Apostol

Haré el camino de Santiago descalzo

02 junio 2010 / Mundicamino

Antonio Asensio se comprometió a esta hazaña después de que su madre se librará de un cáncer.

«Pongo la mano en el fuego». Esta declaración, tan firme como segura, es la del médico que informó a Carmen Ruiz, una almeriense de 56 años, de que padecía un cáncer de huesos. Pero había más. Se había producido metástasis y apenas le quedaban unos meses de vida. Uno de esos duros golpes que da la vida, y que son imposibles de esquivar. La familia de Carmen se vino abajo y uno de sus hijos, Antonio, miró al cielo y realizó una promesa. «Yo estaba desesperado y prometí que si sucedía un milagro, que si mi madre salía de ésta, yo haría algo muy especial, así que prometí andar descalzo desde Almería a Santiago de Compostela», manifiesta Antonio Asensio. Dicho y hecho. El próximo viernes Antonio comienza en Irún (Guipúzcoa) el camino de Santiago, un viaje preparatorio de tres meses -con calzado incluido- como antesala a lo que será su promesa, y que tiene previsto cumplir a partir de septiembre y finalizar antes de que termine el año Xacobeo.

La historia de esta familia, afincada en Aguadulce, comienza en enero de 2009. Carmen Ruiz se quejaba de dolores en los huesos y decide hacerse unas pruebas. Cinco meses después, en mayo, le dan los resultados que determinan que tiene cáncer con metástasis en la masa ósea. «No queríamos creer que mi madre se iba a morir, pero el radiólogo insistió y decía que ponía su mano en el fuego, que había metástasis, pero nos resistimos y seguimos haciéndole pruebas», explica Antonio.

Cuando estaban dándole vueltas a cómo hacer frente a este diagnóstico mortal, Carmen sufre una parálisis que le impide moverse y hablar. «Tenía una descalcificación severa porque después de una operación de reducción de estómago, su cuerpo no absorbía el suficiente calcio y estaba en situación crítica, pero no era cáncer», dice Antonio. El error del primer médico fue un jarro de agua fría, pero de nuevo la esperanza llegó a esta familia. «Fue indescriptible la sensación de que alguien, ahí arriba, me había escuchado», añade este almeriense de 37 años.

Sin dinero

Y decidió que su promesa tenía que cumplirla. Sabe que tendrá problemas físicos, por eso quiere prepararse. «La promesa la tengo que cumplir en año Xacobeo, pero primero me prepararé», explica este almeriense que ha hecho el camino de Santiago unas cuantas veces. Sin dinero, en paro y sin prestación de ningún tipo porque la agotó hace unas semanas, Antonio espera cumplir en solitario su preparación en unos 85 días. El recorrido comienza en Irún donde cogerá el camino de la Costa que lleva a Santiago de Compostela, para después incorporarse al camino sanabrés, empalmar con la vía de la plata hasta Sevilla y de ahí a Almería. «Me recuperaré durante unos días, me descalzaré y viajaré de Almería a Sevilla para tomar la vía de la plata, el camino de sanabrés y llegaré a Santiago en unos 75 días», aclara Antonio, que recorrerá descalzo unos 1.400 kilómetros para agradecer la confusión de un diagnóstico.