Apostol

Vía de Bayona

Etapa

5

Cultura

Zegama

Desde el Neolítico, los prados altos de Zegama estuvieron poblados por grupos humanos dedicados al pastoreo;los túmulos y los dólmenes son testigos de su cultura funeraria.
Es posible que, ya desde la Prehistoria, el paso natural de Otzaurte fuera utilizado como comunicación entre la vertiente mediterránea con los territorios cantábricos. Aunque de forma aislada, también se han encontrado restos de época romana, lo que sostiene la teoría de que Otzaurte fuera una vía utilizada por los romanos.
Ya en los siglos medievales, Zegama aparece como colación o universidad en un documento del 12 de junio de 1384, por el cual se anexionaba a Segura junto a Zerain, Idiazabal, Ormaiztegi y Mutiloa. Juan I de Castilla en 1387 y Enrique III en 1393 ratificaron dicha incorporación. Esta unión tuvo lugar en plena pugna entre navarros y guipuzcoanos por la situación estratégica de Zegama. Asimismo, la guerra de los parientes mayores hizo necesaria la unión de los pequeños núcleos para su autodefensa.
En 1401 se forma la Parzonería de Alzania integrada por las poblaciones de Zegama, Zerain, Idiazábal y Segura, para el común aprovechamiento, explotación y conservación de las zonas de montaña, de primordial importancia para la alimentación del ganado y la obtención de la leña con la cual hacer el carbón que movía las ferrerías.
Zegama hizo suyo el escudo de los señores del palacio de Jaureguía, los Ladrón de Guevara, que ostentaron el patronato de su iglesia hasta el año 1495.
El rey Felipe III concedió a Zegama el título de «villa de por sí» el día 4 de febrero de 1615. Pero la concesión no era gratuita y los vecinos tuvieron que abonar 85.615 reales para obtener su independencia. Tras la obtención de este título, su representante tomó asiento en las Juntas Provinciales y formó Concejo Municipal separado de Segura.
A partir de 1637 quedó asociada a Zerain, Mutiloa, Ormaiztegi, Astigarreta y Gudugarreta, en la llamada «Unión de Cegama», cuyo objetivo era unificar su representación ante las Juntas de la Provincia. Esta colaboración duró aproximadamente un siglo.
El paso de San Adrián es protagonista de uno de los capítulos más importantes de la historia de Zegama.
Un túnel horada la roca por el collado Lizarrete entre las sierras de Aizkorri y Alzania, en la antigua Calzada Real, perteneciente al Camino de Santiago, que enlazaba la comarca del Goierri con Zalduendo, ya en tierras de Araba; por lo tanto era la vía de comunicación entre Castilla y Europa. Según la tradición oral, los romanos eligieron este lugar para su progresiva penetración en las dos mesetas.
En su interior han aparecido diversas monedas de los siglos XI y XII lo que confirma que fue un lugar de tránsito durante los siglos medievales. Desde la incorporación de Guipúzcoa a Castilla en el año 1200, esta vía fue la alternativa al paso de Otzaurte dominado por los navarros.
El Papa Nicolás IV otorgó en 1290 indulgencias a favor de los peregrinos, transeúntes y pobres que visitasen en el día de su festividad la iglesia del hospital de San Adrián de Zegama.
La gruta de San Adrián hacía las veces de fortaleza, por lo que contaba con vigilancia permanente y un alcaide al frente.
Aproximadamente a tan sólo 500 mts. del túnel de San Adrián, en el antiguo camino a Castilla, estaba la ermita de Santi Espíritu, junto a la que puede que hubiera un asentamiento templario. En el año 1503 el Papa Julio II le otorgó el título de priorato, fundación medieval, otorgada a los lugares situados en el Camino de Santiago, generalmente donde antes se hubiera establecido alguna orden de caballería. Se sabe que en 1512 este priorato tenía hospital para peregrinos, quemado por las llamas poco después. El Prior de la ermita era uno de los beneficiarios de la parroquia de Segura, de la que dependía Zegama.
En la actualidad, Zegama se proyecta al exterior como una población de primer orden. Su extraordinario patrimonio natural, un sector terciario en crecimiento y el dinamismo industrial de su red de pequeñas y medianas empresas, son los elementos en los que se apoya esta población de cara al futuro.

Tunel de San Adrián

La tradición oral dice que ya los romanos eligieron este lugar para adentrarse en la meseta, y para ilustrarlo el folklorista Ignacio de Iztueta recogió un relato popular que cuenta como una terrible noche de tormenta las tropas romanas atravesaron San Adrián, dejando a un soldado muerto por causa de un rayo.
El hallazgo en su interior de diversas monedas de los siglos XI y XII confirma que fue este un lugar de tránsito durante toda la Edad Media. A partir de la incorporación de Guipúzcoa a Castilla en 1200, como alternativa al paso de Otzaurte dominado por los navarros, se institucionalizó la nueva vía.
Durante el período de máximo esplendor, por la gruta de San Adrián transitaron reyes, príncipes y ejércitos, bandoleros, prófugos y peregrinos. En su interior había casas, cuadras, taberna, capilla…Hacía las veces de fortaleza, por lo que contaba con guarda permanente e incluso un alcaide a su mando.

