Apostol

Camino de la Plata

Etapa

1

Monumentos

Sevilla

Hospital de La Caridad

El Hospital de La Caridad, se encuentra situado en pleno centro de la ciudad, detrás justamente del Teatro de La Maestranza. La Hermandad de La Caridad fue fundada originariamente en época medieval para procurar un enterramiento cristiano a los desfavorecidos. Esta Hermandad contó con la inestimable ayuda de un personaje singular en el sombrío y turbulento siglo XVII español : Miguel de Mañara, quien tras una vida turbulenta, se arrepintió de sus pecados y se dedicó en cuerpo y alma, el resto de su vida, a la ayuda a los más pobres. Construyó el Hospital y la Iglesia de La Caridad.

El edifico del Hospitál muestra unos hermosos patios decorados con azulejos, pertenecientes al final del siglo XVII.

La Iglesia alberga en su interior uno de los más bellos retablos del estilo Barroco español. Está presidido por un magnífico entierro de Cristo, obra del escultor Juan Roldán.

Además, en el aspecto pictórico, guarda auténticas joyas del arte barroco, como la gran colección de obras de Murillo y las llamadas «Postrimerías» del más desconocido pintor Juan Valdés Leal, que son verdaderamente impresionantes, tanto por su perfección artística como por la impresión que producen en el espectador a nivel emocional.

Torre del Oro

También musulmana y almohade es la bella Torre del Oro. Concebida como elemento defensivo del Alcázar como su compañera, la Torre de la Plata, debe su nombre a los azulejos dorados que recubrían su exterior. Su misión era defender un puente de barcas destruido por Fernando III el Santo durante la conquista de la ciudad. La estructura de esta torre es la que corresponde a la arquitectura almohade. Símbolo de la ciudad junto a la Giralda, ha desempeñado sucesivamente funciones de cárcel, capilla y oficina de Correos. Hoy es la sede del Museo Marítimo.

Reales Alcázares

Cercanos a la Catedral se encuentran los Reales Alcázares. Este edificio representa como ningún otro la belleza que puede resultar de la tolerancia entre culturas y modos de vida tan diversos como Sevilla ha acogido a lo largo de los tiempos. Residencia del gobernador durante el califato, pueden verse restos de la época del fabuloso Abderramán III en el Patio de Banderas. Restos del estilo almohade son las murallas, La Puerta del León, la arquería del patio del Yeso, etc. De la época alfonsina, los Alcázares conservan el famoso scriptorium del cual salieron en gran parte las Cantigas de Santa María y el Tratado de Ajedrez.

Sin embargo el núcleo principal que hoy día podemos contemplar corresponde al arte mudéjar, el Palacio del rey Don Pedro. Piezas sobresalientes dentro del conjunto son El Patio de las Doncellas, parte oficial del palacio y el Patio de las Muñecas, centro de la vida privada del monarca. Alrededor de estos patios se conservan dependencias de estilo renacentista como el Salón del techo de Carlos V, famoso por su extraordinario artesonado, las habitaciones de la reina Doña María de Padilla, el Salón de Embajadores, conocido anteriormente como Salón de la Media Naranja, la Escalera de Carlos V, y el Salón de los Almirantes.

Palacio de Las Dueñas

Además de cristiana y judía, Sevilla tiene también alma mora. El rey Fernando III, al conquistar la ciudad, decidió situar la morería en el centro de Sevilla. Nada vamos a desvelar del encanto de esta zona al peregrino para que limpio de influencias pueda encontrarse con ella a su manera. Sólo le diremos que en este rincón se encuentra situado el Palacio de las Dueñas, propiedad de la Casa de Alba, de obligada visita.

El palacio constituye uno de los más hermosos ejemplos de la arquitectura sevillana de finales del siglo XV y principios del XVI. Manifiesta una evidente transición del estilo gótico-múdejar al nuevo estilo renacentista. Su nombre porcede del convento de religiosas, cercano a él. Esta bella residencia palaciega fue fundada por la familia Pineda, quien la vendió a Doña Catalina de Ribera, en 1484, en pago del rescate exigido para obtener la liberación de Don Juan de Pineda, prisionero de los musulmanes. en 1484 a Doña Catalina de Ribera. A lo largo de los siglos ha sufrido numerosas reformas encaminadas a dotarle de mayor amplitud. Actualmente pertenece a los Duques de Alba.

