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Mieres, parada peregrina desde Corea

13 agosto 2019 / lne.es

Las peregrinas Lee Chon, Rhan Yun y Sun Mi conocen la villa por primera vez: «Nos están encantando los paisajes»

Lee Chong, Rhan Yun y Sun Mi son tres mujeres de Corea del Sur que están haciendo el Camino del Salvador –que une la catedral de León con la de Oviedo-. Su séptima vez como peregrinas, siempre juntas, y llegaron a Mieres por primera vez: «Lo mejor del Camino del Salvador son los paisajes y la tranquilidad», aseguraron. Los hospitaleros de los albergues de las Cuencas aseguran que este año se ha incrementado el número de extranjeros, especialmente procedentes de Europa y Asia.

¿Les gusta el Camino del Salvador? Lee Chong, sin parar el paso, dice que sí: «Nos están encantando los paisajes, los pueblos y la calma en todas las etapas». En su paso por Mieres, antes de llegar al albergue, ella y sus compañeras de Camino admiraron la iglesia de San Juan y la plaza de Requejo. Lo que más les llamó la atención fue la estatua de «El Escanciador». «Aún no hemos probado la sidra, quizás después de descansar un poco en el albergue nos acerquemos», señaló Lee Chong, la única de las tres que habla inglés y un poco de español.
El Camino del Salvador, aunque «con un entorno muy bonito», se les está haciendo un poco duro. «Las peores etapas fueron las del puerto de Pajares», destacó la peregrina. Eso sí, no tiene más que buenas palabras para los albergues y sus hospitaleros: «Todos están limpios y nos hemos encontrado como en casa».

Les pasa a muchos. Cada año, la comarca recibe a más de medio millar de peregrinos. La mayoría son españoles, aunque el número de extranjeros aumenta en cada temporada. Además, se ha percibido otro cambio en el perfil de los peregrinos que llegan al Camino del Salvador: «Cada vez hay más personas que hacen el Camino por conocer nuevos lugares y no por la fe religiosa. Es, para muchos, otra forma de hacer turismo y de disfrutar del verano».

Como Lee Chong, Rhan Yun y Sun Mi, que disfrutan con cada uno de sus viajes como peregrinas. «Hemos hecho el Camino, en distintas variantes, siete veces. La última fue el Camino Francés, pero nos resultó muy masificado». Un problema que no tienen en esta ocasión. Si tienen que poner alguna pega, solo los obstáculos en la comunicación: se encuentran con pocas personas que hablen inglés y la señalización no es tan buena como les gustaría.