Apostol

El Camino de Levante

Etapa

2

Cultura

Algemesí

De fundación islamica como alquería, su topónimo tiene como significado «lloc asolellat» (lugar donde da el sol todo el día) ya que es de los pocos pueblos de la zona, en el que no hay ninguna montaña cerca que le quite luz solar. Poblado con cristianos nuevos tras su conquista por el rey Jaime I y su primera cita es en el Llibre del Repartiment, en 1243. Formó parte del municipio de Alcira, hasta que en 1473 obtuvo la independencia, reservándose Alcira la jurisdicción criminal y mero imperio. En 1574, Felipe II le concedió la segregación de aquella convirtiéndolo en Universidad, tras pagar 8.000 ducados. Le pertenecían los despoblados de Cotes, Pardinas, Segreña y Fátima. En 1608, se le concede el título de Villa Real, se introduce el sistema de insaculación para proveer los oficiales del gobierno municipal, obtiene el privilegio real de cogobernar con Alcira la Acequia Real del Júcar y, el 12 de noviembre, el rey le concede la celebración de feria anual durante veinte días.
La expulsión de los moriscos y la compra de Cotes, hicieron que el siglo XVII fuera de fuerte endeudamiento para Algemesí. En las Cortes Valencianas de 1626, el Brazo Real pidió la revisión de los límites de Algemesí, debido a los pleitos que tenían desde su segregación de Alcira.

Alzira

Lo que en la actualidad es el término municipal estuvo poblado desde la Prehistoria. Se han encontrado restos paleolíticos en la Cova de les Meravelles; del neolítico son los enterramientos de la Cova de les Aranyes y dels Gats; y pertenecientes a la Edad del Bronce son los poblados de la Muntanya Assolada y de les Cases de Moncada. De la época de la romanización es la necrópolis del Camí d’Albalat.
Bajo la dominación musulmana Alzira se convirtió en un núcleo político-administrativo de gran importancia, como lo demuestra el hecho de que contara con gobernación propia; a nivel intelectual fue un importante foco de atracción para escritores, filósofos y jurisconsultos.
Reconquistada la zona por los reinos cristianos, Alzira fue incorporada al orbe cristiano el 30 de diciembre de 1242 por obra del monarca aragonés Jaime I.
Durante el movimiento foral Alzira se mostró muy activa en la Guerra de la Unión, participando como villa real en las Cortes del Reino y desempeñando un papel relevante en el famoso Compromiso de Caspe.
Llegados al siglo XIX, en 1820 se creó el Partido Judicial de Alzira que duró hasta 1823, sustituido por la Gobernación duradera, hasta que en el año 1837 se reinstauró el Partido.
En 1876 el rey Alfonso XII, dada su importancia económica, le concedió el título de ciudad.
Hoy día Alzira es una ciudad muy poblada, con calles amplias y edificios altos, situados en el centro, que unen la villa y el arrabal.

Carcaixent

Existen antecedentes prehistóricos de una población muy antigua, desde la época neolítica, especialmente de restos ibéricos y romanos. De cualquier modo, la localidad de Carcagente tiene su origen en una alquería musulmana. Durante el periodo de dominio árabe, se organizó el territorio y la población de manera dispersa en alquerías. Hay varias alquerías documentadas en el término: la de Carcagente, Cogullada, Ternils, Benimaclí, Benivaire, Alborgí… Todas estas formaban un conjunto territorial que se conocerá después con el nombre de «Horta de Cent» o «Huerta de Carcagente».
La conquista cristiana por Jaime I de Aragón en el siglo XIII y la posterior repoblación, produjeron diferentes cambios radicales en esta organización. Pronto empezó un proceso de concentración de la población que benefició al núcleo de Carcagente.
La Edad Moderna fue la etapa más brillante, en la que la localidad consiguió su independencia. A principios del siglo XVI, en el año 1521, era uno de los principales núcleos agermanados donde tenían lugar luchas en sus calles. Se produjo un gran crecimiento económico a causa, sobre todo, del cultivo de la morera y del comercio de la seda. Paralelamente, se produjo un gran crecimiento demográfico, continuando el proceso de concentración de población e intensificado, además, por causas climáticas (fuertes inundaciones).
En lo que respecta a la agricultura y economía, fue fundamental la introducción del naranjo, que revolucionó la agricultura y marcó su posterior evolución. En el año 1781, Mosén Monzó y sus amigos, Maseres y Bodí, plantaron los primeros campos de naranjos en la partida de la Bassa del Rei. El naranjo fue implantándose desde final del siglo y sustituyendo a otros cultivos, hasta convertirse en predominante. En el siglo XIX comenzó a exportarse la naranja a gran escala.
En el año 1916, se le concedió el título de ciudad.