La Casa de Pilatos

A pocos metros del convento de Santa María de Jesús se encuentra el más hermoso de todos los palacios renacentistas edificados en Sevilla: la Casa de Pilatos. Este suntuoso conjunto palaciego fue mandado edificar por D. Fadrique Enríquez de Ribera, tras su resgreso de la Ciudad Santa de Jerusalén, en el año 1519. Desempeñó el papel de residencia habitual de los Duques de Alcalá y Medinaceli. Las influencias constructivas de Génova son patentes en la portada de ingreso y las columnas y fuente del patio principal, labradas por Antonio María Aprile de Carona y Pace Gazini. Este patio conserva una interesante colección de veinticuatro bustos de emperadores romanos, a los que hay que sumar los del emperador Carlos I y Cicerón. Los paños de azulejería son obra de los hermanos Polido (1535 y 1538). El ascenso a la planta noble se realiza a través de una majestuosa escalinata, cuya caja queda cubierta por medio de una cúpula de madera con mocárabes, obra del artista Cristóbal Sánchez.

En la Plaza de Pilatos daba comienzo, cada Semana Santa, el Vía Crucis hasta el Humilladero de la Cruz del Campo, rezándose la Primera Estación desde las tribunas del Palacio. Este Vía Crucis está indisolublemente unido a los orígenes de la Semana Santa sevillana.

Templo de San Ildefonso

Caminamos por la sevillana calle Caballerizas para salir hasta la Plaza de San Ildefonso para encontrarnos ante un bellísimo templo de estilo neoclásico: El Templo de San Ildefonso. Está edificado en honor de aquel extraordinario místico religioso a quien la misma Virgen impuso su casulla. Este éxtasis del santo fue repetido en innumerables ocasiones por los artista tridentinos. Destaca en este edificio su monumental portada, flanqueada por dos esbeltas torres. Las trazas del edificio fueron dadas por el maestro Julián Barcenilla, a la sazón, académico de San Fernando. De su ejecución se encargó José de Echamorros, que la terminó en 1841. Su mayor joya se guarda en su interior: la pintura mural de Nuestra Señora del Coral, de evidentemente influenciada por la escuela sienesa del Trecento.

Palacio de San Telmo

Fue ordenado contruir en el siglo XVII como Escuela o Universidad de Mareantes. Adquirido por los Duques de Montpensier, éstos realizaron en él numerosas y determinantes obras de adaptación en 1849. La Infanta María Luisa Fernanda lo donó a la Iglesia Metropolitana de Sevilla 1897. Desde este momento fue utilizado como Seminario Conciliar. Destaca en él su bellísima portada barroca de perfectas proporciones (1734). Las fachadas son de estilo grecorromano y se ven libres de los motivos ornamentales barrocos. La portada del norte dispone de azotea y pedestales, donde se alzan orgullosas las doce estatuas de hijos ilustres de Sevilla. En su interior destacan sus magníficos balcones de la galería alta, la capilla y la doble escalera de jaspe rojo.

Real Fábrica de Tabacos

El rey Fernando VI ordenó contruir estemonumental edificio con la finalidad de utilizarle como Fábrica de Tabacos. Sus obras fueron largas y laboriosas (1728 y 17769 y fueron dirigidas por el artista holandés Van der Beer. Hoy día es la sede de la Universidad de Sevilla.

Jardines de María Luisa

Fueron donados a la ciudad de Sevilla por una de sus infantas más queridas por el pueblo, la encantadora infanta Luisa Fernanda. Auténtico remanso de paz, se encuentran en ellos numerosas fuentes, estanques, pérgolas y rincones llenos de sosiego. Cuentan asimismo con numerosas glorietas dedicadas al recuerdo de hombres célebres como los literatos hermanos Quintero, Gustavo Adolfo Bécquer, último poeta romántico, a los Hermanos Machado, al escritor teatral Luca de Tena y a otros tantos personajes queridos por el pueblo de Sevilla como Ofelia Nieto, Benito Mas y Prat, José María Izquierdo, etc. Dentro de este hermoso recinto se encuentran las famosas Plazas de España y América.

