Apostol

El Camino de Levante

Etapa

27

Monumentos

Toro

Colegiata de Santa María la Mayor

En el año 1892 fue declarado Monumento Histórico-Artístico. Su construcción se remonta al s. XII. Fue levantada en dos etapas diferentes y por dos maestros diferentes, a lo largo de 100 años. Del exterior destaca la Portada y la Torre los dos cuerpos inferiores son de la época románica. El interior está compuesto por tres naves. Destacan los capiteles de los pilares, el órgano y el cimborrio. En una de las columnas del templo se encuentra una imagen de la Virgen embarazada, una de las pocas que existen en España.

En la Sacristía hay una interesante colección de orfebrería religiosa, pinturas e imaginería, siendo el más significativo el rico Sagrario (s. XVII) de marfil y carey y la famosa tabla de la Virgen de la Mosca –obra flamenca del s. XVI-.

Pero lo más destacado de la Colegiata es la Puerta de Occidente o también llamada de la Majestad. Es un hermoso y magnífico pórtico ricamente decorado y policromado, de estilo gótico. En él se narra la vida de la Virgen, la infancia de Cristo, el Purgatorio y el Juicio Final. Esta puerta está protegida de las inclemencias del tiempo ya que es la joya más preciada de la Colegiata.

El Río Duero a su paso por Toro

La trascendencia del río Duero y su paso por esta ciudad queda reflejada, sobretodo, en la cultura culinaria y, especialmente, en la viticultura. Familias enteras vivían de la pesca de anguilas, cangrejos, truchas. Esa actividad dio paso a otra mucho más trascendental como ha sido la producción agrícola y, sobretodo, el desarrollo de la vitivinicultura. Debido a ello, en el siglo XVII, Toro se erigió como capital de la provincia conformada por los términos o partidos de Toro, Carrión y Reinosa. Con la modificación del mapa geográfico de España, en 1.833, desaparece dicha capitalidad. Hoy en día, la relevancia y notoriedad de los vinos de la Denominación de Origen Toro es sobradamente conocida.

Murallas

La muralla urbana de Toro. Fue construida en el siglo XV sobre las anteriores fortalezas de los siglos XIII y XIV. Alojó la corte de la princesa de Asturias, Juana de Trastámara, en su guerra contra los Reyes Católicos. La victoria de Fernando el Católico a las puertas de la ciudad (1476) supuso prácticamente el fin de esa guerra.

Entre los restos de las murallas se encuentra la puerta del Mercado, perteneciente al primer recinto amurallado de Toro, sobre la que se levantó en el siglo XVI la torre del Reloj.

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Puente de Hierro

El empleo del hierro significó una transformación radical en la construcción en general, y en los puentes en particular; sus posibilidades eran mucho mayores que las de los materiales conocidos hasta entonces, y por ello se produjo un desarrollo muy rápido de las estructuras metálicas, que pronto superaron en dimensiones a todas las construidas anteriormente. Hoy en día sigue siendo el material de las grandes obras, y en especial de los grandes puentes, si bien el hierro que se utiliza ahora no es el mismo que se utilizó en los orígenes, porque el material también ha evolucionado significativamente; hay diferencia considerable de características y de calidad entre los aceros actuales, y el hierro fundido que se utilizó en un principio.

Arquitectura Civil

Destacan el edificio del Ayuntamiento (1778), el Palacio del siglo XV, ocupado por la Fundación de Las Escuelas Pías, el Palacio del

Marqués de Santa Cruz, el Arco del Postigo, La famosa Torre del Reloj, el Alcázar y el Palacio de Las Leyes de Toro.

Conocer Toro y disfrutar de sus callejuelas es tanto como adentrarse en remotas páginas de la historia de Castilla y León. Sus conjuntos monumentales son precisamente vestigios de esas glorias antañonas fue capital de provincia que hicieron de esta ciudad plaza fuerte codiciada, patrimonio real, señorío de princesas y heredad del infantazgo.

Puente Romano

No existe documento que asegure con precisión la fecha de la construcción del Puente Romano, pero hay indicios que la sitúan en el siglo I de nuestra era, en tiempos del emperador Trajano.

El Puente Romano está construido en la zona más ancha del río, sobre un subsuelo rocoso que le sirve de sólidos cimientos. Cuenta con 26 arcos de medio punto de 4,80 metros de luz, con grandes dovelas almohadilladas, los pilares se hallan reforzados por ligeros machones, la longitud es de 176 metros y el ancho entre pretiles de 3,70 metros. El Puente Romano, el Toro y la Encina forman parte de la heráldica de la Ciudad.

