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Peregrinos con mochila y aletas

22 agosto 2019 / elcomercio.es

Gijón, punto de paso de un Camino de Santiago que aúna senderismo y buceo. «Nos hemos encontrado con la mar limpia y muy buena visibilidad», valoran los submarinistas del club Explorer en su recorrido por la costa asturiana

De la ‘lavadora’ en la que parecían estar metidos, durante su inmersión en las aguas de Suances, a la tranquilidad del Cantábrico frente a la costa asturiana. Así marcha, hasta el momento, la aventura del equipo de submarinistas vascos del club Explorer Sub, quienes ayer llegaron a Gijón para cubrir una nueva etapa de su viaje: el ‘Camino Santiagua’, una iniciativa que aúna peregrinación y concienciación medioambiental.

El grupo, formado por diez miembros -cuatro de ellos buzos-, inició la marcha el pasado 25 de julio en Hondarribia y trata de llegar a Santiago de Compostela a través de una ruta que combina senderismo y submarinismo. Durante este trayecto, por tanto, realizan inmersiones en diferentes puntos del Cantábrico, donde además dejan ubicados una serie de hitos que marcan la ruta de peregrinaje hacia Santiago. En Asturias, y a la espera de «obtener los permisos» necesarios, la instalación de uno de estos mojones está prevista en las aguas frente al Cerro Santa Catalina.

«Hacemos paradas en todos los puntos en los que hay centros de buceo y, de momento, hacemos una o dos inmersiones en esos puntos», explica Adolfo Rodríguez, presidente del club Explorer y promotor de este proyecto. De cara al futuro, confía en que sea posible «tener este camino abierto y perfectamente definido». La idea de cada etapa en este peregrinaje, en principio, pasaría por hacer una inmersión, con un recorrido de un kilómetro bajo el agua, para completar la jornada con otros quince kilómetros de ‘trekking’ para llegar hasta el siguiente puerto o centro de buceo.

Hasta la fecha, el equipo de submarinistas ha hecho parada en Llanes (el pasado martes) y Lastres. Desde ayer se encuentran en Gijón, donde hoy presentarán su proyecto, en colaboración con el Centro de Formación Marítima del Principado. Durante su viaje, los buzos han pasado algunos momentos complicados. Fue lo que ocurrió en Suances, donde hasta la embarcación que les recogía «tuvo sus riesgos». Sin embargo, en Asturias el Cantábrico «se está portando con excesiva ‘caridad’». Rodríguez afirma que han realizado inmersiones «maravillosas», con la mar «totalmente en calma, limpia y con una visibilidad muy buena».

El equipo reanudará hoy su marcha, con paradas en Candás y Luarca, para llegar después a Galicia. Desde La Coruña, el resto del viaje ya será a pie hasta llegar a Santiago de Compostela. Con esta iniciativa se trata también de «llamar la atención sobre la necesidad de ayudar a la conservación del Cantábrico, con la creación de reservas marinas que permitan la regeneración de la vida marina».