Plaza de América

La Plaza de América es obra del artista Aníbal González y está enmarcada por tres palacios: el Pabellón Real, de estilo gótico, el Palacio Mudéjar y el Palacio de Arte Antiguo, renacentista. En este último se encuentra el Museo Arqueológico Provincial, que conserva la obra más importante de la orfebrería prehistórica: el Tesoro del Carambolo.

La Giralda

De elegante estilo almohade, el edificio más emblemático de esta capital andaluza, es la famosa Giralda. Fue levantada entre los años 1184 y 1198 por orden del califa Abu Yacub Yusuf como minarete desde el cual llamar a los fieles musulmanes a la oración.

Durante el siglo XVI, más concretamente en 1558, el Cabildo de la Catedral encarga al arquitecto Juan Ruiz II reparar el desastre producido en la torre por un terremoto ocurrido en el año 1365. Para ello el artista diseña el cuerpo de campanas y todo el remate de la torre. Fueron necesarios diez largos años para aunar el arte renacentista del siglo XVI con la belleza almohade del siglo XII. Rematada por una veleta de cuatro metros de altura que representa la Fe, popularmente llamada Giralda, pasa a llamarse de este modo todo el campanario.

Patio de Los Naranjos

La visita a la Catedral no puede terminarse sin visitar su magnífico y evocador Patio de Los Naranjos. Era uno de los numeroso patios de la mezquita hispanomusulmana. Se conservó en su integridad hasta el año 1618, con sus arcadas, (algunas han tenido que ser reconstruidas) y su templete central, del que, por desgracia, sólo podemos admirar la fuente con su taza visigótica y de forma octogonal.

Ayuntamiento de Sevilla

Saliendo de la morería y tras visitar el Monumento a Cervantes, nos encontramos con el edificio del Ayuntamiento. De estilo plateresco se comenzó a edificar en el año 1527 a las órdenes del arquitecto Diego de Riaño, que permaneció al frente de las obras hasta el año 1534. A él se debe que este edificio sea considerado como una auténtica obra maestra del estilo plateresco. Aunque terminadas las obras en el año 1573, las ampliaciones y transformaciones se continuaron hasta el siglo XIX. Destacan en él la gran Escalera, la Sala Capitular y la llamada Sala de Colón. Guarda tesoros pictóricos de artistas como Valdés Leal y Zurbarán.

Basílica y Barrio de La Macarena

Muy interesante dentro del recorrido por la ciudad es la visita al Barrio de la Macarena. En él se conserva la mejor muestra de minaretes de toda Sevilla. Alberga en su seno la Basílica de la Macarena, obra moderna, del arquitecto Aurelio Gómez Millán en 1949. Se desconoce el autor de la talla mariana, aunque algunos historiadores del Arte han querido relacionarla con la obra de La Roldana, la escultora de la segunda mitad del siglo XVII, Luisa Roldán. Adosada a la Basílica se encuentra la Puerta de la Macarena, del siglo XVIII. Esta puerta es el arranque de los lienzos mejor conservados de toda la muralla Sevillana. La parte más antigua data de la época romana. Se conservan igualmente restos de la época de Abderramán III, que la reparó tras la destrucción provocada en la ciudad por las invasiones normandas. Volverían a ser necesarias nuevas reparaciones en el siglo XII, en época almorávide.

Convento de Santa Paula

Este convento de religiosas jerónimas se contruyó en 1.475.

Las obras de la Iglesia conventual fueron llevadas a cabo entre 1.483 y 1.489. Su hermosa portada está fechada en 1.503 y es uno de los mejores ejemplares del estilo Reyes Católicos, desarrollado en España durante el último cuarto del siglo XV. En él se aúnan estructuras góticas, técnica constructiva mudéjar y elementos decorativos ya renacentistas.

