dentro del proyecto de creación de un paso fronterizo a través de los Pirineos que comunicase España con Francia a través del túnel del Somport. Así, tan sólo se hizo necesario unir mediante el ferrocarril Jaca con Canfranc y abrir el túnel de Somport (finalizado en 1915), situándola en el valle de los Arañones.

Canfranc

Canfranc tiene una larga historia explicable por su condición de vía de paso natural a través de los Pirineos centrales. En la Edad Media era un lugar donde se atendía a los viajeros que realizaban el Camino de Santiago. De esta época se conserva el Puente Románico de Peregrinos.
Por el Camino vinieron muchos franceses y de otras nacionalidades europeas, que se establecieron en España creando barrios propios e incluso ciudades; todas las denominadas Villafranca, así como el propio Canfranc, tienen este origen. Hoy la prosperidad de Canfranc está basada en las centrales hidroeléctricas que aprovechan las aguas pirenaicas
La ciudad fue completamente destruida en 1940 a consecuencia de un incendio. En el archivo municipal se conservan pergaminos del siglo XII.
El Camino coincidía con la Calle Mayor que hoy recorre el pueblo. Podemos ver los restos de la iglesia parroquial de Nuestra Sra. de La Asunción (Románica del Siglo XII).
Nada más salir del pueblo, junto a las ruinas de la antigua iglesia cruzamos el puente de peregrinos (puente romano) en perfecto estado de conservación, de una sola bóveda

Villanúa

Los primeros restos de población permanente en esta zona del Pirineo se remontan al Eneolítico (3000 a. C.) pues hay varios dólmenes que rodean la villa y se han encontrado en la Cueva de Las Güixas restos de cerámica e incluso monedas romanas que hablan de su utilización permanente como vivienda y refugio hasta el siglo IV d.c.
En la localidad también se han hallado restos romanos, que se asocian al paso de la Vía del Summo Porto por el municipio, cuyo trazado coincide, además, con el itinerario del Camino de Santiago. Para defender la vía romana de la incursión de enemigos procedentes de la vertiente norte, entre los siglos VII y VIII se creó el Señorío de Aruej.
A principios del siglo XX, Villanúa alcanzó su máxima población, superando el millar de habitantes. Dos hechos explican este incremento poblacional. Por un lado, hay que destacar que los primeros años de 1900 coincidió con el máximo desarrollo de la actividad agropecuaria y, por otro y más importante, con las obras del ferrocarril del Canfranc.

Castiello de Jaca

Es una población fundada en el siglo XII, que conserva recuerdos Jacobeos: restos de la vieja calzada, las ruinas de la iglesia románica de Santa Juliana (reformada en el siglo XVI) del mesón molino y de un puente de peregrinos. Si a la salida del pueblo nos desviamos hacia el valle de Garcipollera veremos la Ermita románica de Santa Isabel. Siguiendo el camino a Jaca encontraremos el puente de Torrijos (se acaba de construir uno paralelo al antiguo); la calzada antigua discurre por la derecha y pasa al lado del puente medieval de Grajos y la ermita de San Cristóbal.

Jaca

El origen del topónimo de Jaca aparece vinculado a un pueblo prerromano denominado «Iaccetano». La etapa histórica más conocida se remonta, sin embargo, a cuando el Conde Aznar se apoderó de la ciudad y de sus tierras, durante la segunda mitad del siglo IX, nombrándose Conde de Aragón. Posteriormente el primer rey aragonés, Ramiro I la convirtió en 1054 en capital de su nuevo reino. Durante ese siglo Jaca vivió una de sus épocas de máximo esplendor: en 1077 Sancho Ramírez otorgó a la ciudad su célebre Fuero, trasladó la sede episcopal desde Sasave hasta Jaca y acuñó en ella la primera moneda de oro aragonesa, los mancusos.
Fue durante estos años cuando también se construyó su catedral dedicada a San Pedro y cuando se convirtió en etapa clave para los peregrinos que se dirigían a Santiago siguiendo la ruta jacobea.
Jaca conserva abundantes restos de su pasado medieval, con importantes construcciones.