Puerta

Construida en el siglo XVI sobre la antigua puerta del Mercado del primer recinto amurallado de Toro fue modificada a principios del siglo XVIII con el aspecto actual, una torre con planta cuadrada y cuatro cuerpos. El primero es el pórtico de acceso, sobre él se encuentran dos elementos de sección cúbica que acogen la capilla y el reloj respectivamente, y el último cuerpo lo conforma la cupulilla que remata el conjunto.

Villalazán

Iglesia Parroquial de San Blas

La iglesia parroquial destaca por su singularidad arquitectónica en comparación a las del resto de la comarca, pues está construida en el s. XIX. Está bajo la advocación de San Blas. Las dos columnas situadas en la entrada de la iglesia proceden del desamortizado monasterio de los Jerónimos de Zamora.

Villaralbo

Iglesia parroquial de San Ildefonso

Desde el siglo XVII, con motivo de la confección de un retablo nuevo para la capilla mayor, las urnas de plata se conservan en el interior de otras dos urnas de madera cubiertas por un baldaquino clasicista de planta hexagonal y protegidas por una reja que cierra la capilla alta. Las urnas y el baldaquino fueron tallados por el ensamblador Martín Sánchez entre 1618 y 1619 y dorados y policromados por el pintor Alonso de Remesal en 1620. La reja que protege esta capilla se cierra con varias cerraduras cuyas llaves custodian diversas instituciones civiles y eclesiásticas de la ciudad. Una vez concluida la obra de este nuevo retablo, las reliquias fueron depositadas en las nuevas urnas en el mes de mayo de 1623 para lo que se celebraron unas importantes fiestas en la ciudad de Zamora.

Para custodiar los restos de San Ildefonso se creó, entre caballeros y gentes de ilustre alcurnia de Zamora, la Congregación de los Camareros de San Ildefonso que con el tiempo ha venido a denominarse Cofradía de los Caballeros de San Ildefonso y Cofradía de Caballeros Cubicularios como se conoce en la actualidad.

Desde 1506, por bula del Papa Julio II, la parroquia de san Ildefonso ostenta la categoría de iglesia arciprestal

La posesión de las reliquias de un santo tan importante para la iglesia española, motivó la declaración de San Ildefonso como patrono de la ciudad de Zamora y de Villaralbo.

Zamora

El Castillo

La ciudad de Zamora constituía un pilar básico para los reinos cristianos en el proceso de reconquista.

Actualmente se conserva el perímetro del castillo, rodeado de un foso que se halla casi íntegro. Los muros de mayor importancia, el patio de armas y la torre del homenaje también han llegado hasta nuestros días. En la actualidad está restaurándose ante la previsión de que sea destinado para albergar el Museo de Baltasar Lobo.

El castillo de Zamora tiene una planta con forma de planta. En ella destacan tres torres (dos con cinco puntas y una con siete). Todo el edificio está flanqueado por un foso de gran profundidad, que a su vez le da seguridad el gran grosor de los muros -más de dos metros de media-. Para acceder a él hay un puente que antaño era levadizo y que va a parar a una puerta con un arco apuntado.

Catedral de el Salvador

El monumento más emblemático de la ciudad es su Catedral, auténtica joya del románico de la zona. Por algunos documentos parece que el templo fue consagrado en el año 1174 y que su construcción duró 23 largos años.Las obras terminaron en el obispado de Guillermo, fecha del cimborrio y las portadas del transepto, para terminar totalmente con las obras de la torre y el claustro ya en el siglo XIII. Dentro del templo merece la pena destacar la capilla del cardenal Juan Mella, la capilla del Doctor Grado, la sillería del coro y el Claustro. Visita obligada es la que hay que realizar al Museo Catedralicio por las colecciones de tapices y otras obras de escultura y orfebrería

de indudable calidad artística, que alberga en su interior.

Puerta del Obispo

La Puerta del Obispo es la única que se mantiene completa de las tres originales. Es junto al cimborrio la pieza más valiosa de todo lo románico de la Catedral de Zamora constituyendo un ejemplo de decoración arquitectónica, sin apenas escultura.

Se divide en tres calles que a su vez están divididas en dos pisos, los inferiores contienen sendos arquillos con lo mejor de la escultura románica zamorana, uno, con San Juan y San Pablo y otro con una Virgen Theotokos. En el siguiente piso sólo aparece una arquería ciega.

Rematando todo el conjunto se yerguen sobre los estribos y las dos pilastras acanaladas que recorren la fachada tres arcos ligeramente apuntados que conforman el remate del hastial.

Arquitectura Civil

Palacios románicos, con restos prerrománicos.


Puente románico del s. XII, con 250 m de longitud.


El Palacio de los Momos, Monumento Nacional desde 1922. Edificado a finales del siglo XV o principios del XVI, es de estilo renacentista, aunque con muchos elementos aún del gótico tardío. Actualmente es sede del Palacio de Justicia.


El Ayuntamiento Viejo, de finales del siglo XV, sede actualmente de la Policía Municipal.