La Iglesia presenta planta de única nave cubierta por un artesonado. El presbiterio, algo más alto, queda cubierto con bóvedas de nervaduras.

El retablo mayor es una magnífica obra barroca del año 1.730 ejecutada por el maestro José Fernando de Medinilla. La imagen de Santa Paula ha sido tradicionalmente atribuida a Andrés de Ocampo, de finales del siglo XVI y podría haber estado en el retablo primitivo.

En los muros laterales del presbiterio hay dos grandes lienzos que representan los episodios de la vida de Santa Paula. Fueron realizados por Domingo Martínez realizadas hacia 1.730.

De la primera mitad del siglo XVII es el retablo de San Juan Evangelista, obra del singular escultor Alonso Cano; la imagen del Santo titular es obra del genial escultor Martínez Montañés.

El retablo de San Juan Bautista, de 1.637 es obra deFelipe de Rivas. La talla del santo titular es nuevamente obra de Martínez Montañés.

El Convento de Santa Paula ha sido el primero en crear un Museo donde mostrar al público obras de arte, relegadas a la vida de clausura.

En el museo se guardan diversas obras pictóricas y escultóricas correspondientes a los siglos XVI al XVIII.

Especialmente importante es la colección de orfebrería, sobre todo, la pieza más antigua (siglo XV) y el relicario regalado por Doña Mariana de Austria (1.694).

Desde la ventana de la Sala San Isidoro se ve el claustro principal del convento, obra de principios del siglo XVII.

Barrio judío

Vecino de los Reales Alcázares es el Barrio Judío, el famoso barrio de Santa Cruz, que según parece fue el emplazamiento de la antigua Judería. Nada diremos de él para que el peregrino experimente libremente la multitud de sensaciones que provoca el entorno. Únicamente y como referencia diremos que en él se ubica el Hospital de los Venerables, edificio barroco de excelente hechura.

Isla de La Cartuja- Puente de La Barqueta

Mención aparte merece la Isla de la Cartuja. Lugar de alfareros en la Edad Media, fue reconvertido para Pabellón Real en 1992 para la Exposición Universal. Estos edificios han sido reutilizados hoy día para diferentes usos empresariales, oficiales e incluso universitarios. El regreso a la ciudad se puede hacer por cualquiera de los puentes existentes como el de La Barqueta o el del Alamillo.

Museo Arqueológico

La primera visita realmente obligatoria es la que hay que hacer al Museo Arqueológico, para conocer todo el pasado histórico de la ciudad a través de los restos depositados en él, especialmente los extraídos de las excavaciones de Santiponce, en Itálica.

Desde el año 1941 el antiguo Pabellón de Bellas Artes es la sede del Museo Arqueológico de Sevilla, que fue edificado entre los años 1911 y 1919 en estilo Neo-renacentista por el arquitecto Aníbal González con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929.

En su interior los materiales se disponen por orden cronológico, empezando por la época Prehistórica, la dominación Romana y el mundo hispanomusulmán.

Una de las joyas de este museo es el llamado Tesoro del Carambolo. Sus 21 piezas de oro son un ejemplo de la cultura Tartésica del siglo V d.C, una de las primeras de la historia sevillana.

Catedral

Desde el terremoto de 1356, la Mezquita estaba muy deteriorada de modo que en el año 1401 para remediar esta situación se comenzaron las obras de la futura Catedral cristiana. En su momento fue el templo más grandioso de la cristiandad sólo superado con el tiempo por la Basílica de San Pedro de Roma. El período constructivo se dilató de tal modo en el tiempo que hoy día podemos admirar un impresionante abanico de estilos. Desde el maravilloso almohade a la cima del arte renacentista español encarnada en la Sala Capitular, la primera de su género en presentar una traza elíptica dentro del Renacimiento español. La transición al Barroco viene de la mano del Trascoro del Templo, del primer tercio del siglo XVII.. La Catedral no sólo es importante a nivel arquitectónico sino también por la impresionante riqueza escultórica que alberga en su seno, así como obras pictóricas de la talla de artistas como Murillo o Zurbarán y magníficas obras de rejería que no sólo son simples cierres de capillas sino auténticas obras de arte en hierro. Igualmente recomendamos observar con atención las vidrieras del templo sevillano, ya que son el punto de partida de lo que los historiadores del Arte llaman Edad de Oro de la Vidriera Española .De entre ellas sobresalen las realizadas por el vidriero Enrique Alemán entre los años 1478 y 1483.