Zalduondo

La primera mención escrita de Zalduendo data de 1025, y aunque se le supone una antigüedad mayor a la localidad; no se han encontrado restos tan antiguos como los de Aistra. En 1025 Zalduendo figura como parte del alfoz de Hegiraz.
Durante la Edad Media Zalduendo tuvo su importancia como punto de paso del Camino de Santiago. Por aquí pasaba una de las rutas secundarias del camino, proveniente de Francia y Guipúzcoa a través del paso de San Adrián. Zalduendo era la localidad encargada de custodiar la vertiente alavesa de dicho paso.
Aunque a lo largo de la Edad Media este camino perdió su importancia como parte de la Ruta Jacobea; siguió siendo la principal vía de unión entre la Llanada Alavesa y Guipúzcoa y consiguientemente entre Francia y Castilla. La prosperidad y cierta importancia que tuvo Zalduendo a lo largo de la Edad Media y Moderna se basó en su ubicación al pie del estratégico paso de San Adrián.
A principios del siglo XIV Zalduendo pertenecía a la Cofradía de Arriaga, señorío colectivo que ejercían los nobles alaveses sobre la tierra llana de Álava. Cuando en 1332 la Cofradía declara su Voluntaria Entrega al Realengo de la Corona de Castilla, el rey Alfonso XI de Castilla decreta que Zalduendo pase a depender de la vecina villa de Salvatierra.
No obstante, alguna décadas después, en 1382, el rey Juan I de Castilla concede al Canciller Pedro López de Ayala, el señorío sobre Salvatierra y sus aldeas, que le son entregadas bajo la fórmula de condado, Zalduendo vuelve a pertenecer a un señorío.
Zalduendo permanecerá ligado durante unos años al patrimonio de los Condes de Salvatierra, la Familia de Ayala. Fue enajenado de dicho patrimonio hacia 1412 o 1413 cuando la nieta del Canciller Ayala, Constanza de Ayala se casa con Pedro Vélez de Guevara, Conde de Oñate y cabeza de la Casa de Guevara. Zalduendo, separado del resto del Condado de Salvatierra, es incluido en la dote de Constanza y pasa a ser desde entonces villa de señorío de los Condes de Oñate.
Durante siglos los vecinos de Zalduendo se enfrentaron a los condes en defensa de sus derechos adquiridos. Los pleitos fueron especialmente duros entre finales del siglo XV y finales del siglo XVI. Durante ese siglo los vecinos lograron dejar de pagar diversos tributos y derechos señoriales; aunque algunos de estos persistieron hasta 1813, cuando fueron definitivamente abolidos. Entre otros derechos el conde tenía potestad de elegir el alcalde.

Ordoñana

El municipio de San Millán tiene como antecedente histórico la Hermandad de Eguílaz, que agrupaba a la mayor parte de los pueblos del actual municipio y que hunde sus raíces en la Edad Media. Las hermandades alavesas eran agrupaciones de aldeas que firmaban acuerdos para su defensa y protección mutua durante los tormentosos tiempos de las guerras banderizas en la segunda mitad del siglo XIV. Solían tomar el nombre de la población más importante que formaba dicha hermandad. Se conocen las ordenanzas de la hermandad que datan de 1360, aunque se sabe que esta era anterior. La Hermandad de Eguílaz fue una de las 14 hermandades que se agruparon para formar la provincia de Álava.
Las juntas de la hermandad se reunían una vez al año por San Miguel en la iglesia de San Millán de Erdoñana. De ahí que con el paso del tiempo la hermandad pasara a ser conocida como Hermandad de Eguílaz y Junta de San Millán o simplemente como Hermandad de San Millán, debido a su lugar de reunión. También viene de ahí la tradicional capitalidad de Erdoñana, aunque no se trate de la población más importante del municipio.
Durante mucho tiempo la hermandad dependió administrativamente de la villa de Salvatierra, que se sitúa junto a ella y a cuya jurisdicción fueron entregadas las aldeas de la hermandad. Sin embargo, tras varios pleitos, la hermandad se emancipó de la villa.

Salvatierra

Salvatierra nació en el año 1256 cuando el rey castellano Alfonso X el sabio paseaba por estas tierras y observó que la aldea estaba situada en un estratégico punto geográfico; una inmensa llanada en medio de las montañas y de las principales vías de comunicación. Alfonso X fundó sobre la pequeña aldea de Agurain una nueva villa, a la que llamó Salvatierra, dándole el fuero de población. Toda ella se amuralló, y ser le concedió el derecho a celebrar un mercado semanal, que hoy, desde entonces, se sigue celebrando cada martes.
Una fecha destacada y trágica fue el año 1564 en el que la peste hizo estragos entre la población, y en el que se produjo un incendio que arrasó casi por completo la villa. No se sabe a ciencia cierta, pero cabe la posibilidad que el incendio fuera provocado para acabar con la peste, aunque tuvo peores consecuencias.
Después del incendio la villa tuvo que reconstruirse casi en su totalidad, y de ahí surgió el pueblo que vemos hoy en día.
Hoy, en el inicio del siglo XXI, podemos hablar de Agurain, una ciudad que sin olvidar las raíces rurales de la vieja Hagurahin, ni la trayectoria histórica de Salvatierra, establece un espacio de encuentro, y de relación, un modelo cultural basado en valores de convivencia y de respeto.