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La Robla

En la Edad Media, fue fundamental el castillo de Alba, que detuvo el avance de Almanzor, en torno al que se organizó el correspondiente territorio, convertido más tarde en concejo. El valle de Fenar recibió fueros de Fernando I en 1042, organizándose como otro concejo. Ambos se unieron en el ayuntamiento de La Robla a principios del siglo XIX, excepto las localidades de La Seca de Alba, Valsemana de Alba y Cascantes de Alba, que pasaron a Cuadros, y las de Naredo y Robledo de Fenar, que pasaron a Matallana de Torío en 1945. La economía del municipio recibió un importante impulso con la construcción del Ferrocarril de La Robla, que enlazaba la localidad con Bilbao, a finales del s. XIX. Este impulso trajo consigo la ubicación también en La Robla de la central térmica de La Robla, una de las tres que posee la provincia de León.

La Pola de Gordón

Aparece ya La Pola de Gordón documentada en el 1248 en una Real Célula dada por Fernando III en los reales del cerco de Sevilla y citada como La Puebla de Gordón. Alfonso XI con posterioridad, en el año 1341, en un documento de similares características la cita como La Pobla de Gordón, es etimológicamente un topónimo de ascendencia claramente latina « populus, pueblo », con la variante femenina « puebla », frecuente en la toponimia leonesa, galaica o asturiana. La Pola puede considerarse como población que comenzó con tal nombre hacia los años 1212 al 1230, o sea desde que fue desmantelado el Castillo de Gordón, por iniciativa del propio Rey Leonés Alfonso IX. Hasta este momento el Castillo de Gordón era el centro político y militar de Gordón.
El Concejo de Gordón lo encontramos en la comarca conocida como Montaña Central, inserta de pleno en el costado meridional de la cordillera Cántabro-Astúrica. Sus tierras ocupan unas ciento cincuenta mil hectáreas de este suelo con variada configuración, así podemos observar como al norte se levantan las montañas más agrestes y rocosas permitiendo exiguos y estrechos valles, y como su intensidad decrece, obviamente, a medida que avanzamos al sur, concluyendo con tierras somontanas, donde se aprecia ya el agotamiento de las últimas estribaciones de la gran cordillera. Se encuentran estas tierras surcadas de norte a sur por el cauce fluvial del río Bernesga donde en las proximidades de la capital municipal recibe el afluente colateral del río Casares y en todo su recorrido por el concejo, hacen lo propio, infinidad de otros modestos arroyuelos que glosan sus aguas.
Jurisdiccionalmente este Concejo está adscrito al partido judicial de la capital de la provincia, León, de la que su centro administrativo municipal, La Pola de Gordón, dista treinta y tres kilómetros, y con la que se comunica principalmente por la carretera Nacional 630 de Adanero–Gijón, además de dos carreteras de segundo orden, que lo comunican con las cuencas de los ríos Luna y Torío, concluyendo con unas buenas comunicaciones que aproximan las localidades más recoletas del Concejo a los ejes circulatorios.

Buiza

El pueblo de Buiza aparece documentado desde el año 1188, y ya es citado con anterioridad en el año 1036 en el testamento otorgado por Fernando I, en el cual se otorga esta localidad a la iglesia ovetense. La presencia de la “calzada romana” en la localidad que se testimonia con los escasos y deteriorados restos existentes en las inmediaciones de la Collada de San Antón, al igual que la existencia a un cuarto de kilómetro del alto de la collada de San Antón, bajando hacía Villasimpliz de un “miliario anapigráfico” tallado toscamente en forma cilíndrica, que bien pudiera ser romano, son elementos que posibilitan la tesis de un asentamiento más remoto.
La calzada romana primeramente y la carretera de Asturias a León, que se hizo por el Obispo de Oviedo, Fray Diego de Muros, en la primera mitad del siglo XVI , pasaba de Pola a Beberino y a Buiza y desde aquí en dos direcciones hacia Rodiezmo y hacia Villasimpliz por la collada llamada de Boiza en el alto de la cual existió un monasterio u hospedería con el nombre de Alto de San Antón.
En el año 1796 pernoctó el ilustre Jovellanos, según cuenta en sus Diarios. Se conservan cuatro casas solariegas con escudo de armas de los Alvarez Quiñones, los Ranias Panias, los Alfonso Villafañez y la última maltratada por el tiempo permite leer solamente Armas – Villa Em son – 1796 – Ave María Purísima.