Plaza España

La Plaza de España. se encuentra dentro del recinto de los Reales Jardines de María Luisa. Es un gigantesco semicírculo de 300 metros de diámetro, en el que se encuentran numerosas galerías con galerías y bancos dedicados a todas las provincias españolas. Su fecha de construcción es el año 1929 y su causa más directa la Exposición Iberoamericana. En la plaza hay un estanque en el que se puede pasear en barca.

Camas

Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de Camas

Su construcción comenzó el año 1723 para terminar en el año 1800; a lo largo del tiempo fueron dirigidas por importantes maestros, como ocurrió en el periodo comprendido entre 1760 y 1761 en que asumió la dirección el maestro Pedro de Silva.

Consta el edificio de una planta dividida en tres naves cubiertas por bóvedas de distintos estilos. Al exterior nos encontramos con una fachada limpia en la que se abren los dos vanos de acceso, el primero en la cara frontal y el segundo en la cara lateral izquierda.

Dispone el coro a los pies del templo. Dentro de la iglesia podemos admirar sus excelentes retablos. El retablo mayor es de estilo neoclásico y lo mejor de él es la hornacina central que alberga una imagen mariana del siglo XVIII, bajo la advocación de Virgen de Gracia. De las obras escultóricas de los retablos de las naves laterales, destacan las imágenes de La Dolorosa y el Crucificado de la Vera Cruz. Aunque lo mejor es, sin lugar a dudas, el originalísimo retablo de estilo rococó, en el cual el principal foco de interés lo constituye un curioso relieve de la Virgen de la Antigua, fechado en el siglo XVII. Muy interesante es la pila bautismal, del siglo XII y propiedad en otro tiempo de la Iglesia de la O.

Ermita de Ntra. Sra. de Guía

Este original edificio sigue los esquemas constructivos orientales para fines religiosos, lo más parecido en el mundo arquitectónico occidental serían los oratorios. Estas construcciones recibían el nombre de rábitas y se situaban en los extrarradios de los núcleos urbanos o en las encrucijadas de caminos. Su sostenimiento era sufragado por la buena voluntad de los fieles. Ntra. Sra. de Guía presenta planta cuadrada con cúpula octogonal sobre trompas. La decoración se realiza a través de elementos arquitectónicos como columnas y arquerías. Sus elementos constructivos la sitúan en época almohade.

Torre del Cortijo de Gamboaz

Esta interesante torre de estilo gótico- mudéjar forma parte de un cortijo propiedad de la familia Queipo de Llano desde la primera mitad del siglo XX. Está considerada monumento.

Santiponce

Conjunto Arqueológico de Itálica

Está formado por el Teatro Romano y la Ciudad Romana de Itálica. El Teatro data de la época de Augusto. Su construcción se llevó a cabo en tres etapas (del 30 al 37 d.C.) Fue reformado en la escena y en su fachada semicircular durante los años 60 y 80 d C.

Entre los siglos I y II el pórtico detrás de la escena se convierte en un patio cerrado y al cabo de unos años se construye un templo a la diosa Isis. Más tarde se convertirá en Foro Público.

El ocaso del Imperio Romano ocasionará su destrucción; los siglos medievales hicieron de él cementerio, granja y almacén. En el siglo XVII, al trasladarse la villa de Santiponce a las colinas de la vieja Itálica tras las inundaciones del año 1603, el Teatro queda oculto y no saldrá a la luz hasta hace poco. Su técnica constructiva es la característica del siglo I d C. La decoración se llevó a cabo con revestimientos y pavimentos de mármol de colores, inscripciones con letras de bronce, aras, fuentes escultóricas, columnas, estatuas, etc.