La antigua Alhóndiga del Pan almacén de grano, recientemente restaurada y utilizada como sala de exposiciones.


La casa-palacio de los Condes de Alba y Aliste actualmente Parador Nacional de Turismo.


El antiguo Hospital de la Encarnación, de principios del siglo XVII, obra del arquitecto Juan Gómez de Mora, aunque con reformas y ampliaciones de los siglos XIX y XX. Su destino original fue el de hospital de hombres, aunque también ha servido como cárcel y hospicio, y hoy en día es sede de la Diputación Provincial.

Cúpula Románica de la Catedral

Cimborrio con un tambor de 16 ventanas sobre el que se levanta una cúpula de gallones revestidos con escamas de piedra y soportada con pechinas de clara influencia bizantina. Es el elemento más llamativo, bello y original del templo, y un verdadero símbolo de la ciudad.

El cimborrio de la Catedral de Zamora junto al de la Catedral Vieja de Salamanca, el de la Catedral de Plasencia y el de la Colegiata de Toro se agrupan dentro de los conocidos como Grupo de cimborrios leoneses. El exterior se ameniza con cuatro cupulines que sirven para reforzar las esquinas y cuatro frontones hacia los puntos cardinales que apuntalan la bóveda.

Ermita de Nuestra Señora de los Remedios

La pieza más importante, el retablo de Nuestra Señora de los Remedios, contiene las pilastras, el nicho central y el friso y está formado por cuatro tableros obra del pintor vallisoletano Gaspar de Palencia, El conjunto escultórico y pictórico procede originariamente de la desaparecida iglesia toresana de San Cebrián o San Cipriano, de origen mozárabe, «muy vinculada a los primeros repobladores de Toro de hace mil años». La talla de las Virgen de los Remedios para la que fue construido el retablo se conserva, aunque fue «mutilada» de forma penosa para poderle colocar vestidos, según la costumbre de épocas posteriores y su situación «es deplorable», como la ha definido el historiador.

Convento de la Virgen del Tránsito

Fue fundado en el siglo XVI. Es un edificio sobrio, con una elegante portada clásica. En su interior guarda la imagen de la Virgen del Tránsito, patrona de gran devoción en la ciudad.

La Virgen del Tránsito, ha gozado siempre de mucha devoción entre los zamoranos, y ha salido en procesión extraordinaria en multitud de ocasiones ante la guerra, el hambre o cualquier calamidad pública. La imagen de la Virgen es de una extraordinaria belleza, de una serenidad celestial, que provoca en todo aquel que la mira el ardor de su fe, la curación de su alma o todo favor que necesite. Nuestra Señora Dormida, aparece bellamente adornada, siendo de las pocas excepciones en que una talla zamorana rompe con la austeridad propia de estas tierras.

Iglesia de Santa María la Nueva

Tras el incendio de 1168 durante el Motín de la Trucha, la iglesia tuvo que ser reconstruída. Conserva el ábside y partes del muro sur del siglo XI.

De las 3 naves del edificio primitivo se hizo una. Está separada del ábside por un arco toral apuntado. Dentro de la iglesia sobresale su pila bautismal con motivos bíblicos esculpidos en su cara exterior (bautismo de Cristo, Apóstoles y Profetas).

Es destacable las arquerías superiores que voltean sobre finas columnillas. En tres de los paños hay rudos ventanales con columnillas decoradas con escultura casi de tradición visigótica.

También se encuentra en Santa María la Nueva el Cristo Yacente de Francisco Fermín, de la escuela de Gregorio Fernández. Es una talla del siglo XVII muy valorada por los zamoranos, que en Semana Santa le dedican una procesión.

Iglesia de Santo Tomé

Lo único que se conserva de la fábrica original es la cabecera y una parte del muro norte. Lo que hoy contemplamos obedece a una reforma posterior, que unificó las tres naves y proyectó una cubierta de madera, y otra del siglo XVIII, que la dividió en tres tramos y construyó una espadaña en el muro oeste.

Al exterior, la cabecera presenta una gran similitud con Santa Marta de Tera, puesto que se articula gracias a dos columnas adosadas y molduras de ajedrezado. En los ventanales aparecen capiteles figurados mientras que la cornisa, compuesta por una linea de taqueado, es sustentada por canecillos con figurillas humanas.

En la fachada norte encontraremos una portada abocinada con cuatro arquivoltas, una de ellas polilobulada, con decoración vegetal y de puntas de diamante. La portada sur, parecida a la anterior, está empotrada en construcciones posteriores y cegada al interior.

Muralla Medieval

La muralla de Zamora es la edificación que parapeta la ciudad prácticamente desde su construcción.

La ciudad de Zamora está situada en una zona tremendamente importante desde el punto de vista defensivo y económico, pues al estar elevada y cercada por el valle del Duero sus habitantes pudieron controlar, desde su fundación, tanto la llegada de invasores como las rutas comerciales.