Pobla Llarga

El «Pont de l’Ase» y la Vía Augusta romana son los restos arqueológicos más antiguos que encontramos en La Pobla Llarga.Existen recuerdos de los musulmanes, pero fue Pere d’Esplugues, arcediano de la catedral de Valencia, quien edificó y pobló el lugar, al obtener este privilegio del rey Jaume II, en 1317.
Originariamente se denominó Pobla d’Esplugues, Pobla de Torrehermosa y, finalmente, Pobla de l’Ardiaca, precisamente por ser nombrado ardediano su primer señor. En el siglo XVI adquirió la denominación actual de La Pobla Llarga.
Entre 1347 y 1348 la Guerra de la Unión llevó a esta población a la denominada “batalla de la Pobla d’Esplugues”; durante las Germanías, en 1522, murieron a manos “dels agermanats” el señor vigente, Joan Corts, y muchos pobletanos.
Este escaso crecimiento demográfico, motivado por las fiebres tercianas que desde finales del XVII afectaron a buena parte de las poblaciones de La Ribera, se corresponde con un lento crecimiento económico, que no se superó hasta que en el siglo XIX se desecaron las tierras pantanosas, hecho que posibilitó la introducción de nuevas plantaciones -hortícolas y citrícolas, principalmente-, con lo que se fue entrando en una fase de prosperidad económica, y la población se quintuplicó en poco más de cien años.

Manuel

El origen de la actual población es incierto, aunque su topónimo Manuel es de origen árabe ( Mahuel ) y significa «salida o confluencia de aguas».
Antigua alquería islámica de la cual, en 1467, el señor territorial era Vicente Ferrer, caballero de Játiva. En 1496 pasó a Juan de Tallada y en 1515 es vinculada en baronía; posteriormente fue propiedad de los Quintana y de los condes de Castellar y Carlet. En 1609, con la expulsión de los moriscos, estuvieron deshabitadas las 31 casas de moriscos que había. En 1610 se le dio carta puebla. En 1663 volvió a tener 40 casas habitadas. Cavanilles nos contó que, en 1795, producía arroz, seda, trigo y maíz. Desde 1782 se explotararon, por orden de Carlos III, unas salinas que habían en su término.
Durante la Guerra de Sucesión, el día 17 de abril de 1706, Manuel sufrió un ataque del ejército borbón, con el posterior saqueo e incendio del pueblo. En el enfrentamiento, murieron 30 vecinos de Manuel y de las alquerías de alrededor, además de los miquelets de la pequeña guarnición que se encontraba en el pueblo.

Torre Lloris

Debe su nombre a los señores de Lloris, en el año 1379, y aun siendo una pedanía de Xativa desde el año 1857, tiene una personalidad propia. Su antiguo termino municipal, agrupa los territorios jurisdicinales de dos antiguos señorios alfonsinos, enclavados dentro del realengo de Xativa: La Torre d´en LLoris y Miralbó d´en Sanz (antigua pedanía de la Torre) Por debajo del pueblo, discurre el rio de Albaida, cuyas aguas son obligadas a discurrir en gran parte hacia la acequia comuna de Ènova, por medio de un gran assud andalusí, reconstruido en hormigón en el año 1944 Pueblo eminentemente agricola, si bien durante los siglos X-XVII, dominó el policultivo de regadío y de secano, últimamente se ha consolidado el monocultivo del naranjo

Xátiva

Xátiva ha sido casi siempre una población de gran importancia histórica. Esto fue especialmente cierto en la época árabe, en la que llegó a contar con más de 30.000 habitantes. Aquí se diseñaron los sistemas de riego con el primer canal de agua potable, se alzaron mezquitas, baños e importantes y surtidos zocos. En el año 1150 aparece aquí el primer molino papelero elaborado, que dará paso a la fábrica de papel.
El reinado de Jaime I dará paso a la época de repoblación. Los centros de culto musulmanes se cconvierten en templos cristianos y las órdenes religiosas crean conventos.
El siglo XIV supone un crecimiento enorme de la ciudad y se inicia una gran actividad constructiva. Durante varios años se convirtió en la segunda ciudad más importante del Reino de Valencia. Su castillo pasa a ser prisión de estado y el recinto fortificado más importante de la Corona de Aragón.
El siglo XV trae el ascenso al solio pontificio de los dos únicos papas no italianos: Calixto III y Alejandro VI-Rodrigo de Borja. Los dos, tío y sobrino, dejaron imborrable huella en la Historia.
En el siglo XVI nace en Xátiva José de Ribera, “El Españoleto”, uno de los pintores más destacados de todos los tiempos.
Los primeros años del siglo XVII traen la desafortunada expulsión de los moriscos (1609), que provoca una profunda crisis económica en la ciudad. Esta crisis se complicaría en el siglo siguiente con la aparición de varias epidemias y la segunda revuelta de las Germanías, en la que los ciudadanos de Xátiva apoyaron al candidato austriaco; vencidos en el campo de batalla por la facción borbónica, fueron víctimas de una revancha larga y cruel. Aunque la venganza, dicen, es un plato que siempre se come frío, los sebatenses se vengaron del borbón colocando cabeza abajo el retrato de Felipe V, en el Museo Municipal.