La Ciudad fue fundada en el año 206 por Publio Cornelio Escipión como lugar de residencia de los soldados heridos en la batalla de Ilipa contra los efectivos cartagineses. Le cupo el honor de ser la cuna del primer emperador salido de una provincia romana: Marco Ulpio Trajano; su sucesor, Adriano, aunque nacido en Roma, se educó en Itálica y una vez en el poder se acordó de ella creando un nuevo barrio. Itálica tiene dos zonas: la ciudad vieja y la ciudad nueva.- el barrio creado por Adriano- Actualmente la ciudad vieja se encuentra sepultada bajo el casco urbano de Santiponce. La ciudad nueva –zona visitable- ha sido hasta hace poco tierra de cultivo. Bellísima, cómoda, moderna y de gran riqueza tuvo que ser Itálica por lo que se deduce de los restos encontrados en las excavaciones.

Monasterio de San Isidoro del Campo

Este extraordinario cenobio cisterciense de siete siglos de existencia representa en sus dependencias lo mejor de los distintos estilos habidos en la Historia del Arte. Fue fundado en el año 1301 por D. Alonso Pérez de Guzmán- que pasaría a la Historia con el sobrenombre de Guzmán el Bueno – y su esposa Dña. María Alonso Coronel como su lugar de enterramiento. El primer emplazamiento del Actual monasterio tuvo lugar sobre una ermita de estilo mozárabe en la cual, según la creencia popular, fue enterrado San Isidoro de Sevilla hasta que sus restos fueron trasladados a la Colegiata de San Isidoro de León en el año 1063.

Los avatares históricos le obligaron a pasar de manos en varias ocasiones siendo unas veces cisterciense y otras jerónimo. Dentro de sus muros de inició la traducción de la Biblia al castellano- la llamada Biblia del Oso.

Fue el primer edificio que consiguió el título de Conjunto Artístico de interés nacional en territorio hispalense el día 10 de abril de 1872.

De él destacaremos su portada, el retablo de Martínez Montañés, el Claustro de Los Evangelistas y el Claustro de los muertos.

El retablo del escultor barroco Juan Martínez Montañés es la gran joya del edificio. En esta monumental obra el escultor alcanzó su plenitud como artista. De todas las escenas que lo componen son destacables las de La Natividad, la Adoración de los Reyes y la magistral interpretación de San Jerónimo. Por ser un retablo- sepulcro, junto a él se encuentran las figuras orantes de los donantes, que curiosamente son dos de las tres únicas figuras no religiosas que el escultor realizó en su trabajo.

El Claustro de los Evangelistas destaca por la inigualable maestría de sus frescos, fechados entre 1431 y 1436. Según el criterio de los historiadores del Arte son fundamentales en la evolución de la escuela pictórica Sevillana. El Claustro de los Muertos presenta un innegable estilo mudéjar. Son maravillosos sus azulejos, fechados entre 1515 y 1529 y obra de Francisco Niculoso Pisano.

Guillena

Iglesia de Nuestra Sra. de la Granada

De planta basilical, con crucero y torre lateral a los pies del templo, esta iglesia responde a los patrones estilísticos andaluces. Totalmente blanca, su fachada juega con la bicromía al resaltar la portada de acceso a través del color, convirtiendo elementos arquitectónicos en elementos decorativos. Exactamente lo mismo ocurre en su torre, que alterna el blanco con el color en el cuerpo de campanas.

Ecmo. Ayuntamiento de Guillena

Obra neoclásica del año 1789. La fachada de dos plantas está dividida por pilastras de orden gigante. En sus archivos se conserva el Catastro de Ensenada, considerado obra documental de gran importancia.

Palacio Parladé

Se trata de una edificación a modo de castillo medieval de estilo neomudéjar, fechado en el siglo XIX. Se construyó como segunda residencia de la familia Parladé, en un bello paraje de la Sierra Norte sevillana, junto a la Rivera del Cala, y lo que hoy son los Lagos del Serrano (Embalse del Cala).

La edificación a simple vista nos recuerda a una fortaleza defensiva de la Edad Media, constando incluso de un pequeño foso «defensivo» como los castillos de antaño.