La construcción aparece en las fuentes medievales en el año 893, pero tras la reconquista y la repoblación de los extremos del Duero es cuando adquiere su actual idiosincrasia diferentes cercos que se superponen y que incluyen dentro de sus perímetros las diferentes ampliaciones de la ciudad.

El paso de la Edad Media a la Edad Moderna hace que pierda su funcionalidad defensiva casi en su totalidad. De hecho, inclusive en el periodo napoleónico fue reforzada para contener las embestidas del ejército galo.

Puente de Piedra

Zamora, como otras muchas ciudades españolas, debe gran parte de su importancia a los puentes que cruzan su río, lo que permitió su original ubicación estratégica. Éste, en concreto, data de 1167.

Consta de dieciséis grandes bóvedas apuntadas y otros numerosos arquillos que sirven de alivio en las enjutas de los anteriores. En un principio tuvo almenas pero más tarde fueron derribadas. Hasta no hace mucho tiempo contaba con dos torres defensivas en los extremos, por cuyo paso se cobraba el pontazgo.

Portillo de la Traición

El Portillo de la Traición es un acceso al primer recinto amurallado de la ciudad de Zamora.

El portillo se sitúa entre la Iglesia de San Isidoro y la Catedral. Se trata de una alta y estrecha puerta que se levanta sobre una quebrada, en uno de los tramos del perímetro de la muralla más irregulares.

En la actualidad es perfectamente transitable, ya que une una parte de la ciudad con otra. Se encuentra en perfecto estado de conservación y de higiene, así como de decoración, pues está rodeado de abundante vegetación que hace más romántico si cabe un lugar con tanta historia.

La importancia de este elemento arquitectónico radica en que las crónicas cuentan que por él entró Vellido Dolfos, un noble leonés del siglo XI, siendo perseguido por el Cid. Éste le perseguía, supuestamente, por haber asesinado a Sancho II de Castilla.

Iglesia de Santa María de Horta

En la portada exterior del muro meridional vemos capiteles vegetales flanqueados por otros donde se tallaron grifos que enmarcan cabezas humanas.

En la portada interior, con arquivoltas ligeramente apuntadas que descansan en dos columnas, encontramos capiteles con leones alados entre decoración vegetal. Además de una arquivolta con zig-zag.

En la portada de los pies aparece un capitel historiado junto a otros vegetales.

Por último, destacar la mesa de altar, que apea sobre un tenante decorado con arquería ciega, ligeramente apuntada, con decoración de zig-zag en la rosca y con capiteles vegetales y de aves enfrentadas.

Iglesia de Santa María Magdalena

Se trata de un templo de una única nave que cuenta con una torre a los pies y con un cabecero semicircular que alberga la capilla mayor. Los muros no son estrictamente macizos, ya que están roturados por ventanas en el cuerpo superior. Dicho hecho aporta una gran luminosidad al interior del templo. Además, éstos vanos están rematados con arcos semicirculares «escoltados» por arcos semicirculares sostenidos por columnas con decoración vegetal.

El edificio es de gran belleza debido a la iconografía que lo decora. La puerta más antigua es la meridional, cuyos adornos representan el paraíso celestial. Éste está rodeado por un arco polilobulado y cuatro arquivoltas con capiteles vegetales y figuradas.

Destaca además el sepulcro, que por su idiosincrasia pertenece a los últimos compases del románico.

El edificio cuenta con la máxima calificación monumental desde el año 1910, decir que su estado de conservación es excelente.

Monasterio de San Francisco

El Monasterio de San Francisco, pasando el puente románico. Monasterio que estaba en ruinas y del que sólo se conservaba el testero del S. XIV. Los restos que se conservan de lo que fue la capilla son obra de Gil de Hontañón. El arquitecto Manuel de Casas, a base de materiales como acero corten y cristaleras, ha conseguido un edificio originalísimo en el que se conjugan los elementos y materiales más lejanos en el tiempo y se produce un resultado totalmente armonioso. Actualmente es sede de la Fundación hispanolusa «Rei Afonso Henriques».

Puerta de Doña Urraca

Data del siglo XII, y fue una de las principales puertas del acceso al recinto amurallado de la ciudad de Zamora.

A lo largo de los siglos ha recibido distintos nombres: Puerta de San Bartolomé, Puerta de Zambranos o Puerta de la Reina.

Se caracteriza por un arco de entrada semicircular compuesto por unas pequeñas dovelas. La entrada está flanqueada por dos grandes cubos cilíndricos y sendos torreones, hoy incompletos. El arco superior está rematado por una cornisa recta que a su vez une los cubos. Como única decoración conserva una lápida del siglo XVI.

Declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento en 1.874.