Guillena
Iglesia de Nuestra Sra. de la Granada
De planta basilical, con crucero y torre lateral a los pies del templo, esta iglesia responde a los patrones estilísticos andaluces. Totalmente blanca, su fachada juega con la bicromía al resaltar la portada de acceso a través del color, convirtiendo elementos arquitectónicos en elementos decorativos. Exactamente lo mismo ocurre en su torre, que alterna el blanco con el color en el cuerpo de campanas.
Ecmo. Ayuntamiento de Guillena
Palacio Parladé
Se trata de una edificación a modo de castillo medieval de estilo neomudéjar, fechado en el siglo XIX. Se construyó como segunda residencia de la familia Parladé, en un bello paraje de la Sierra Norte sevillana, junto a la Rivera del Cala, y lo que hoy son los Lagos del Serrano (Embalse del Cala).
La edificación a simple vista nos recuerda a una fortaleza defensiva de la Edad Media, constando incluso de un pequeño foso «defensivo» como los castillos de antaño.
Castilblanco de los Arroyos
Iglesia del Divino Salvador
Edificio primitivamente «Mudéjar «, fue reformado en los siglos XVI y XVII. El aspecto exterior de la «fachada» y de la «torre» se deben a una última reforma del siglo XVII. El «retablo mayor» de la iglesia, también es del siglo XVII. Pero las reformas más significativas corresponden a la primera y segunda mitad del siglo XVIII. En esta última etapa son rehechas las «cubiertas de las naves» de la iglesia, gracias a la labor de dos eminentes arquitectos: Diego Antonio Díaz y Ambrosio de Figueroa, los cuales labraron la «portada de los pies», el «cuerpo de la campanas», el «capitel octogonal» que remata la torre y las «bóvedas semiesféricas» y «vaídas» de la nave central y de la naves laterales respectivamente, además de remodelar los «pilares» y de levantar el «coro» del templo.
Monumento a Cervantes y las dos doncellas
Situado a la entrada de la localidad en forma de placa y escultura piramidal. En Las dos doncellas, una de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, el escritor nombra a la localidad “Cinco leguas de la ciudad de Sevilla está un lugar que se llama Castilblanco y en uno de muchos mesones que tiene, entró un caminante…»
Ermita de San Benito
Su construcción es sencilla, de medianas dimensiones y, aunque algo afectada por pequeñas transformaciones («atrio», «pintura del interior» y «alicato» ) ha conservado, no obstante, casi en toda su fábrica, el estilo primitivo.
En su interior se venera la sagrada imagen de «San Benito», la cual conserva el estilo de los últimos siglos: cabeza y mano de talla, cuerpo de candelero en casi su totalidad, ojos de cristal, encarnadura de fuerte colorido y habito de paño.