Apostol

Camino Francés

Etapa

27

Cultura

Villafranca del Bierzo

La Iglesia de Santiago, en pleno Camino y antes de entrar en la Villa, recibe a los caminantes. En la época medieval, aquellos peregrinos que, impedidos o por enfermedad, no podían seguir, se postraban bajo las arcadas de la llamada «Puerta del Perdón» para recibir las indulgencias. Privilegio que fue concedido por el Papa Calixto III.
Esta localidad, cuya fundación se debe a un asentamiento de Francos allá por el siglo XI en tiempos de Alfonso VI, nace y crece gracias al Camino de Santiago, a orillas de río Burbia y en su confluencia con el río Valcarce. Muy pronto se vio reforzada al instalarse en ella una comunidad de monjes negros «Cluniacenses», introducidos en la Península por el mismo Rey y ubicados en lugares estratégicos del Camino de Santiago, como Villafranca.
La familia Osorio, marqueses de Villafranca del Bierzo, construyeron en el siglo XIV el magnífico castillo-palacio, que aún hoy se puede ver y admirar, a pesar de los daños sufridos en la guerra de la Independencia.
Finalmente, el impresionante edificio de la Colegiata de Santa María, mandada su reconstrucción (se levantó sobre la vieja iglesia de los cluniacenses) en el año 1533, por el entonces Marqués de Villafranca del Bierzo y Virrey de Nápoles, Don Pedro de Toledo. Su belleza y grandiosidad, se debe a las buenas manos del maestro Rodrigo Gil de Hontañón.
Un paseo por la llamada calle del Agua, repleta de palacios y casas blasonadas, dará idea al visitante de la importancia de esta Villa.

Pereje

Pereje es el primer pueblo que se encuentra en el inicio del Valle del río Valcarce. Conserva parte de su traza medieval y fue objeto de un sonoro litigio, que enfrentó a las comunidades monásticas del Cebreiro y Villafranca. El motivo: la Iglesia y el Hospital que levantó el Abad del Cebreiro en esta localidad, cuando, administrativamente, pertenecía a los monjes cluniacenses de Villafranca.
Es el pueblo del Valle que más documentación medieval conserva.

Trabadelo

Castro prerromano. Perteneció a la Iglesia de Compostela, como donación del Rey Alfonso III, en el año 895. Contaba con el Castillo de Autares, del que apenas quedan sus ruinas. En otra época, los peregrinos circulaban por esta zona con precaución, pues desde dicho castillo acechaban bandoleros que expoliaban a los sufridos viajeros.
Trabadelo remonta sus huellas a la época de los pobladores romanos y su afán en la búsqueda de oro. En los siglos posteriores vino el cambio y la adaptación al entorno. El municipio de Trabadelo es un mestizaje de épocas pasadas, donde la rutina diaria se confundía con el misticismo y el peregrinar hacia Santiago.

Portela de Valcarce, La

Portela es decir «Portillo» y por extensión «paso estrecho» en gallego, es un reducido pueblo rural y ganadero.

Ambasmestas

Significa la unión de dos ríos: el Balboa y el Valcarce ( aguas mesta, aguas juntas). Se cita una donación al Monasterio de Carracedo, hecha por el Obispo de León en el año 1247.

Vega de Valcarce

Capital del Valle y último municipio de cierta importancia de la provincia de León. La población se sitúa entre dos viejos castros, el de Veiga y el de Sarracín. El primero sirvió, desde el siglo XI, de refugio a los recaudadores del Portazgo, impuesto de paso por estas tierras. El segundo, del que se conservan las ruinas del castillo, fue fundado en el siglo XI por el conde de Astorga: Sarracino, que se cita en un documento de Alfonso III de cesión a la sede Compostelana.
Cruzado por el río Valcarce, la Nacional VI y la Ruta Jacobea, el modo de vida depende fundamentalmente de una agricultura orientada al autoconsumo y al comercio, donde destaca la producción de castañas como fuente importante de ingresos. Hay muy poca industria, pero en los últimos años se ha incrementado notablemente la oferta de turismo rural, gracias al espíritu emprendedor de algunos vecinos que han decidido aprovechar la bellleza del entorno natural en que residen.

Ruitelán

La iglesia parroquial está dedicada a San Juan Bautista. Se cuenta, que en la falda de la montaña, existe un lugar en el que habitó el eremita de Lugo San Froilán, que posteriormente fue Obispo de León.
La capilla de San Froilán sobre una pequeña cueva natural, de estilo románico popular y una ermita dedicada a San Esteban, completan los temas de interés.

Herrerías, Las

El topónimo es debido a las industrias de hierro que en esta localidad existían. Los lugareños aprovechaban la fuerza de los torrentes para mover grandes martillos hidráulicos y así trabajar el metal. Se conoce al menos la existencia de una fundición de este metal.</B
A la salida está el barrio "Inglés", en recuerdo a un hospital que existió para peregrinos ingleses.

Faba, La

Es un pueblo pequeño, y por su posición marca una notable transición hacia Galicia. Antiguamente se llamó «Villa Ux» o «Villa Oxi», y con este nombre se la cedió Alfonso IX, a principios del s. XIII, al monasterio de Carracedo. Cuenta con una Iglesia encomendada a San Andrés y un castro. Una cantina satisface la sed del caminante en su paso hacia el Cebrero.

Laguna, La

El nombre indica «barro» y en este lugar concluye la provincia de León. Todavía se conserva algún «hórreo-palloza» de madera, con base cuadrada y techo de paja.
Es la antesala del «Mons Febrauri o Mons Zeberrium», a 1300 metros de altitud. Un nuevo mundo comienza para el peregrino. Al frente: ¡Galicia!. Y al norte: el mar Cantábrico

O Cebreiro

Situado entre las zonas de Ancares y O Courel, se sabe que el poblado del Cebreiro fue utilizado por los romanos como vía de acceso a Galicia. Unas sencillas viviendas, prerromanas, llamadas «Pallozas», han dado cobijo durante milenios a sus habitantes y a los muchos viajeros que en ella han pernoctado. Hoy se conservan cuatro, que pertenecen al Patrimonio Artístico: dos se utilizan como Museo Etnográfico y las otras dos para refugio de peregrinos.
El primer hospital se sitúa en el año 835, pero es Alfonso VI, en el año 1072, el que le da un enorme impulso, al poner al frente de dicho hospital a los monjes franceses de Aurillac.
Este monasterio de monjes, alcanza fama universal en el siglo XIV con el Santo Milagro:
«Mientras un monje celebraba misa en la capilla, un feligrés del vecino pueblo de Barxamaior asciende al Cebreiro en un día de grandes tempestades para oír la Santa Misa. El monje, hombre de poca fe, menosprecia el sacrificio del aldeano y en el momento de la Consagración el monje ve como la Ostia se convierte en carne sobre la Patena y el cáliz en sangre».
Fueron los Reyes Católicos, en el año 1486, quienes después de contemplar el Milagro, donaron el relicario guardándose el milagro hasta nuestros días.
El templo prerrománico, donde se conserva el Milagroso Prodigio, fue reconstruido en varias ocasiones, siendo la última restauración en el año 1962. El Cáliz y la Patena, son afamadas piezas del románico, especialmente el San Grial Gallego, que preside el escudo de Galicia y cuya leyenda se extiende por toda Europa. También guarda en su interior una talla románica de Santa María la Real, Virgen del Santo Milagro. Y los sepulcros del monje y del aldeano, así como una rústica capilla dedicada a San Benito.