Apostol

Ruta de la Lana II

Etapa

2

Tramos

Fuentes – Cuenca

18.8 km

1. Fuentes - Atalaya de Cuenca - 4.3 km

Para abandonar la localidad de Fuentes debemos buscar una nave ganadera. A nuestra izquierda, a unos 300 mts., más o menos, encontramos el caserío formado por las construcciones de La Atalaya. El primer edificio que veremos es el de las Escuelas y el Polideportivo; si necesitamos descansar o rellenar la mochila, podemos hacerlo aquí, pero si no es así, lo mejor es bordear el caserío y salir de él tomando el camino que sale en las cercanías del frontón, es decir, el recorrido más próximo al río. No podemos olvidar seguir la dirección noroeste. Falta muy poco para llegar a La Atalaya.

La Atalaya es una pequeña localidad, que bordearemos sin entrar en ella.

2. Atalaya de Cuenca - Mohorte - 3.7 km

Tras caminar aproximadamente 200 mts., deberemos tomar la desviación de nuestra izquierda y adentrarnos en el bosque. Desechamos el camino que conduce a la cantera (hacia la carretera) y proseguimos nuestra andadura por esta senda hasta encontrar un sembrado, que atravesaremos recto (como señal, debemos tener en cuenta 5 pinos entre la hierba, que deben quedar a nuestra izquierda). De este modo, llegaremos sin contratiempos hasta el camino que nos conducirá directamente a Mohorte. Por ningún concepto debemos abandonar este camino; a la derecha debemos ver la carretera y a nuestra izquierda debemos visualizar la chimenea de la fábrica maderera.

En Mohorte podemos aprovechar para admirar la belleza de su templo parroquial dedicado a La Natividad de Ntra. Sra.

3. Mohorte - La Melgosa - 3.6 km

Salimos de Mohorte tomando el camino a La Melgosa, que discurre por la Vega del río Moscas.

4. La Melgosa - Cuenca - 7.5 km

Desde nuestra salida de La Melgosa hasta llegar a Casas de la Mota, hemos de seguir siempre la misma dirección, siempre recto. Cuando lleguemos a Casas de la Mota, llegaremos, también, a la N 320. Seguimos por ella pues así llegaremos sin dificultad a la hermosísima ciudad de Cuenca.

Esta capital, además de ofrecernos todo tipo de servicios, nos espera para que admiremos con sosiego toda la belleza que atesora. Amén de una ciudad “encantada”, es una ciudad encantadora.